Diciembre 29, 2025 -HC-

En El Alto se hicieron dos cirugías a corazón abierto y se marca un hito

La primera y segunda cirugía cardiovascular realizada a 4.150 metros sobre el nivel del mar ha sido registrada para conocimiento del mundo


Lunes 29 de Diciembre de 2025, 12:15pm






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29 de diciembre (Urgente.bo)- El 2 de agosto, unos días antes del Bicentenario de Bolivia, “se rompió un paradigma médico” en la ciudad de El Alto. Ese sábado se realizó la primera cirugía cardiovascular a 4.150 metros sobre el nivel del mar (msnm) en el mundo. “Siempre ha existido el temor a la altura (…) estamos en el 2025 y es la primera cirugía a corazón abierto documentada a nivel mundial. Es de gran relevancia histórica para el departamento de La Paz, para la ciudad de El Alto y para Bolivia, logramos romper paradigmas que se tenían antes, de que en la altura no se podía operar”, dijo el médico intensivista y el director del Hospital HTS, Humberto Ticona.

Kevin, de 18 años, quería ingresar a la vida militar, pero en el examen médico le escucharon un “soplo” en el corazón. Hasta ese momento, nadie le había hecho estudios profundos. “La madre incluso dice que le habían escuchado un soplo, pero no lo habían hecho todos los estudios profundos necesarios. Nadie lo mandó a un cardiólogo o a un cardiopediatra para que defina bien la conducta que se debe tomar”, explicó el cardiólogo y ecocardiografista Omar Alave.

Cuando Kevin llegó al Hospital HTS de El Alto, los cardiólogos le realizaron un ecocardiograma especializado, cuyo resultado era un soplo interventricular de gran tamaño, de entre 18 y 20 milímetros. “Con ese defecto, si no se operaba, él no iba a llegar a los 40 años”, explicó Alave e indicó que la enfermedad congénita y progresiva, iba deteriorando poco a poco su corazón.

Luego de confirmar que la lesión era perimembranosa y de alto riesgo, el equipo definió el hacer la cirugía. “Fue lo más antes posible, porque después iba a perder el tiempo quirúrgico”, señaló el especialista y detalló que el ventrículo izquierdo ya mostraba signos de daño.

La operación se programó para el 2 de agosto y el procedimiento fue a corazón abierto, con circulación extracorpórea. “Hay que parar el corazón, abrirlo, repararlo y después tiene que volver a latir espontáneamente”, especificó el cirujano cardiovascular Victor Hugo Salvatierra.

Luego de detener el órgano, lo abrieron por el ventrículo derecho, trabajaron por debajo de la válvula tricúspide y cerraron la comunicación con un parche biológico de pericardio bovino. La cirugía completa tomó entre cuatro y cinco horas.

Sin embargo, el verdadero reto inició después. Al nivel de altura de El Alto, los cambios fisiológicos pueden complicar el posoperatorio. “No somos seres humanos comunes y corrientes, estamos adaptados a vivir en esta altura, y eso cambia totalmente el cuadro en una cirugía cardíaca”, afirmó el médico intensivista Ticona.

La hipertensión pulmonar, una complicación especialmente frecuente en altura, era el principal riesgo. “Una de las complicaciones mayores es la sobrecarga de la arteria pulmonar (…) eso podía desencadenar el fallecimiento del paciente”.

No obstante, Kevin se recuperó bien. “La recuperación ha sido óptima”, destacó el Ticona e indicó que solo registró un leve incremento de la presión pulmonar, que fue manejado sin dificultades. Los tiempos fueron incluso comparables a estándares internacionales. “Hemos logrado alcanzar los tiempos de recuperación que maneja la Fundación Favaloro y los centros cardiovasculares de Brasil”, agregó el intensivista.

Kevin pasó dos o tres días en terapia intensiva. Fue extubado dentro de los parámetros ideales y retomó gradualmente sus actividades. “Hemos demostrado que en El Alto sí se puede operar un corazón”, subrayó el equipo y ratificó que este logro marca un antes y un después. “Es un hito histórico para la ciudad de El Alto”, dijo el director. “Hemos roto paradigmas. Lo que antes se creía imposible ahora es posible”, concluyó.

