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Marcelo Quiroga: Socialista a pesar de mi origen

Marcelo Quiroga Santa Cruz, connotado dirigente político, fue asesinado durante la dictadura de Luis García Meza el 17 de julio de 1980.


Domingo 17 de Julio de 2016, 7:00pm






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El líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz (Foto: Internet)

La Paz,  17 de julio (Urgentebo).- “Yo soy un socialista no por origen de clase sino, a pesar de mi origen de clase, lo soy por convicción. Y, creo que no es reprochable que alguien que hubiese nacido en un estrato social que no es el proletariado, que no es la clase obrera, se hubiese entregado a su servicio”.

Con estas palabras, Marcelo Quiroga Santa Cruz (MQSC), connotado dirigente político asesinado durante la dictadura de Luis García Meza el 17 de julio de 1980, respondía a los periodistas de radio Nueva América poco antes de las elecciones de 1978, a la crítica que le hacían sus enemigos políticos, afirmando que “Marcelo es un burgués que juega al socialista”.

El jefe del Partido Socialista Uno (PS-1) añadía: “a ellos debería recordarles que un socialista no lo es, precisamente y con carácter excluyente, por su origen de clase. No todo obrero por el hecho de ser obrero es un revolucionario”.

Y agregaba: “lo que me parece reprochable, y de éstos tenemos muchos ejemplos en nuestra clase política, es que aquellos que nacen en el seno de la clase trabajadora, o en sectores populares,  o sectores de la clase media de pequeños ingresos, consagren su vida a ascender socialmente, a acumular fortuna, a traicionar los intereses de la clase (de la) que son originarios”.

Estas declaraciones fueron transmitidas en el programa “El Informal”, de radio Nueva América, dirigido por Raúl Salmón de la Barra, también director de la emisora, y su equipo de periodistas.

Hablando de los orígenes de este líder político, Roger Cortez, último jefe del PS-1 y conocido analista, recuerda que no falta razones para que se haya forjado una personalidad, una figura de estas características, a partir del singular y especial encuentro que confluye en él por un lado de una raigambre de origen familiar vinculado a las élites más reducidas de los años 30, cuando nació y, por el otro, una fuerza que empujaba a este niño y joven surgido en esta cuna a un encuentro y búsqueda que lo conectara con las más amplias masas, sectores más opuestos, en definitiva, a aquellos de donde había surgido.

Luego, Cortez en entrevista con la revista impresa Oxígeno, agrega que esa matriz intelectual y social fue forjando la personalidad de características espectaculares de este hombre, conformando una presencia que bien puede describirse como la fusión de un “poeta-guerrero”, porque hay tanta capacidad de musicalidad y seducción en su palabra, cuando tino táctico y búsqueda de norte estratégico en su tránsito político.

Mientras, su biógrafo Hugo Roda, sostiene que MQSC estuvo muy imbuido por la realidad social del país y una de las primeras tareas paternas que Marcelo recibió, consistía en acudir al parlamento, escuchar detenidamente los debates y las visitas de muy joven a los centros mineros, donde pudo ver sus dramáticas carencias, sus enfermedades y “esto debió impresionarlo, si es cierto que fue un muchacho muy sensible a la situación del país”.

Marcelo, el político

Raúl Salmón de la Barra, al empezar la entrevista presentaba a Marcelo Quiroga Santa Cruz, como el boliviano de varias facetas: escritor; periodista, aunque no de los que hacen la parte interna de la noticia; exministro; político, fundador del Partido Socialista, que a los 20 días de fundado conoce la clandestinidad; exiliado en México, y ahora proclamado candidato a la presidencia de la república.

Luego, Raúl Salmón recordaba  que, cuando como parlamentario en el gobierno del Gral. Barrientos atacó intereses petroleros antinacionales, él hizo el siguiente comentario: “desde la época de Salamanca hasta ahora, no se había visto un debate con argumentos tan claros, contundentes e inteligentes. Quiroga Santa Cruz, da relieve a un heterogéneo parlamento nacional”.

Retomando la frase de sus opositores de que “Marcelo es un burgués que juega al socialista”, MQSC afirmaba que la derecha “no puede ser coherente ni siquiera en sus críticas. Si le preocupa la supuesta inautenticidad de mis convicciones, si la derecha sospecha que en mí, en realidad, hay un burgués, debería estar tranquila y la verdad es que está muy intranquila”.

Tras reconocer que en su vida política hubo pocos renunciamientos, sí aceptó que en esta actividad hay muchos peligros. Solo por citar algunos, mencionó que no hubo forma de represión que no haya sufrido, desde la expulsión de la Cámara de Diputados, pasando por el secuestro en el Palacio de Justicia, dos atentados con bombas en su domicilio, campo de concentración en Madidi, se le impidió asistir al entierro de su padre, el exilio e intentos de asesinato, “y no sé todavía lo que me depare el futuro”, afirmaba a remarcar que cuando dicen que juega al socialismo, éste es un juego muy peligroso.

