Junio 09, 2025 -HC-

Las grandes batallas del periodismo


Lunes 9 de Junio de 2025, 9:45am






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El periodismo boliviano está frente a grandes batallas de las cuales debe salir fortalecido y con altos niveles de credibilidad, pero dependiendo de cómo afronta las mismas, sin embargo, no hay recetas mágicas ni cadenas de oración para cumplir con el rol de la prensa en democracia: ser luz en las tinieblas y paz en la guerra. No portavoces de la manipulación, de la violencia, de la polarización ni servir a ninguno de los poderes.

De forma permanente los actores políticos, sindicales, autoridades, etc, cuando lanzan acusaciones temerarias contra ellos mismos, las cuales generan amplia repercusión de rechazo, inmediatamente el que dijo tal cosa sale a desmentir y acusando a la “prensa maldita y vendida” de haber tergiversado sus amenazas, insultos, agresiones emanadas desde sus propios labios. Sin el menor rubor y con la sonrisa a flor de piel se lavan las manos,a pesar del registro en video o en audio de sus declaraciones. O dicen es producto de la inteligencia artificial.

Pues bien, esas batallas son de todos los días, pero también las batallas internas que implican un proceso de autocrítica sincera  y radical que deben hacerse los periodistas que en estos últimos años también están polarizados, divididos en dos o tres grandes sectores; la prensa del poder, la ue recibe jugosos contratos publicitarios a cambio de exclusivas y entrevistas a gente del poder, y la prensa que no es del poder pero también se cuida un poco en sus coberturas e investigaciones. Y la prensa que se enfrenta al poder de forma directa y abierta.

La gran batalla. En el proceso electoral que ya está en marcha, el periodismo debe saber diferenciar las reglas del juego las que siempre buscan ser usadas desde el punto de vista del candidato, quien se cree que tiene todo el derecho de ser entrevistado, fotografiado y que todo lo que él diga o haga es material noticioso. No es así, de ahí que muchas veces algunos medios se convierten en simples cajas de resonancia de declaraciones de los candidatos en carrera.

Aldous Huxley, en su libro “De vuelta al mundo feliz”, señala que: “Los traficantes políticos recurren únicamente a las debilidades de los votantes, nunca a su fuerza potencial. No intentan educar a las masas y capacitarlas para que se gobiernen a sí mismas; se contentan con manipularlas y explotarlas. Para este fin, se movilizan y ponen en acción todos los recursos de la psicología y las ciencias sociales”.

Estas elecciones y sus candidatos tendrán millones de ojos vigilantes, y también cientos de reporteros ciudadanos que estarán pendientes para transmitir en vivo y directo las incidencias electorales. Las noticias, fotografías, videos, memes, dibujos de los candidatos serán el pan de cada día en el Facebook, Twitter, Instagram, Tik tok, etc.

Frente a este escenario es que definitivamente el rol del periodismo adquiere un enorme valor e importancia, proceso en el que los hombres y mujeres de la prensa tendrán que distinguir claramente que sus micrófonos, páginas, espacios en tv y en las radios, no pueden ser carta blanca para que los candidatos digan y discurseen lo que quieran. No son sus relacionadores ni sus marketineros. Ni tampoco son sus amigos o compadres.

Ellos pueden difundir lo que haga y diga el candidato, mostrarlo como el mejor, el más grande, el más bondadoso. Construir un culto a la personalidad y moldear el candidato salvador, para lo cual tendrán sus redes sociales, sus presupuestos y financiarán una costosa campaña publicitaria.

El periodista no es el marketinero ni el portavoz del candidato.

Pero otra cosa es el periodismo, que no debe conceder un solo segundo de tiempo al candidato, el cual debe estar sujeto a preguntas, a observaciones, a denuncias, a presiones, a cuestionamientos. Seguramente el candidato se molestará y amenazará, mejor aún. Las relaciones entre el poder y la prensa siempre deben ser tensas. Y los periodistas no pueden prestarse a ser instrumentos del marketing.

Otra cosa es el periodismo, al cual le debe importar el pensamiento, los principios, las propuestas coherentes de ese candidato, además de la viabilidad de ese programa de gobierno.

Otra cosa es el periodismo que debe propiciar escenarios del debate democrático y político entre los candidatos, en el que se discutan y se confronten en un marco de respeto y tolerancia, los argumentos del uno y del otro.

En este proceso electoral, la prensa no puede equivocarse, y su mayor aporte será mantener de forma permanente una sociedad con la mejor información y sin duda, tiene todas las condiciones para hacerlo, asumiendo que el ciudadano no es un rebaño, ni es una piedra, sino que es un sujeto protagonista de la democracia.

Recordemos que el presidente de EEUU, Tomas Jefferson, subrayó la enorme importancia de que un país esté informado, con una prensa responsable y libre: "Si una nación espera ser ignorante y libre, espera algo que nunca fue ni nunca será... La gente no puede sentirse segura sin información. Donde la prensa es libre y todos pueden leer, hay seguridad”. El ejercicio del periodismo libre y la existencia de los medios de comunicación son indispensables para la supervivencia de la democracia.

Las batallas diarias están poniendo a prueba los cimientos de una prensa sana, fuerte y ética para una sociedad democrática y en permanente cambio.

¿Los periodistas estarán a la altura de la historia?

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