Bolívar ya no depende únicamente de su rendimiento en la cancha para avanzar en la Copa Libertadores 2025. Como en la célebre obra El Hombre que Calculaba de Malba Tahan (seudónimo de Julio César de Mello e Souza), donde el protagonista Beremiz Samir resolvía problemas aparentemente imposibles con ingenio matemático, el equipo celeste ahora debe aferrarse a los números para mantener viva su esperanza de clasificación. Las cuentas son tan cruciales como los goles, y cada resultado en el grupo puede alterar el destino de los celestes. Como Beremiz en su viaje por Bagdad, Bolívar enfrenta desafíos que requieren precisión, estrategia y un cálculo impecable para evitar la eliminación.
La Academia ha tenido un inicio complicado en la Copa Libertadores 2025, con una victoria y dos derrotas en la fase de grupos. Actualmente, el equipo boliviano se encuentra en la tercera posición del Grupo G con 3 puntos, detrás de Palmeiras (9 puntos) y Cerro Porteño (4 puntos), mientras que Sporting Cristal ocupa el último lugar con 1 punto.
Para clasificar a los octavos de final, Bolívar necesita sumar puntos en sus próximos encuentros. Su siguiente partido será contra Sporting Cristal en Lima el 7 de mayo, donde una victoria sería crucial para mantenerse en la pelea. Luego, enfrentará a Cerro Porteño en La Paz el 28 de mayo, en lo que podría ser un duelo decisivo para definir su clasificación.
Si Bolívar logra ganar ambos partidos, podría asegurar su pase a la siguiente fase, dependiendo también de los resultados de Cerro Porteño y Sporting Cristal. Sin embargo, una derrota ante Sporting Cristal complicaría aún más sus posibilidades.
Bolívar está atravesando una crisis defensiva en la Copa Libertadores 2025, y las lesiones de sus zagueros han agravado la situación. El equipo ha sufrido bajas importantes en su línea defensiva, lo que ha afectado su rendimiento en los partidos clave.
Uno de los problemas recurrentes ha sido la falta de estabilidad en la zaga. Jugadores como Rubén Ramírez y Miguel Torrén han estado fuera de acción debido a lesiones, y el cuerpo técnico no ha emitido un informe oficial sobre su recuperación. Además, en el último partido contra Palmeiras, los errores defensivos fueron determinantes en la derrota 3-2, con fallas individuales que permitieron al equipo brasileño aprovechar los espacios y marcar con facilidad.
El entrenador Flavio Robatto ha reconocido la necesidad de corregir estos problemas, pero la falta de variantes en la defensa complica la situación. Con los próximos partidos en la fase de grupos, Bolívar deberá encontrar soluciones rápidas para evitar quedar eliminado.
En la obra de Malba Tahan, Beremiz Samir usaba su extraordinaria habilidad matemática para resolver los dilemas más complejos. No solo era cuestión de talento, sino de lógica, estrategia y visión. Bolívar, en este punto del torneo, parece estar en una situación similar. Ya no basta con jugar bien; ahora debe aferrarse a los números como un viajero perdido en el desierto que necesita calcular sus provisiones para llegar al próximo oasis.
Los cálculos en la tabla de posiciones se han vuelto tan importantes como los goles que se anotan en el campo. Si Bolívar consigue una victoria en Lima contra Sporting Cristal, igualará a Cerro Porteño en puntos y tendrá margen para disputar su clasificación en La Paz. Sin embargo, una derrota podría significar el fin de la aventura celeste en la Libertadores, dejando su destino en manos de rivales y combinaciones matemáticas. Como Beremiz, el equipo necesita precisión absoluta: cada gol, cada resultado, cada diferencia de gol cuenta.
Así como en la historia el protagonista solucionó disputas con cálculos ingeniosos, Bolívar debe hacer lo mismo en el fútbol. Si marca dos goles más que Cerro Porteño en su próximo partido y evita conceder tantos innecesarios, su posición en la tabla mejorará de inmediato. Aquí entra otro concepto clave en la obra: la estrategia matemática para aprovechar cada oportunidad. Un empate con Cerro Porteño no sería suficiente; necesita sumar de a tres para evitar depender de otros equipos.
La Copa Libertadores ha dejado de ser únicamente un reto de habilidad futbolística. Para Bolívar, ahora es un problema de números y lógica, un tablero de ajedrez donde cada movimiento debe estar perfectamente calculado. Como Beremiz Samir, los celestes deben pensar más allá del juego, analizar las combinaciones y ejecutar su estrategia con precisión. La pregunta es: ¿serán capaces de encontrar la fórmula perfecta o quedarán atrapados en un laberinto sin salida?
Es la ecuación de la esperanza, yo pregunto, ¿el último cálculo o una solución Imposible?
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