Septiembre 12, 2025 -HC-

Quillacollo, postración y mansa esperanza en el futuro


Viernes 12 de Septiembre de 2025, 10:45am






-

La provincia Quillacollo, con su capital Quillacollo, se apresta celebrar el CXX aniversario de creación, entre el desánimo y una fría hacia una tibia esperanza por el futuro. Se advierte qye en los diferentes estratos sociales de este municipio hay un evidente sentimiento de desgano con tinte de inapetencia, y poco augurio de un futuro cercano

Este estado de situación, se atribuye principalmente a las deficientes administraciones municipales, por lo menos, en las últimas tres décadas, que con sus censurables actuares, propiciaron un reñido anquilosamiento del devenir quillacolleño.

Se considera que los conductores de este proceso, apiñados en el gobierno municipal, de ahí su nombre, gobernar o regir, debían explorar y proponer todas las posibilidades, para insuflar en la población, un vigoroso temple de visión del futuro, una innegociable decisión para sus requerimientos urbanos, y principalmente, la gestación de actitudes, recias de emprendimientos urgentes, para el ansiado desarrollo integral.

A la fecha, nada de ello ocurrió, más bien los ciudadanos en ese lapso, observaron en sus autoridades municipales: la miseria humana traducida en sus desmedidas ambiciones personales; el valerse de la eventualidad en el ejercicio del poder, para distorsionar sus propios “valores” humanos; jactancias de bravuconadas desde sus cargos; relegación de la sensatez; subestimación de la tolerancia social, y obviamente, la incesante intensificación de acciones, para el beneficio económico de ellos y de sus incondicionales adulones y zalameros, que pululan cotidianamente sus entornos. A los que deben sumarse, la ya clásica, ineficiencia en sus funciones, de las que inclusive, y sin empachos, hacen gala de sus torpezas e impericias.

Todo este conjunto de actitudes, que afloran en el desgobierno, confluye y se posan, en lo que ahora es: una inerte y estoica población resignada, que recurre al “acullico” de su apesadumbrado destino, al que fue inducido aceleradamente.

En el pasado, se contaba con envidiables instituciones y organizaciones sociales, que de lejos se advertían en ellas: su nata legitimidad y representatividad; su independencia política partidaria; presididos por indiscutibles y lúcidos liderazgos de las que hacían notoria gallardía; poseedoras de una fortaleza y entereza social, porque sus bases, de manera permanente, demandaban y con intensidad beneficios para sí mismas; y otras efusivas funciones, a la fecha, todas ellas, fueron prescindidas.

El prebendalismo, en sus diferentes manifestaciones, como los espacios en la administración municipal, favores con nepotismos personales, las adjudicaciones oscuras, los viajes y otras gangas, hicieron que las dirigencias de instituciones y de las organizaciones sociales, marchen alineados sumisamente, al mismo paso, con las autoridades municipales.  Pasos que ni siquiera dejan huella.

A su turno, en una franca y repudiable complicidad están los concejales, al evidenciarse que no cuentan con “oficio, ni beneficio”, y optaron por refugiarse en el Ente Deliberante, como simples e insubstanciales serviles de la autoridad ejecutiva.

La fiscalización, la interpelación, los actos de censura, y otras acciones correctivas, establecidos en el ámbito jurídico, para el cumplimiento de sus funciones contra los miembros del Ejecutivo, simplemente quedaron en el papel. Si se hubiese obrado conforme a ley, el alcalde y sus colaboradores, al poco tiempo del inicio de sus mandatos, ya hubiesen sido obligados a dejar sus cargos, y ser procesados administrativa y penalmente, en sujeción plena a los preceptos constitucionales. Pero, ello no fue así, más bien se alejaron entusiasta y apresuradamente de la desobediencia a la ley, cuyas consecuencias, lamentablemente, son asumidas por el conjunto de la población, porque ellos, al final, fueron las víctimas de los desaciertos y del tácito desgobierno.

Este aniversario 120, debería constituirse como un hecho memorable, con resultados de sus trabajos en beneficio de la población, y así adquirir la categoría de plena celebración, pero se la aguarda, sin motivos, ni motivaciones, para su conmemoración.

El alcalde Héctor Cartagena Chacón y el conjunto de los concejales, que “dirigen” los destinos de este maltratado pueblo, probablemente, no alcanzaron, o mejor no tuvieron la capacidad de comprender, el clamor ni las necesidades de la ciudadanía, no obstante, la experiencia acumulada y el tiempo transcurrido, para esos propósitos. 

La población, con alborozo habría querido celebrar este aniversario con la presentación de:

  • Un Plan Estratégico de Desarrollo Integral de Quillacollo
  • La inauguración de la peatonalización de la Plaza Bolívar
  • El funcionamiento del hospital de tercer nivel
  • El comercio desarrollado en los tres mercados, ubicados en los tres puntos geográficos.
  • Reducción de la desenfrenada corrupción, y procesos penales a los responsables
  • El funcionamiento de la Universidad Metropolitana.
  • La aprobación de la Carta Orgánica Municipal.
  • Promulgación de leyes de ordenamiento, económico, social, cultural, deportivo, etc. etc.

Hace más de 4 años, en ocasión de las campañas pre electorales, y con la premisa de “Obras y no palabras”, eran las ofertas planteadas a la población, por Cartagena Chacón. Pero a la fecha, nada. Excepto el slogan, que fue invertido, por: “palabras y no hechos”, y al parecer, hicieron y hacen los máximos y sostenidos esfuerzos, y además sin rubores, para llevarlo esta frase como distintivo.

En referencia a las obras casi imperceptibles que se encararon, no cuentan con la garantía de su durabilidad; las otras iniciadas, sino quedaron en el olvido, las sentenciaron al abandono, y en las demás, el avance es tan lento, que seguramente, esperan a la siguiente administración, y finalmente, las que se consideran concluidas, están mal hechas. 

Como conclusión, se puede inferir que la improductividad, la inefectividad, y la esterilidad, fueron los evidentes patrones de gobierno de la actual gestión.

Lo honesto, lo sensato, lo legal y lo urgente, sería que, por esos flagrantes e incuestionables incumplimientos, los desapegos a la ley y las manifiestas omisiones de sus funciones, alejarse del cargo, de manera inmediata, para no seguir haciendo daño al erario municipal, y a la misma población. Pero, previo a esa honorable decisión, deberían proceder a la devolución de los salarios y estipendios, inmerecida e indecorosamente percibidos. Porque a nadie se paga, de la nada.

Si se obraría así, esa sí, sería la mejor obra, por lo menos de esta gestión, y pasarían a la historia, como buenos y honestos hombres, pero obviamente, no como buenos funcionarios.

///

 

.