Estados Unidos interceptó y confiscó un buque sancionado frente a las costas de Venezuela, según informaron funcionarios estadounidenses a la agencia de noticias Reuters.
La operación se enmarca en la aplicación de sanciones internacionales y refuerza la postura de Washington sobre el control de actividades marítimas consideradas ilícitas en la región.
De acuerdo con los detalles proporcionados a Reuters, la acción consistió en la intercepción de una embarcación previamente identificada como sujeta a sanciones internacionales.
Las autoridades estadounidenses abordaron el buque en aguas cercanas a Venezuela y procedieron a su confiscación, siguiendo los protocolos establecidos para este tipo de operativos.
Hasta el momento, no se divulgaron públicamente datos específicos sobre la identidad de la nave ni sobre la situación de la tripulación.
Funcionarios estadounidenses consultados por la agencia citada explicaron que la operación forma parte de los esfuerzos continuos de Estados Unidos para hacer cumplir las sanciones internacionales impuestas a entidades y embarcaciones vinculadas al régimen de Venezuela.
Las fuentes oficiales subrayaron la importancia de este tipo de acciones para prevenir el transporte de cargamentos ilícitos en la región y garantizar la seguridad marítima.
El contexto de la operación responde a la política sostenida por Estados Unidos de mantener sanciones sobre ciertas embarcaciones y entidades asociadas a la dictadura de Nicolás Maduro.
En los últimos meses, Washington ha intensificado la vigilancia y el control sobre el tráfico marítimo en el Caribe y el Atlántico, con el objetivo de limitar actividades que considera contrarias a las normativas internacionales.
Acciones similares fueron ejecutadas previamente como parte de una estrategia más amplia de presión diplomática y económica.
El pasado viernes 12 de diciembre, el gobierno de Estados Unidos anunció que continuará con la estrategia de incautar más buques, en un intento por aumentar la presión sobre Maduro y forzar su salida del poder. Esta campaña incluye un despliegue militar en el Caribe, ataques letales a embarcaciones acusadas de tráfico de drogas y amenazas de bombardeo sobre territorio venezolano.
El economista venezolano Francisco Rodríguez, de la Universidad de Denver, advirtió al medio estadounidense que si Estados Unidos llegara a incautar un buque petrolero al mes, Venezuela caería en recesión. Rodríguez afirmó: “Si provocas una caída masiva de los ingresos petroleros, eso va a causar otra recesión masiva”.
La flota que transporta el crudo venezolano opera en la clandestinidad: se trata de una “flota en la sombra” compuesta por mil buques antiguos, muchos de los cuales también trasladan petróleo sancionado de Rusia e Irán. De acuerdo con el sitio TankerTrackers.com, hay unos 80 buques en aguas venezolanas o cerca de la costa, de los cuales más de 30 están bajo sanciones estadounidenses.
La incautación de buques en aguas internacionales por parte de Estados Unidos es poco frecuente, aunque existen precedentes. En 2020, la administración Trump confiscó cuatro embarcaciones que transportaban combustible iraní, tras obtener la aprobación de un juez federal que consideró que existían pruebas suficientes para vincular los activos con una organización terrorista designada.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que el primer buque incautado, el Skipper, ya había sido sancionado previamente por transportar petróleo iraní y será trasladado a un puerto estadounidense.
Leavitt explicó que las fuerzas estadounidenses ejecutaron una orden judicial sobre el Skipper y que los investigadores estaban interrogando a la tripulación. Añadió que, tras un proceso legal, Estados Unidos tomará posesión de los 1,85 millones de barriles de petróleo transportados por el buque.
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