En el marco de las elecciones generales de 2025, la transformación digital del país se ha convertido en una promesa recurrente entre los partidos políticos. Sin embargo, más allá de los discursos, ¿cuáles propuestas presentan una estrategia coherente, ejecutable y sostenible para impulsar una Bolivia digital?
La transformación digital es mucho más que una modernización administrativa: implica repensar el modelo de desarrollo, la relación Estado-sociedad y las capacidades productivas del país. Por eso, analizamos la integralidad, sostenibilidad y factibilidad de las propuestas digitales, considerando cinco ejes clave: institucionalidad, marco legal, talento humano, infraestructura y ecosistema económico digital, encontrando los siguientes hallazgos:
Alianza UNIDAD: una propuesta estructurada y ejecutable
Entre todos los planes analizados, el de Alianza UNIDAD destaca por presentar una arquitectura institucional sólida, metas progresivas y un enfoque sistémico. Su propuesta incluye:
- Creación del Ministerio de Tecnologías e Innovación (MINTIC) con liderazgo técnico.
- Educación tecnológica desde el nivel primario: programación, robótica e inteligencia artificial.
- Acceso a capital de riesgo público para startups tecnológicas.
- Expansión equitativa de fibra óptica y redes 5G.
- Automatización de trámites y desarrollo de plataformas ciudadanas de gobernanza digital.
El modelo planteado responde a principios de escalabilidad, inclusión y sostenibilidad, con articulación intersectorial y visión a cinco años.
Otras propuestas: avances parciales y desafíos estructurales
MAS – Bolivia Inteligente
Incluye transformación digital en salud, justicia y educación. Sin embargo, la propuesta carece de claridad institucional: no se definen entidades responsables, normativas ni cronogramas. Predomina una lógica sectorial sin sinergias interministeriales ni indicadores de impacto. Se pierde la oportunidad de articular un marco de gobernanza digital nacional con enfoque en derechos digitales y soberanía tecnológica.
Alianza Libre – Bolivia Digital
Presenta un diagnóstico profundo sobre brechas digitales y exclusión territorial. Propone emprendedurismo digital local, lo cual es valioso. Sin embargo, su modelo adolece de debilidad institucional: no se plantea una entidad rectora, hay ausencia de presupuestos plurianuales y no se visualiza cómo escalar programas locales a políticas públicas nacionales. El enfoque es valioso desde lo social, pero frágil en sostenibilidad técnica y fiscal.
APB-Súmate
Propone una política exterior tecnológica (diplomacia digital) y la creación de un Viceministerio de Tecnologías Estratégicas. Son iniciativas innovadoras, pero aisladas. Falta una estrategia de formación digital, marco normativo integral y visión de talento humano articulado con sistema educativo, empresas y gobierno. La propuesta tiene dirección, pero sin anclajes estructurales ni indicadores medibles.
NGP – Nueva Generación Patriótica
Su propuesta se enfoca en la inclusión digital mediante comités comunitarios. Es una apuesta territorial participativa, pero limitada en alcance: no aborda conectividad, infraestructura, mecanismos de financiamiento ni articulación productiva. Requiere evolucionar de enfoque social a una política tecnológica con musculatura institucional y normativa.
Libertad y Progreso (ADN)
Relaciona la digitalización con la reducción del aparato estatal, sin incluir componentes clave como conectividad, innovación, formación digital ni institucionalidad tecnológica. El enfoque es ideológico más que estratégico, sin propuestas ejecutables, ni visión sobre la economía o derechos digitales.
El análisis evidencia que la mayoría de las propuestas se limitan a enfoques sectoriales o aspiracionales. Sólo Alianza UNIDAD presenta una estrategia integral, ejecutable y alineada con estándares internacionales, capaz de impulsar una transformación digital real.
Indicadores que exigen acción inmediata
- En 2025, Bolivia cuenta con 8,77 millones de usuarios de internet, lo que representa una penetración del 70,2%. Aún 3,72 millones de personas permanecen desconectadas.
- Existen más de 11 millones de conexiones móviles activas, equivalentes al 108% de la población, pero no todas con acceso a internet.
- La velocidad promedio de internet móvil es de apenas 10,75 Mbps, mientras que la fija alcanza 47,72 Mbps, con grandes brechas entre zonas urbanas y rurales.
- El 61,1% de la población usa redes sociales activamente, lo que evidencia una ciudadanía digital creciente, pero aún sin protección normativa robusta.
Estos datos reflejan una realidad dual: crecimiento digital sostenido, pero con brechas estructurales que requieren políticas públicas urgentes, inclusivas y sostenibles.
La transformación digital no puede seguir siendo una promesa electoral ni una consigna general. Bolivia requiere una política digital ambiciosa pero realista, con institucionalidad fuerte, financiamiento sostenible y enfoque centrado en las personas.
La tecnología no es el futuro: es el presente que debe convertirse en política de Estado.
Luis Sergio Valle es ciudadano boliviano.
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