Agosto 25, 2025 -HC-

Bolivia y la transformación digital en educación


Lunes 25 de Agosto de 2025, 10:00am






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Bolivia se encuentra en un momento decisivo. En medio de un nuevo proceso electoral y una creciente demanda ciudadana por modernización institucional, la educación debe convertirse en el eje transformador del desarrollo nacional. No basta con conectar escuelas: es urgente reformar el sistema educativo para formar talento digital, pensamiento crítico y capacidades técnicas que respondan a los desafíos del siglo XXI.

La educación boliviana necesita ser inclusiva, flexible y orientada al desarrollo de competencias para la economía digital. Esto implica repensar los modelos pedagógicos, fortalecer la formación docente y garantizar que cada estudiante —sin importar su origen geográfico o socioeconómico— tenga acceso a herramientas tecnológicas y contenidos relevantes.

Bolivia cuenta con una población de 11,3 millones de habitantes. Sorprendentemente, existen más de 11 millones de conexiones móviles activas, lo que representa el 108% de la población. El acceso a internet alcanza a 8,77 millones de personas (70,2%), y más de 7,6 millones son usuarios activos de redes sociales.

Estos datos reflejan una sociedad cada vez más conectada, especialmente a través de dispositivos móviles. Sin embargo, también revelan una brecha persistente: cerca del 30% de la población aún no tiene acceso a internet, y las zonas rurales siguen siendo las más afectadas. Esta desigualdad limita el potencial de las TIC como herramientas de inclusión, aprendizaje y desarrollo.

Para que Bolivia avance hacia una educación verdaderamente transformadora, proponemos una hoja de ruta estructurada en cinco ejes estratégicos:

1. Infraestructura y conectividad educativa

La conectividad debe dejar de ser un privilegio y convertirse en un derecho. Es imprescindible garantizar acceso a internet de calidad en todas las unidades educativas del país, priorizando las zonas rurales, indígenas y fronterizas. Esto requiere una articulación efectiva entre el Estado, operadores privados y soluciones tecnológicas emergentes como redes comunitarias y conectividad satelital.

Además, la infraestructura debe incluir equipamiento básico, mantenimiento técnico y entornos seguros para el uso de tecnología en el aula. Sin conectividad estable, cualquier política educativa digital será incompleta.

2. Formación docente en competencias digitales

El docente es el verdadero motor de la transformación educativa. Por ello, se necesita un programa nacional de formación continua en competencias digitales, que no se limite al uso de herramientas, sino que promueva nuevas metodologías de enseñanza, pensamiento crítico, ética digital y diseño de contenidos interactivos.

La capacitación debe ser contextualizada, práctica y acompañada por comunidades de aprendizaje, laboratorios pedagógicos y mentorías regionales. La meta no es solo enseñar con tecnología, sino enseñar para la tecnología.

 

3. Plataformas interoperables y trazables

Bolivia necesita ecosistemas digitales educativos que permitan el seguimiento real de los aprendizajes, la retroalimentación automatizada y la generación de contenidos adaptativos. Las plataformas deben ser interoperables —capaces de dialogar entre sí— y trazables, es decir, capaces de registrar el progreso de cada estudiante de forma segura y accesible.

Esto implica rediseñar los entornos virtuales existentes, incorporar inteligencia artificial para personalizar la experiencia educativa, y garantizar estándares de accesibilidad para estudiantes con discapacidad o en contextos vulnerables.

4. Educación técnica y formación dual

Uno de los modelos más exitosos a nivel internacional es el sistema educativo dual de Alemania, que combina formación teórica en aula con prácticas profesionales en empresas. Este enfoque ha demostrado ser eficaz para reducir el desempleo juvenil, fortalecer la productividad y vincular la educación con las necesidades reales del mercado laboral.

Bolivia puede adaptar este modelo a su contexto, articulando alianzas entre instituciones educativas, empresas, cooperativas y sectores estratégicos como salud digital, agroindustria sostenible, ciberseguridad y energías renovables. La formación técnica debe dejar de ser marginal y convertirse en un eje central del desarrollo productivo.

5. Innovación educativa con impacto social

La innovación educativa no debe ser solo tecnológica, sino también social y cultural. Es fundamental financiar proyectos que integren inteligencia artificial, realidad aumentada, gamificación y narrativas locales para abordar temas como salud comunitaria, biodiversidad, historia regional y cultura indígena.

Además, se debe crear un fondo nacional de innovación educativa que articule universidades, ONGs, gobiernos subnacionales y emprendedores digitales. La educación debe ser el espacio donde se incuben las soluciones del futuro.

La educación digital no puede seguir siendo una promesa postergada. En este contexto electoral, debe ocupar un lugar central en los planes de gobierno, no como un capítulo aislado, sino como el guion completo de una Bolivia moderna, inclusiva y resiliente.

Promover una transformación educativa digital requiere voluntad política, visión estratégica y compromiso ciudadano. Bolivia no puede seguir contemplando el futuro. Es hora de construirlo, con la educación como motor y la tecnología como aliada.

Luis Sergio Valle, es ciudadano boliviano.
 

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