Mayo 03, 2024 [G]:

'Los viejos soldados", de Jorge Sanjinés, no es una película de la Guerra del Chaco


Lunes 4 de Marzo de 2024, 6:15pm






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Advertencia

Dos cosas antes de iniciar con esta lectura... La primera: en este artículo hay algunos spoilers, si no deseas leerlo estás a tiempo, segunda, aunque todo hace parecer que la película es una más de las creo 14 películas previas que existen sobre la Guerra del Chaco, ésta no es una película de la Guerra del Chaco...

 La película

No es novedad que una guerra es cruel, como tampoco es novedad que la crueldad no se aplica de la misma manera ante todos..."la moral tiene criterios estéticos", dicen que decía Nietzsche. En este sentido, en la Guerra del Chaco, la muerte como último peldaño de la existencia moral (o de la existencia en sí) tuvo criterios estéticos, indios morían por una guerra que no era suya con pocos blancos de clase media, a quienes poco o nada Bolivia les había dado. El país esa época era un resabio feudal de la Colonia, donde contadas familias se lo dividían, como quien se divide una finca heredada por sus abuelos. Paradójico, “fincas” que ni siquiera pudieron mantenerla íntegra. Quizás por eso Zavaleta dijo que la oligarquía boliviana no servía ni para oligarquía.

De todas maneras, en esa caverna de sangre y humillación que fue esa guerra entre los dos países más pobres de Sudamérica, dos personas, un indio y un k'ara se volvieron amigos, como un contacto de dos personas vecinas que vivían en el mismo país, pero que nunca se habían visto... Y ahí comenzó la película.

Primer hilo conductor, una lectura desde el Estado Plurinacional a la Guerra del Chaco

La Guerra del Chaco siempre estará de moda para los bolivianos, porque fue nuestra última guerra, pero más que todo porque fue el punto nodal para iniciar la Revolución Nacional y parte de la narrativa impuesta por el MNR para explicar la imperiosa necesidad del mestizaje como identidad constitutiva de la nación boliviana. "Todos somos mestizos", se repite constantemente la perogrullada vuelta discurso político, y que permitió dar ciertos corpus teórico y político al movimientismo para gobernar Bolivia y explicar la ontología perdida de la bolivianidad.

Empero, en la película no se puede ver esa intencionalidad movimientista, sino, al contrario, se trata de leer la Guerra del Chaco desde la visión del Estado Plurinacional, con dos personas, que, en lugar de decirse mestizas ambas, o de buscar ser mestizas ambas, deciden convertirse en el otro, penetrarse, inmiscuirse... vivirse entre sí, dos amigos, exsoldados disidentes transfigurados en comunario y dirigente minero ulteriormente.

Ambos soldados disidentes, después de realizar peripecias para salir de esa guerra injusta, ¿cuál realmente es justa?, lograron escapar y con un sentido abrazo de amistad (como los que pocas veces se dan los bolivianos) se despidieron. El k'ara se fue a Sorata y buscó ser comunario aymara, el indio se fue a su comunidad y después a las minas. El k'ara empezó una especie de catarsis para sentirse parte de la comunidad, pero al mismo tiempo pasó a despolitizarse. El indio, al contrario, se volvió dirigente minero, socialista y posteriormente movimientista, hay una escena donde se lo ve con Guillermo Bedregal (o alguien como él) con cuadros de fondo de Paz Estenssoro y Siles Suazo, el comunario se politizó a nivel extremo, como todos los dirigentes, inversamente proporcional al k'ara que se retrotrajo a la comunidad a hacer una vida privada diferente.

Segundo hilo conductor, de la Revolución Nacional a la Revolución Democrática y Cultural

Los teóricos primarios de la Revolución Democrática y Cultural tienen un criterio muy limitativo del significado de la Revolución Nacional (1952) y tratan de invisibilizarla en sus causas, en sus consecuencias y en su importancia, al punto que en el preámbulo de la Constitución no se la nombra ni se nombra a la Guerra del Chaco, pero sí se menciona las masacres del año 2003 en Bolivia, esta forma de contar la historia boliviana desde la indianidad, negando al nacionalismo revolucionario como parte de la historia “revolucionaria” de Bolivia, lleva a múltiples sesgos. Fundamentalmente, cuando no se quiere aceptar que existe una correlación dialéctica entre ambas revoluciones, como continuidad y ruptura, pero que no pueden ser separadas.

En la película, haciendo cierta abstracción se puede ver el hilo invisible que une a ambas, y más ahora que el MAS se parece cada vez más al MNR con las fisuras internas que está viviendo.

Bolivia sin encontrarse

La película después se convierte en un eterno buscar-se, entre ambos amigos que separados por la vida tuvieron que mendigar por decenas de años sin poder encontrarse. Cada uno cambiaba de residencia, de vida, de ser...de vivir y de rol en la sociedad... el k'ara en la comunidad, el indio como dirigente minero y burócrata, como precisamente las “dos bolivias”: la india y la "mestiza" (pónganle muchas comillas), que se desencuentran y se separan constantemente, y que cada vez parecen estar más lejos entre sí, como se vio el 2019, y como la película trata de esbozar. Una Bolivia sin horizonte unificado.

El vaivén entre ambos amigos, donde no se encuentran, parece rememorar una metáfora boliviana clásica, en la que los bolivianos se buscan entre sí buscando consensos y buscando su propia identidad, pero no logran concretarla.

La ansiedad y la última escena

La última escena es quizás la más importante de la película, una escena que a cualquier boliviano que vio la película le debe haber provocado ansiedad y tristeza o hasta bronca, porque es lo que todos viven actualmente, un país dividido, fragmentado... donde la mitad de uno se quedó al otro lado, y donde Bolivia -en tanto país- se vuelve persona y pide a gritos reunirse en el abrazo final de reconciliación y olvido de las heridas... la última escena, aunque son dos amigos divididos que están muy cerca del otro físicamente, no se reconocen…

Esta escena que dura un poco más de un minuto, es sin lugar a dudas la más interpelante de la película, desnuda a los públicos y las audiencias bolivianas, deja los problemas abiertos, impele a pensar-se y unir-se aunque se encuentren lejos por temas políticos.

El pasado desde el hoy

Ver la película desde el hoy, permite pensar el pasado desde el presente y resignificarlo, como toda historia vista a los ojos del hoy. Y ver esta película desde el ojo político actualmente permite dilucidar el estado de la Revolución Democrática y Cultural, su parangón con la Revolución Nacional, la nación boliviana (una vez más en debate) y los conflictos sociales y culturales, no resueltos aún...incluyendo lo acaecido el 2019 y las heridas no cerradas...

...la nación boliviana vuelve a escena de la mano de dos amigos de la Guerra del Chaco, y la historia una vez más nos da nuevos insumos para entender el presente y ver un futuro mejor. Si el arte anticipa épocas e incluso las predice, la película de Sanjinés da una hoja de ruta de lo que se debe hacer, pero que nadie se anima a dar el primer paso.

Santa Cruz

La película toma a Santa Cruz con las palabras de Germán Busch, insigne y reconocido cruceño, pero que no cumple los requisitos para ser un buen cruceño de élite actualmente... porque era socialista. Al igual que muchas escenas cruentas de la película, ésta manda un mensaje directo a las élites cruceñas y a sus líderes sobre la historia boliviana que recorre las venas de los cruceños y que algunos se niegan aceptar.

Veanla... aún hay mucho que se puede sentir de una guerra que ya acaeció hace casi 100 años, y más aún de un abrazo entre amigos que significa mucho más para quienes ven la película que probablemente para los mismos actores.

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