Diciembre 30, 2025 -HC-

EL CÁNCER ECONÓMICO

La escasez de dólares y del combustible marcó al país este 2025. El país llegó a sufrir de recesión. Con el nuevo gobierno, llegó el alivio, pero aún no la cura.


Martes 30 de Diciembre de 2025, 5:00pm






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Urgente.bo (María Belén Salas/Urgente.bo).- Filas interminables en los surtidores, comerciantes protestando en las calles, familias que no tienen dinero para llegar a fin de mes, productores que exigen acceso a dólares para operaciones básicas, medicamentos cuyos precios se han disparado. En el peor momento, el dólar paralelo se acercó a los 20 bolivianos. Este 2025, la crisis económica golpeó a todos, pero en especial a los más pobres. Bolivia aguarda medidas para contrarrestar el cáncer económico, que el nuevo gobierno las adopte.

La crisis económica se agudizó en el año y hasta la Comisión Económica para América Latina previó que Bolivia crecerá apenas el 1,5 este año, el índice más bajo de la región. El país ha transcurrido el año del bicentenario entre estanflación, alta inflación y un déficit fiscal insostenible. Solo cifras rojas.

La inflación acumulada en Bolivia a septiembre de 2025 alcanzó 18,33%. Y analistas previeron que el índice de precios fácilmente superaría el 20% a fines de este año. Otro síntoma del cáncer.

La crisis de los dólares

La crisis de las divisas se inició en marzo de 2023, cuando el Banco Central de Bolivia (BCB) se convirtió en el único lugar dónde se podía conseguir dólares. El ahora expresidente del BCB Roger Edwin Rojas prometió atender “atender toda la demanda que pueda existir en la población”. Pero aquello nunca se cumplió, por el contrario, se agudizó.

En mayo de 2025 el dólar llegó a cotizarse en casi 20 bolivianos en el mercado paralelo. Los comerciantes salieron a las calles para exigir al Gobierno de Arce medidas que frenen el cierre de negocios. “No tenemos mercadería para vender, no hay venta en Bolivia. La mayoría de los clientes está buscando alimentos”, manifestó el dirigente de los comerciantes Toño Siñani.

El arroz, aceite y la carne de res no dejan de subir. El precio del quintal de arroz supera los Bs 500, cuando había costado Bs 250, mientras que el litro de aceite subió de Bs 13,5 a más de Bs 23. Las filas en los mercados son parte de la normalidad.

Los productores de diferentes productos, entre ellos los exportadores, demandaron medidas de emergencia que nunca llegaron para hacer frente a la escasez de dólares, el debilitamiento absoluto de las Reservas Internacionales Netas y la crítica falta de carburantes. Así, Bolivia se convirtió en un espacio de enormes ganancias para contrabandistas y traficantes de dólares.

En medio de la crisis económica, políticos con presencia en el Legislativo, líderes con sueño de llegar a la Presidencia, el gobierno pensando en la reelección, Bolivia fue sometida a la campaña electoral más larga de la democracia.

En ese contexto, Bolivia registró un crecimiento negativo del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer semestre de este año. De enero a junio, la economía se movió -2,40%. La recesión dejó de ser un fantasma. Y así terminó el gobierno de Luis Arce.

Tras la primera semana de noviembre, llegó la administración de Rodrigo Paz quien se propuso encarar la crisis económica, ordenando la casa y con capitalismo para todos. El nuevo gobierno mejoró la provisión del combustible, en especial el de gasolina, transparentó la cotización del dólar, lo que redujo la cotización en la banca como en la calle. Y, en medio de disputas internas, logró la aprobación de algunos créditos internacionales, por parte de la Asamblea Legislativa.

En ese contexto, el analista económico Fernando Romero explicó que la crisis actual es el resultado de “problemas estructurales” acumulados durante “doce años consecutivos”, ocasionado por un elevado gasto público que derivó en un déficit fiscal sostenido.

En ese contexto, el déficit podría cerrar en torno al 12% del Producto Interno Bruto (PIB), que se tradujo en tres efectos principales. “El desabastecimiento de carburantes, escasez de dólares y un proceso inflacionario aún elevado”.

El presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), David Espinoza, anunció la transición hacia un régimen cambiario “más flexible” con la publicación del valor referencial del dólar, que ha moderado la especulación de la divisa.

“Ha sido una buena medida establecer lo que ellos han denominado el valor referencial del dólar”, dijo y aclaró que “más allá de buenas noticias y de desinformación, no se ha resuelto hasta el momento el desequilibrio del mercado de manera estructural, el cual requiere ingreso de divisas vía préstamos, inversión extranjera directa y ajustes profundos en el gasto público”.

¿Qué es lo que quiere decir esto? Que el 2025 se va con leve moderación de la crisis económica, porque los precios de productos básicos han disminuido, la provisión de gasolina mejoró. “El riesgo a un default y a una crisis de balance de pagos no se ha perdido del todo, aunque se haya bajado el ritmo de la crisis”, afirmó.

La crisis del combustible

Es septiembre y las calles se caracterizan por las kilométricas filas en los surtidores. Los choferes que piden diésel deben hacer filas hasta por dos o tres días. “Desde las 11 de la noche estoy en la fila, me quedé a dormir. En algunos lugares hay que esperar hasta cuatro días”, relató un transportista de Cochabamba, que además lamentó no poder trabajar debido a la falta de diésel.

La crisis del combustible generó efectos que trascendió fronteras. Según un reporte de un medio especializado en energía, las operaciones de transporte internacional redujeron alrededor del 70%. “Ocho de cada diez camiones están parados haciendo cola por más de cinco o seis días en los surtidores”, aseveró el presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz, Oswaldo Barriga.

El analista Romero señaló que, así como en la escasez del dólar, la crisis del combustible es un “problema estructural” vinculado a la caída de la producción de hidrocarburos y a la falta de dólares para importar. “Más del 90% de lo que consume Bolivia en diésel viene del exterior y aproximadamente solo el 40 a 45% de la gasolina es de producción nacional”, explicó.

A eso hay que sumar la caída en las exportaciones de gas natural, históricamente la principal fuente de divisas. Así el gobierno no tenía otro camino que un mayor endeudamiento para cubrir la demanda interna de combustibles.

La falta de diésel puso en riesgo la siembra y cosecha, y por ende la seguridad alimentaria.  “Como sector productivo nos encontramos en una situación crítica, en el desabastecimiento en la producción de diésel, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la generación de excedente que se destina para la exportación”, advirtió el gerente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), Jaime Hernández.

Es noviembre, dos semanas después de que Paz asumiera la presidencia, las colas para cargar combustible empiezan a reducir. Antonio Calle, un chofer de minibús, afirmó que “antes hacía fila todo el día”; sin embargo, ahora tardó unos minutos.

Sin embargo, luego de un mes de la posesión del nuevo Gobierno las filas por el diésel vuelven y los transportistas exigen soluciones. El presidente afirmó que “las filas en surtidores por diésel se terminarán cuando acabe la corrupción”.

“Hay un 40% de sobreimportación, que se iba al narcotráfico, a la minería ilegal, a autos indocumentados y al contrabando”, afirmó el economista. En esa línea, sostuvo que las medidas actuales solo son temporales. “No se ha tocado nada estructural, solo se han conseguido créditos para comprar carburantes a corto plazo”.

 

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