Septiembre 12, 2025 -HC-

La mafia internacional en Bolivia


Viernes 12 de Septiembre de 2025, 9:45am






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En 2014, en Santa Cruz se produjo el asesinato de Goran Popovic, inicialmente conocido como David Eterovic Melgar, en el interior de un punto internet. “Un portal serbio ha revelado supuestos nexos que tenía el extranjero con cárteles de droga y la mafia de los Balcanes.” (El día, 23/07/2014). En marzo de 2024, se expulsó de Bolivia al serbio Zarko Pilipovic, acusado de pertenecer a la mafia balcánica y tener nexos con el Primer Comando de la Capital del Brasil (PCC) (ABI, 29/III/2024).  A finales de julio del presente año, se produjeron dos secuestros, de los que se dijo que “estarían vinculados con sicariatos posteriores” (Infobae, 7/IX/2025). Agosto de 2025: Dejanso Lazarevski, Miljan Gjekic y Vanja Milosevic fueron hallados sin vida en una vivienda de la zona norte de la ciudad de Santa Cruz. Eran originarios de Macedonia y Serbia, dos países de la región de los Balcanes en Europa.

“Las notas periodísticas internacionales vinculan a los tres asesinados… con el negocio de la cocaína en Bolivia” (El deber 1/09/2015)”. Una semana después eran asesinados con más de 100 disparos, dentro de una vagoneta, otra vez en el norte de Santa Cruz, Leonardo Vaca Diez y Harold Méndez, ambos con antecedentes penales (Ibid). El 2 de septiembre denunciaron la “desaparición” de Lorgio Saucedo, individuo con amplio prontuario delictivo. La Policía lo buscó llevando a cabo “un operativo en un hangar de Warnes, donde inicialmente los agentes fueron atacados con armas de fuego. Tras el despliegue de refuerzos aéreos y terrestres, se logró asegurar el lugar y se encontraron siete avionetas, armas de uso militar, chalecos antibalas y caletas presuntamente destinadas a ocultar droga. Posteriormente, su vehículo fue encontrado totalmente calcinado en la residencial zona del Urubó” (Infobae, 7/IX/2025). La Policía apresó a su asesino que había enterrado el cuerpo en el municipio de Warnes, también en el departamento más pujante de Bolivia.

El 3 de septiembre, hace apenas unos días , en el popular barrio del Plan 3000 de Santa Cruz, fue baleado un hombre del que después el fiscal Daniel Ortuño dijo que pudo tratarse de una confusión “con un ciudadano colombiano que residía en el mismo inmueble y usaba una moticicleta similar” (Ibidem). Entre otros indicadores de la presencia de cárteles internacionales en el país multipluri, está la expulsión al Brasil de Marcos Roberto de Almeida, alias Tuta, presunto “grande capo” del PCC, en mayo del presente año.  

“Fantástico”, nombre de un programa de la red O´Globo de ese país, llegó a Santa Cruz, Bolivia, “para mostrar el lujo y la tranquilidad en la vida cotidiana del narcotraficante Sérgio Luiz de Freitas Filho, también conocido como Mijao, Xixi o 2x, radicado en Bolivia por más de 10 años, uno de los principales líderes del PCC” . Además, se informó que “la Policía en Brasil cree que Mijao dirige desde Bolivia la logística internacional para el tráfico de cocaína entre Sudamérica y Europa” (Unitel, 7/9/2025). Otra: En el Paraguay, de acuerdo a la fuente citada, tratando de ingresar a Bolivia, fue capturado Luka Starcevic, considerado “embajador” de la mafia de los Balcanes en Sudamérica. Eso es lo que sabemos. Lo que no sabemos… tal vez está por llegar. 

El actual Ministro de Gobierno, Roberto Ríos, manifestó a la prensa nacional que todas las víctimas de los actos delictivos producidos en territorio boliviano, tenían antecedentes penales y vínculo con el narcotráfico y que también tenían que ver con “ajustes de cuentas” ligados al crimen organizado y que “no se descarta la presencia de grupos europeos, que, a través de emisarios, buscan relacionarse con la actividad del narcotráfico” (Ibid).

