La Eurocopa
Qué contra sentido, que título ambivalente para intentar describir en un texto los diferentes estados de ánimo que provoca el fútbol. La sensación pasional por amar este deporte y sentir la satisfacción de ver un buen evento en la Eurocopa, cruzando por la expectativa de ver qué pasará en la Copa América y llegar a la resignación que me tiene cabeza gacha, con las decepcionantes presentaciones de la Selección Boliviana antes del torneo en EEUU.
Empezaré por lo bueno, pues en los primeros días de seguir los partidos de las selecciones europeas en el torneo de Alemania, debo asegurar que ver el fútbol disputado al más alto nivel es realmente muy satisfactorio. Es ahí donde siento la admiración, desde mi lugar de televidente, del despliegue físico, del trabajo táctico, de la velocidad del juego profundo, del ritmo intenso y es que en las primeras jornadas de la Eurocopa 2024, se van dando resultados que tienen que ver con la lógica y la historia de los “más pesados o representativos”.
Así hemos visto un arranque agresivo de los dueños de casa - Alemania, también a un contundente equipo español. Una selección italiana que llega a defender el título y se mostró pragmática en su primer partido (fiel a su estilo). Países Bajos que sumó su primera victoria, pero que aún está muy lejos de ser la vieja “Naranja Mecánica” de los años 70 y 80. Inglaterra logró ganar con lo justo en su debut y el mundo aficionado pide más de este equipo. Aún falta saber qué nos mostrarán: Francia, Portugal, Bélgica y Turquía.
De momento me quedo con el ritmo impresionante de los partidos a los cuales los europeos nos tienen acostumbrados: Sin especular, sin perder tiempo, sin pausas, sin jugadores reclamando, otros tendidos en el campo pidiendo asistencia. La nueva normativa puesta en vigencia por la UEFA para este torneo es que solo el capitán del equipo puede acercarse al árbitro para hacer un reclamo o advertir una observación que tenga al sentirse perjudicado con sus compañeros. Otro nivel desde todo punto de vista.
Paulatinamente y como vaya pasando la ronda de grupos y entremos a la siguiente fase, el campeonato se irá poniendo verdaderamente apasionante y a ver qué selecciones se van acomodando de acuerdo a los resultados y su nivel e ir dilucidando quiénes son las grandes favoritas para alcanzar el trofeo más importante de Europa a nivel de selecciones.
La Copa América
Pasemos al siguiente tema y es la Copa América, el torneo más antiguo del fútbol profesional y que una vez más se jugará en EEUU, país que parece que se compró la organización del campeonato. Marketing, logística, poder comercial y ser una de las 3 sedes de la próxima Copa del Mundo, lo destaca como el nuevo dueño del balompié del continente americano. Cuenta regresiva para su inicio en los próximos 3 días.
No podemos negar la expectativa que hay por seguir las alternativas de este certamen, que contará además con la participación no solo de los 10 equipos de CONMEBOL, también con 6 selecciones de área de la CONCACAF (Norte, Centro América y el Caribe), que harán la fiesta deportiva más apasionante y ciertamente más competitiva.
Los aficionados del mundo futbolero, aguardan ver el rendimiento de selecciones como Argentina, Brasil y Uruguay, siempre favoritas. Colombia, Ecuador y Chile, que llegan con ganas de alcanzar niveles importantes. Paraguay, Perú y Venezuela, con la obligación de mostrar una mejora sustancial en su rendimiento. Dejo a Bolivia con la incógnita de siempre (por el momento).
Las selecciones como EEUU, Canadá y México, con el reto de tener buena producción y demostrar al seguidor del fútbol que en el Mundial serán protagonistas y harán pesar su condición de anfitriones. Costa Rica, Jamaica y Panamá, con el deseo de marcar diferencias y entrar con buen juego al protagonismo de un torneo tan exigente y hacer historia este 2024.
La Selección Boliviana
Aquí es donde tengo problemas para tratar de poner en práctica la capacidad de síntesis. Me agarro la cabeza, cierro los ojos y trato de imaginar que vivo hasta este momento las alternativas de un mal sueño; una pesadilla que perturba mi paz y activa negativamente mi cordura.
Ya no tengo esperanza alguna para borrar de mi mente ese pensamiento sombrío, esa sensación de derrota, ni siquiera ya de resignación. De sentirme humillado, vapuleado, herido en mi honor de boliviano y es que la ineficacia de nuestra Selección a nivel internacional es tan evidente que a momentos pienso que no vale la pena ver los partidos. Una falta de jerarquía total y en todo sentido.
Todos los días señalamos los problemas de forma y fondo de nuestro pobre fútbol: falta de buenas competencias, formación, trabajo físico, psicológico, táctico. Nos faltan campos deportivos, no tenemos canchas. La Selección Boliviana es la única del continente que no tiene un lugar propio donde trabajar; en fin, decir más es redundar.
Hasta este momento se ha criticado duramente a los dirigentes del balompié nacional, a la Federación Boliviana de Fútbol y a todo lo que rodea al entorno del fútbol. Por supuesto que también a los entrenadores y los diferentes cuerpos técnicos por su trabajo deficiente. Pero, ¿qué de los jugadores? ¿Ellos no son responsables de nada? ¿Están libres de todo esto? ¿Son los “pobrecitos” de esta historia, de este momento nefasto de nuestro fútbol? Creo que no.
Finalmente son ellos quienes entran a la cancha, 11 jugadores al igual que los del otro equipo. ¿No pueden dar algo más? Siento en mi patética impotencia que debemos exigir algo más de ellos. Incluso por las cifras importantes que cobran para jugar: por partido, por evento, por premio, por salario, por viáticos. Ya quisiera un trabajador boliviano ganar la enésima parte de los que gana un jugador de la Selección nacional.
Ninguno sale al frente después de los decepcionantes resultados ante México Sub 23, Ecuador y Colombia. No se conoce su punto de vista, menos su congoja ante las derrotas inobjetables a las que se vieron sometidos. A los juegos impresentables que tuvieron fuera del país. Que al menos se disculpen con la afición que es a la que en verdad se deben y espera algo de ellos.
De momento me quedo ahí esperando la vergüenza que será la participación de nuestra Selección en la Copa América 2024. Escribir más, no vale la pena.
Cierro la columna manifestando el criterio de mi admiración a un torneo tan competitivo como la Eurocopa, pasando por la expectativa que se tiene por la Copa América, hasta la humillación boliviana con nuestro seleccionado en los partidos previos a esta presencia internacional en EEUU. Ojalá los golpes no sean tan duros.
///