Octubre 11, 2025 -HC-

Nobel de la Paz 2025: liderazgo ético y defensa de la democracia venezolana


Sábado 11 de Octubre de 2025, 9:45am






-

Entregar el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, marca un hito significativo en la historia política reciente de Venezuela y en los procesos de democratización de América Latina. Este reconocimiento internacional destaca no solamente la lucha de Machado contra el autoritarismo, sino sobre todo su estilo particular de liderazgo, fundamentado en principios éticos, compromiso social y capacidad de conciliación con actores diversos. En un contexto donde la oposición venezolana ha enfrentado la fragmentación y constantes amenazas, el Nobel otorgado a Machado representa un símbolo de esperanza y un mensaje claro sobre la importancia de la perseverancia y la integridad en la promoción de procesos democráticos pacíficos.

Desde la profundización de la crisis política en Venezuela, la oposición jugó un papel complejo y diverso. Figuras como Juan Guaidó, Henrique Capriles y Leopoldo López fueron protagonistas en distintos momentos, cada uno con diferentes estrategias y enfoques. Sin embargo, estos liderazgos han sido criticados por la imposibilidad de superar la fragmentación interna y por la aparición de focos de protagonismo personal. En contraste, María Corina Machado se ha destacado por mantener una postura firme en la defensa de las elecciones democráticas libres, sin aspirar a una candidatura presidencial propia, enfatizando siempre la necesidad de un liderazgo ético y colectivo para restaurar el sistema democrático.

Cuando conocí personalmente a Machado, en el World Fellows Forum 2009 de la Universidad de Yale, me alegró mucho ver cómo trataba de compartir sus dudas, escuchar otras experiencias y aprender a como dé lugar, en lugar de transmitir un narcisismo que es muy extendido en lugares como Yale, donde el liderazgo de las “grandes estrategias”, apenas se distingue del egocentrismo de aquellos que están llamados por el destino a gobernar o ejercer el poder.

Machado era diferente, lo que vi fueron sus expresiones de amistad, sencillez, una más del pueblo, pero con una oportunidad para educarse mejor y, sobre todo, con la firme convicción de regresar a la boca del lobo, en busca de un sino evidente: le rompieron la nariz en plena sesión del Congreso venezolano en el año 2013, luego nuevamente en octubre de 2018, superó cientos de amenazas de muerte y su campaña fue la movilización consciente y la organización de ciudadanos que lo único que buscaban, era elecciones democráticas libres y un mínimo de seguridad para trabajar y sobrevivir. Nunca tomó la decisión de huir hacia un exilio dorado en Estados Unidos o Europa.

El Comité Nobel reconoció en Machado un liderazgo que combina la valentía política, con una capacidad inusual para la conciliación. En un ambiente marcado por la polarización extrema y la represión sistemática de la dictadura chavista, Machado encarnó el diálogo y la construcción de consensos, tanto en el ámbito nacional como en sus relaciones internacionales. Su liderazgo ético se manifiesta en la coherencia entre sus discursos y acciones, su rechazo al autoritarismo sin recurrir a la violencia, y su compromiso con la protección de los derechos humanos, la justicia social, y la participación ciudadana incluyente.

Un elemento clave para la concesión del Premio Nobel es la perseverancia demostrada por Machado durante años de adversidad política. A pesar de las amenazas, persecuciones y el exilio forzado, mantuvo una agenda clara: promover elecciones libres y justas, como el único camino viable para la solución de la crisis venezolana. Su apuesta por la democracia no se limitó a la denuncia, sino que incluyó iniciativas de educación cívica, movilización ciudadana y alianzas estratégicas con organismos internacionales.

El premio, no legitima únicamente el trabajo de Machado, sino que refuerza el valor del liderazgo ético en escenarios de crisis políticas. Representa un llamado a otros líderes opositores y movimientos sociales para que prioricen la comunidad, la reconciliación y la construcción de un proyecto nacional inclusivo. El mensaje es claro: la transformación democrática se basa en el respeto mutuo, la tolerancia y la capacidad de unir, más que en fracturas o egos personales.

El Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado es el reconocimiento a una forma de liderazgo, tanto innovadora, como necesaria en América Latina. Machado articuló ética y política para fortalecer la democracia en condiciones sumamente adversas. Se quedó en Venezuela a sufrir como millones de ciudadanos sin un futuro claro, rechazando la comodidad de un destierro que devanea entre fundaciones y discursos de salón. Corina Machado demostró que la defensa de la democracia se puede hacer con autoridad política desde una posición conciliadora, sufriendo con sus compatriotas en el día a día, sin la necesidad de buscar protagonismos personales, sino generando espacios de diálogo, unidad y esperanza para Venezuela y Sudamérica.

///

.