“Mafia balcánica” es un término genérico para referirse a diversas organizaciones criminales originarias de los Balcanes. Estas organizaciones operan a nivel internacional, involucradas en actividades como el tráfico de drogas, armas, personas, contrabando y lavado de dinero. Su estructura es compleja y descentralizada, con fuertes lazos familiares y étnicos. Su capacidad para corromper a funcionarios y su brutalidad las hacen especialmente peligrosas. Han extendido su influencia a Europa Occidental, Estados Unidos y actualmente Sud América, aprovechando la inestabilidad política y económica de la región de origen y de destino. La información sobre esta mafia es a menudo fragmentada y difícil de verificar debido a su naturaleza clandestina. ¿Si está presente en Bolivia? Todo indica que sí.

¿Cómo se iniciaron en Sud América? Eso es difícil saberlo, pero, dentro de las hipótesis, mientras crecía el negocio de las drogas procedentes de Sudamérica en Europa, los cárteles europeos abrieron los ojos y, en lugar de usar intermediarios, buscaron, en alguna etapa de sus actividades ilícitas, tener contacto directo con los productores de droga. De esa manera aparecieron con sus “emisarios” y “embajadores”, en Colombia, Perú y Bolivia, que son los tres mayores productores de cocaína del mundo.

Obviamente, esto despertó celos en los cárteles que trabajan en el país, especialmente los brasileños (PCC y Comando Vermelho), que ya tenían tiempo en el tema con sus jefes viviendo tranquilos en Bolivia y que además les servían de intermediarios a los europeos. Los cárteles europeos movieron el tablero de la mafia sudamericana, que además se vio menoscabada con la persecución de sus cabezas (como la de Marset y Tuta, por ejemplo) y un tanto desorganizada y debilitada por luchas internas y disputas territoriales de actividad ilícita.

También tiene que ver la expansión de actividades ilegales de organizaciones mafiosas sudamericanas de relativa menor importancia como el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles, esta última, según Trump, apadrinada (o liderada) por el actual presidente Venezolano Nicolás Maduro. Todo esto muestra, además, a Bolivia como un eje articulador de la actividad ilícita debido a la producción de materia prima para la fabricación de cocaína, su capacidad de refinación de droga, de acopio, de distribución, su posición geográfica y a la realidad permisiva, voluntaria o involuntaria, que mostró los últimos años en materia de lucha contra el narcotráfico. No hay que olvidar que, desde la expulsión de la embajada Norteamericana, USAID Bolivia y la DEA, el país multipluri adolece de por lo menos tres grandes falencias en materia de lucha contra el narcotráfico: Logística, comunicacional y la casi inexistencia de labores de inteligencia. Todavía andamos reclamando la instalación y funcionamiento de los 13 radares franceses que vendrían a paliar en algo la lucha aérea contra el narcotráfico.

Es indiscutible la presencia de narco-cárteles en el país multipluri. Cuando se menciona tal presencia como de “emisarios”, estos no vienen, pues, de vacaciones, vienen armados de violencia y con poder de decisión a hacer narconegocios y, también aparentemente, de armas. Y por lo visto, los cárteles brasileños, ya sentaron sus actividades en Bolivia hace mucho tiempo, (posiblemente desde la gestión del cocalero Morales) .

Como sea, aquí ya es notoria la presencia de la mafia balcánica, brasileña, venezolana y no hay que olvidar que hace por lo menos dos años, ya se hablaba de la Ndragheta y Camorra italianas como posiblemente presentes en el país. En suma, a título de “coca no es cocaína” (entre muchas otras cosas), ¿nos dejan una pesadilla? ¿Tenemos que ir acostumbrándonos a la violencia ejercida por cárteles internacionales?           

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