Octubre 07, 2025 -HC-

El debate que realmente importa


Sábado 4 de Octubre de 2025, 10:15am






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En un país saturado de discursos de campaña y promesas electorales, el foro económico que organizó  la Universidad Privada Boliviana marcó un antes y un después. Fue el escenario, con menos maquillaje político y mayor crudeza se habló de la realidad que condiciona cualquier otra discusión: la economía. 

Más allá de la expectativa que puedan generar los debates presidenciales o vicepresidenciales, lo dicho el jueves 2 de octubre por la noche, se convierte en el insumo más valioso para un voto informado, porque la política puede dividir, pero las cifras no mienten, y hoy nos muestran que estamos en una crisis que no admite dilaciones.

Con la moderación de Óscar Molina, rector de la UPB, quien merece una mención especial, pues su papel garantizó un debate ordenado, que dio legitimidad y altura a la discusión. No es casual que una de las voces académicas más respetadas del país haya sido quien llevó el hilo conductor y en presencia de gurus de la economía como Enrique Garcia o Juan Antonio Morales. Bolivia necesita más espacios donde el rigor técnico supere la demagogia, y este foro fue prueba de que sí es posible.

En cuanto a los contenidos, las coincidencias entre Ramiro Cavero y Gabriel Espinoza, ambos expositores, son reveladoras. Se habló, sin rodeos, de la necesidad de eliminar el subsidio a los hidrocarburos, con la aclaración de Cavero, que habría un esquema especial para los transportistas. También hubo acuerdo en la urgencia de unificar el tipo de cambio frente al dólar paralelo, que ya erosiona la confianza y distorsiona la economía real. 

Ambas posturas reconocieron que el país atraviesa una crisis que exige medidas impopulares pero inevitables. No se trató, por tanto, de un duelo de consignas, sino de un reconocimiento mutuo de que el margen de maniobra es estrecho y que la estabilidad futura demandará sacrificios.

Este debate no puede ser leído como un evento aislado; es, en realidad, el reflejo de lo que nos tocará enfrentar como sociedad en los próximos meses. Mientras la agenda pública se distrae con escándalos políticos, denuncias cruzadas y campañas de desinformación, la economía avanza con la inercia de una tormenta que nadie puede frenar con discursos. El ciudadano boliviano necesita comprender que, más allá de las pasiones electorales, lo que se defina en materia económica impactará directamente en el empleo, el costo de vida y la posibilidad o no de que el país retome un sendero de crecimiento sostenible.

Lo sucedido en este espacio nos deja una certeza incómoda: el próximo gobierno no podrá eludir las decisiones difíciles, no habrá espacio para seguir postergando lo impostergable. Y es ahí donde el voto cobra su verdadero valor: no como un cheque en blanco a una sigla, sino como un acto de responsabilidad frente al rumbo económico de la nación. El foro nos recordó que el futuro de Bolivia no se juega en la retórica del poder, sino en la capacidad de afrontar la crisis sin cargar, otra vez, el peso sobre los mismos de siempre.

 

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