30 de diciembre (María Belén Salas/Urgente.bo)- Hasta el 12 de diciembre reciente, Bolivia reportó el asesinato de 76 mujeres. Murieron a manos de hombres cercanos a su entorno. El número total de casos por año y a nivel nacional podría disminuir, pero La Paz es el departamento que muestra una tendencia de aumento. Hay que investigar por qué ocurre aquello, pero algo que quedó evidente este año es que las muertes por razón de género se han naturalizado. Dejaron de conmover. La sociedad boliviana se deshumaniza porque la violencia contra las mujeres en el país es cotidiana.

Un informe del Ministerio Público de Bolivia señala que del 1 de enero al 15 de noviembre se han conocido 154 casos de tentativas de feminicidio. Es decir, que son mujeres que salvaron sus vidas por muy poco. Y nuevamente La Paz es el departamento con el mayor número de casos, con 53, es decir con un tercio del total.
La directora de la Coordinadora de la Mujer, Tania Sánchez, lamentó que “hay una naturalización de la violencia, escuchamos, nos levantamos y despertamos con casos de violencia… desayunamos, almorzamos y cenamos con eso”. Dicha exposición de casos está provocando una sensación de normalidad frente al feminicidio, al punto de que muchas personas solo reaccionan cuando el caso afecta a su propio entorno.

Según datos del Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana entre 2021 y 2024 se cometieron 368 feminicidios, de los cuales 127 ocurrieron en La Paz, consolidándose como una de los departamentos de mayor riesgo para las mujeres.

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La directora ejecutiva de Católicas por el Derecho a Decidir, Ana María Kudelka, advierte que la “insensibilidad social” impide ver las historias de las víctimas y evidencia fallas institucionales de los casos de feminicidios.  “Creo que es importante volver a humanizarnos (…) debemos pensar que más que números son mujeres, son niñas, son adolescentes”.

Hay un cambio en el perfil de las víctimas y agresores. Los feminicidios se concentran cada vez más en mujeres jóvenes, el 53% de las asesinadas tiene entre 21 y 30 años, y “seis de cada diez tienen menos de 40”, informó la directora Sánchez. En ese sentido, Kudelka añadió que también los agresores son cada vez más jóvenes, entre 18 y 25 años, motivo por el cual recalcó la urgencia de políticas públicas sostenidas de prevención y educación en todos los ciclos de vida. 

La directora de Católicas por el Derecho a Decidir pide que la sociedad considera en las consecuencias de un feminicidio, porque la víctima es madre, una hermana, una vecina. Así las “ideas dañinas” sobre las mujeres y sostiene estereotipos que perpetúan la violencia.

Historias detrás de los feminicidios

 La abogada de Mujeres Creando, Heidi Gil, relató el caso de una mujer que dejó cinco huérfanos después de ser asesinada por su pareja. El agresor había sido denunciado por violar a la hija mayor de la víctima, que llegó a ingresar a la cárcel. Sin embargo, él continuó amenazándola, la mujer, aterrorizada, desistió del proceso y él terminó absuelto. “Él salió y al mes la mató”, lamentó Gil. Otro caso que contó la abogada es sobre un proceso por más de seis años de un feminicidio, el Tribunal Constitucional cerró el caso por un amparo constitucional. La familia de la víctima quedó endeudada y emocionalmente devastada. “El hijo huérfano, los padres cansados, la hermana con una enfermedad neurológica por enfrentar tanta injusticia”, describió la abogada y añadió que el desgaste suele romper incluso los vínculos familiares.

Gil también relató dos muertes de mujeres jóvenes que murieron intentando huir de agresiones sexuales. Ambas habían salido con amistades y consumido bebidas alcohólicas. En un caso, la víctima escapó tras un intento de violación, pero cayó y golpeó su cabeza contra una lavandería y murió. En el otro, la joven también huyó, pero su muerte fue atribuida a “una caída por borrachera”. “Nada coincidía con lo que decía el forense, pero lo han absuelto”, dijo la abogada y denunció que finalmente estos casos terminan culpabilizando a la víctima, “si toman, van a morir”.

Por su parte, Kudelka relató la historia de Yandira Mamani, de 20 años, asesinada por su concubino después de que este liberara gas de una garrafa para provocar una explosión que terminó con la vida de ambos. Otro caso es el de Luli María, asfixiada por su pareja y cuyo asesinato dejó a cuatro niños en la orfandad. La directora afirmó que es imposible escoger un caso más impactante porque todos comparten el mismo patrón. “Lo impactante es la forma de humillar los cuerpos y la vida de las mujeres y quitarles la libertad”, señaló y añadió que las víctimas suelen haber atravesado largos periodos de amenazas, extorsión y miedo antes del crimen. “Las 28 mujeres de La Paz han pasado un vía crucis impensable antes de sufrir feminicidio”, concluyó.

Hay noticias que justifican a los feminicidas

Kudelka dijo que los medios de comunicación tienen responsabilidad en la pérdida de sensibilidad, ya que el sensacionalismo, alimenta el morbo de la gente. “Más allá de sensibilizar, alimentan el morbo… dan nuevas ideas a potenciales feminicidas”, afirmó. Según ella, el tratamiento informativo en algunos medios justifica los crímenes. “Cuando se emiten criterios como, la asesinó porque le fue infiel, o porque había consumido bebidas alcohólicas, o porque estaba vestida con ropa indebida, eso aplaude los hechos de violencia, aunque sea de manera encubierta”, sostuvo.

La coordinadora nacional de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, advirtió que la naturalización de la violencia y el avance de discursos desinformados por parte de los medios de comunicación están debilitando aún más la protección hacia las mujeres. Aseguró que  mientras casos aislados de denuncias falsas se viralizan con facilidad, se invisibiliza una realidad mucho más grave. “En Bolivia hay más de 38.000 denuncias de violencia y cada día, en promedio, 160 mujeres son golpeadas, asesinadas o violadas”, señaló.