Pero, explicaba MQSC, también hay satisfacciones. “Recordarán ustedes –decía- que durante ese gobierno (el de Ovando), el 17 de octubre de 1969 se aprueba un decreto por el que se nacionaliza el petróleo. Esa medida, por ejemplo, compensa con creces todo lo que he relatado”.

De igual forma, “hay hechos sencillos, como el que al retornar a la patria, después de siete años de exilio, te encuentras con trabajadores, estudiantes, la juventud intelectual de avanzada y compruebas que la palabra de uno es digna de crédito. Eso también compensa con creces de lo que pasó”.

Y, consultado sobre los tres defectos que eliminaría de la práctica política nacional, Marcelo Quiroga explicaba que “primero habría que eliminar la inconsecuencia, que en el quehacer político queda subrayado, cuando el presunto aliado de la víspera eran un dechado de virtudes y cuando fracasan las negociaciones o se rompen los pactos, se convierte en hato de defectos. Se convierte en execrable”.

El segundo defecto, la deshonestidad en todos sus aspectos: en el manejo y uso de intereses, expresión de ideas, el trato político incluso con el adversario.

Y. el tercer defecto, eliminar el abuso de poder, la violencia, crueldad y la persecución del adversario.

El biógrafo Hugo Roda

Desde el punto de vista de Hugo Roda, politólogo y biógrafo de MQSC, el juicio de responsabilidades iniciado por Marcelo Quiroga contra Hugo Banzer y sus colaboradores, entre agosto y septiembre de 1979, fue uno de sus aportes fundamentales a la conciencia democrática de la sociedad boliviana.

“La conciencia sobre la dictadura militar -explica Roda- como intermediaria de intereses de sectores oligárquicos intactos hasta hoy, nunca fue tan alta entre los bolivianos como en esas jornadas de 1979 en que la sociedad frenaba los tanques en las calles, hasta el punto de que la ausencia de argumentos democráticos en esos sectores dominantes se hizo visible en su actitud homicida, cuya impunidad peina ya 35 años, como demuestra la reciente captura de uno de los asesinos materiales de Marcelo, edecán de Banzer y sus continuadores. La comprensión por el pueblo de las causas de los problemas nacionales, que Marcelo procurara tan noblemente no ha sido continuada”.

Para su biógrafo, que atendió las consultas de Oxígeno, el ideal político de Marcelo fructifica de distintas formas, gracias al legado de ideas y ejemplo de práctica política que nos ha dejado. El que la democracia representativa subsista y se enriquezca desde la sociedad, no en su mera expresión constitucional sino como conciencia de participación popular, pese a las cada vez mayores limitaciones a la expresión reflexiva durante la última década, por el monopolio estatal de los “medios de persuasión colectiva”, como los llamaba Marcelo. Sigue en curso la democracia que Marcelo alentó, para alcanzar otros objetivos en condiciones menos desfavorables a la maduración de una conciencia mayor, socialista, sobre nuestra realidad en su conjunto.

Luego recordaba que el PS-1 no iba a ninguna de las elecciones en las que pudo participar, “a ganar”, sino a politizar, a esclarecer en la conciencia de las masas la realidad existente y lo que correspondía hacer frente a ella. Además, el PS-1 no era solo una sigla política más, sino que buscó unificar a la izquierda mediante un programa que incluya principios básicos de lucha política, explícito y debatido públicamente en actos de masas.

Pero, la llamada “izquierda nacional”, quedó rezagada por intereses personales que el tiempo posterior dejó al desnudo respecto al proyecto socialista que Marcelo expresaba y concluyó en la deriva neopopulista (de CONDEPA al MAS) cuando no en la asimilación socialdemócrata a la derecha militarista o neoliberal.

Actualmente, explica Roda, es esa vieja izquierda de la UDP que se suma en condición dependiente a los jerarcas del MAS, junto a todos los fragmentos que caricaturizan hoy las medidas revolucionarias pasadas, de las que Marcelo fue esforzado protagonista

El biógrafo también señala que la imagen canonizada de Marcelo por instancias estatales, ha devenido extraña a su honda y casi desconocida ternura conjugada con su conducta revolucionaria insobornable y agrega que no es infrecuente escuchar, por parte de académicos funcionarios jóvenes del MAS que no se proponen conocer la vida y obra de Marcelo, que habría que “desmitificarlo”, o que lo comparan con el Vicepresidente (García Linera), ignorando que éste declaró “despreciarlo”, como a toda la izquierda de fines de los 70, cuando salió de prisión, en una conocida entrevista televisiva.

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