La segunda cirugía

Cuando el segundo paciente llegó al HTS Hospital. Era un hombre mayor, con el diagnostico de estenosis aórtica severa, una valvulopatía crítica. La válvula que permite la salida de la sangre desde el corazón estaba tan estrecha que el órgano ya no podía compensar. “Era un paciente que estaba prácticamente frente a las cuerdas”, relató el intensivista. En otro centro médico de El Alto ya lo habían desahuciado y le dijeron a su familia que no había nada que hacer. “Literalmente estaban esperando a que fallezca”, relató Ticona.

El médico Alave explicó que el paciente sufría desmayos cada semana. “Cuando el paciente pierde la conciencia, te está anunciando la muerte de ese paciente”, indicó el cardiólogo. Durante al menos seis meses, los desmayos se repitieron con mayor frecuencia. “Tenía lipotimias cada semana. Ya sabían que en algún momento iba a tener un desmayo más y no se iba a levantar”, recordó el médico.

El 24 de octubre, dos meses después de la primera cirugía histórica, se realizó la segunda cirugía cardiovascular en El Alto. “El primero fue un paciente joven, con buen estado físico. El segundo ya era un paciente complejo, mayor, con deterioro pulmonar y varias comorbilidades”, explicó el Salvatierra y explicó que la cirugía fue a corazón abierto, con circulación extracorpórea y reemplazo valvular. “Se cambió la válvula bajo el mismo procedimiento del primer paciente”, detalló y añadió que “una vez cambiando la válvula, literalmente se resolvió el problema”.

El paciente pasó por terapia intensiva, fue extubado sin complicaciones y respondió favorablemente al manejo de la presión pulmonar, uno de los mayores desafíos en la altura. “No ha vuelto a tener lipotimias, no ha vuelto a perder el conocimiento”, señaló el equipo médico y aseguraron que el paciente volvió a su rutina. “Al mes y medio vino a consulta manejando su auto”, contó Ticona.

Dos de cada 100 nacidos tienen cardiopatía en Bolivia

El cardiólogo y ecocardiografista Omar Alave explicó que las cardiopatías son una de las enfermedades más subdiagnosticadas en Bolivia. “Antes de preguntarnos cuáles son las enfermedades más riesgosas, primero hay que ver la incidencia mundial”, señaló el especialista.

A nivel global, las cardiopatías congénitas, malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento, afectan a uno de cada 100 nacidos vivos. “Eso quiere decir que por cada 100 niños que nacen, uno tiene una enfermedad cardíaca”, especificó.

El especialista añadió que “hipotéticamente, por teoría y por grandes alturas, La Paz tendría una incidencia de dos por cada 100 nacidos vivos”. Es decir, el doble del promedio mundial.

Es ese sentido, Alave señaló que una cardiopatía congénita detectada a tiempo puede curarse. “Si ese niño se hubiera diagnosticado y operado a tiempo, viviría hasta los 70 u 80 años sin problema, como ocurre en países del primer mundo”, afirmó. El diagnóstico puede realizarse incluso antes del nacimiento.

“Las cardiopatías congénitas se diagnostican en el feto, en el vientre, mediante un ecocardiograma fetal”, explicó. Sin embargo, reconoce que Bolivia no cuenta con programas sistemáticos para este tipo de detección. Entre las cardiopatías congénitas más frecuentes se encuentran la comunicación interventricular (CIV) y la comunicación interauricular (CIA). “En la CIV hay un ‘hueco’ entre los ventrículos que no debería existir. En uno de nuestros pacientes era de 18 milímetros”, relató.

Por otra parte, el médico explicó que las cardiopatías no solo se presentan desde el nacimiento. Muchas se adquieren con el paso del tiempo y afectan principalmente a adultos y adultos mayores, aunque sus síntomas suelen ser ignorados hasta que el daño es severo. Alave aseveró que estas enfermedades pueden derivar en insuficiencia cardíaca o muerte súbita si no se detectan a tiempo.

Uno de los casos más frecuentes es la estenosis aórtica, una afección en la que la válvula aórtica pierde movilidad. “La aorta es una válvula que abre y cierra todo el tiempo. Con los años, el tejido se vuelve fibroso y puede calcificarse, haciendo que ya no se abra bien”, detalló Alave. Esta condición provoca síntomas como desmayos, dolor en el pecho y dificultad para respirar. “Puede causar insuficiencia cardíaca e incluso muerte súbita”, advirtió.

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