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Washington, 13 de diciembre (Agencias).- Ni Romney, ni Giuliani, ni un político de la vieja escuela. Trump ha vuelto a confiar en un empresario externo a los círculos de la gran política, una norma no escrita para los miembros de su gabinete, para elegir a su secretario de Estado. Un puesto de gran trascendencia en EEUU, donde este cargo actúa como un ministro de Exteriores del país más poderoso del planeta.

El presidente electo Donald Trump ha nombrado a un veterano empresario, amigo de Vladimir Putin, como nuevo secretario de Estado. Es Rex W. Tillerson, principal ejecutivo de la compañía petrolera Exxon Mobil que mantiene una estrecha amistad con el presidente ruso.

Su nombre es el último y definitivo entre una larga lista de nombres que han ido apareciendo en los medios de comunicación en las últimas semanas. A través de un comunicado, Trump ha resaltado "su tenacidad, amplia experiencia y profunda comprensión de la geopolítica" para defender que se trata de una "excelente elección" para ser el jefe de la diplomacia estadounidense.

"Él es mucho más que un ejecutivo de negocios. Él juega a escala global. Está a cargo de la que supongo que es la mayor compañía del mundo, está a cargo de una compañía petrolera que tiene prácticamente el doble del tamaño de su competidor más cercano, y que se ha gestionado increíblemente bien", aseguró Trump.

"Para mí, una gran ventaja es que conoce a muchos de los jugadores del escenario global y los conoce bien. Hace acuerdos a escala masiva en Rusia, y hace esos acuerdos para la compañía, no para él".

El preferido de su yerno

Tillerson, que comenzó con la Exxon como ingeniero de producción en 1975 y que desde el 2006 es su máximo responsable, cuenta con el apoyo de asesores claves del equipo de Trump: su principal estratega, Stephen K. Bannon, y su yerno, Jared Kushner, quien le ha dicho que el empresario "es de otra liga" cuando se compara con el resto de las opciones para el cargo.

Sin embargo, Tillerson no cuenta con experiencia política y suscita cierta desconfianza entre los miembros del Senado debido, precisamente, a sus lazos con el Kremlin. No obstante, el magnate insiste en que "promoverá la estabilidad regional y se centrará en los intereses de seguridad nacional centrales de Estados Unidos".

De 64 años de edad, el que será el próximo secretario de Estado a partir del 20 de enero de 2017, ha hecho toda su carrera en la multinacional energética que firmó una alianza de colaboración con la estatal rusa Rosneft.  La relación entre el gigante americano y el gobierno ruso viene de más lejos. El ejecutivo de la Exxon conoce a Putin desde que estuvo al frente de las operaciones de esa empresa en Rusia en la década de 1990, una larga relación que beneficiaría la intención de Trump de estrechar relaciones con ese país.

En 2011, Tillerson logró un acuerdo que permitía a Exxon acceder a los valiosos recursos del Ártico en Rusia, además de posibilitar a la petrolera estatal rusa, Rosneft, invertir en concesiones de Exxon en todo el mundo.

Precisamente, la organización ecologista Greenpeace ha reaccionado a su nombramiento, señalando que se trata de un grave retroceso para la política ambiental y el futuro del planeta. Según la organización Tillerson hizo todo lo posible para silenciar las iniciativas globales para responsabilizar legalmente a las compañías de los combustibles fósiles por agravar los efectos del cambio climático. Posteriormente, en 2013, el presidente Putin le condecoró con la Orden de la Amistad, uno de los más altos honores de Rusia para los extranjeros.

Se prevé un acercamiento entre Rusia y EEUU

Su nombramiento indica que tanto Rusia como EEUU retomarán su relación. El Gobierno ruso espera que EEUU levante las sanciones económicas que le impuso tras la anexión de Crimea y cabe la posibilidad de que Trump también colabore con Putin en Siria para destituir a Bashar al-Assad.

Sin embargo, el apoyo de Rusia a Trump durante la campaña electoral, junto con la designación de Tillerson, han avivado las especulaciones sobre las verdaderas intenciones de Trump que tendrá que enfrentarse a la oposición de varios miembros de las filas republicanas que se opondrán a esta alianza, como John McCain y Lindsey Graham. El futuro dirá si Trump ha acertado con su elección.