Diciembre 08, 2024 -H-

Irpaqa, la nueva oportunidad para lucirse de pollera


Miércoles 8 de Noviembre de 2023, 12:45pm






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8 de noviembre (Revista Oxígeno/Jacqueline Maydana)- Ella viste una pollera liviana con transparencias que combina perfectamente con la manta y los elegantes zapatos. Toda la tenida es blanca y resalta por sus bordados y adornos; mientras, su pareja tiene un traje negro complementada con una bufanda blanca que bordea su cuello. Ambos están ataviados con prendas que significan pureza, inocencia. Y tras el ritual de rigor, los dos jóvenes cargan unos aguayos coloridos para bailar la irpaqa, tras recibir la venia de sus padres.

La irpaqa (que viene de la voz aymara irpasiña – llevarse) es una tradición ancestral que ha sobrevivido hasta el siglo XXI y hoy está en auge gracias a la burguesía aymara, que le dio connotación social. Es el inicio de la vida en pareja, es la etapa que antecede al matrimonio.

Ahora, en la irpaqa las jovencitas o cholitas no se conforman con usar unas paradas sencillas, desean lucirse y realzar su belleza vistiendo de pollera y de blanco. Ruth Yucra se ha encargado de hacer feliz a las novias desde la pandemia; aunque ella se dedica al diseño para la chola hace 16 años.  “Hemos visto esa necesidad de los clientes, entonces hemos incursionado también en las paradas de las novias, porque esto lo usan ya para el día siguiente o lo usan en la irpaqa”, relata Yucra.

De acuerdo a las costumbres, las paradas, diseñadas exclusivamente para cada novia, son usadas especialmente para dos eventos importantes: la irpaqa y para el festejo del matrimonio, un día después de la ceremonia nupcial, vale decir, el recojo de padrinos o el conteo de regalos. Mientras que en la ceremonia religiosa, la novia prefiere usar un vestido. Aunque, algunas novias, ya mayores de edad, prefieren usar las paradas de pollera en el día de la ceremonia religiosa.

Estos diseños para la mujer de pollera tienen bastante demanda porque las novias no esperan el “año par” para que el “matrimonio dure”, como manda la creencia o costumbre, ya que la irpaqa se la puede hacer en año impar. “Ahora lo que más están haciendo es la irpaqa, para casarse al año, ahí va a haber un poco más de movimiento económico”, adelanta la diseñadora. 

Yucra se comunica con sus clientas para iniciar el trabajo con el fin de conocer sus demandas y exigencias. La obra podría ser morosa, ya que el diseñar y luego realizar las piezas puede durar por lo menos dos semanas.

LA ELEGANCIA Y EL ESTATUS SOCIAL

Yucra indica que el traje de novia para la mujer de pollera “es más elaborado”, tiene más bordados y detalles, porque las mujeres desean algo vistoso y llamativo. “El bordado es todo a mano, porque si lo vamos quizá a colar, no queda igual, o sea la calidad de la prenda ya no es la misma, entonces las clientes son exigentes porque usarán la prenda en un día especial para ellas y quieren estar impecables”, relata Yucra.

Una parada completa para la novia de pollera consiste en un corsé, la pollera, un juego de centros, la manta, el velo, los zapatos y unos moños para adornar el cabello de la mujer. La joven desea que las piezas estén elaboradas con bastante detalle y telas costosas ya que anhelan mostrar el poder económico que tienen. De ahí la frase: “la mujer de pollera viste caro”, porque a la ropa, hay que sumar joyas, el sombrero y otros accesorios.

“A ellas les da un estatus en la sociedad, en su círculo social, entonces esa parte sí les gusta, quieren lo mejor, quieren distinguir, quieren que todo mundo se voltee a verlas, eso es lo que me dicen cuando vienen mis clientes y charlamos con ellas”, cuenta la diseñadora.

Además, al tratarse de un diseño exclusivo, el costo es aún mayor, pero cuando la parada no ha sido diseñada para una persona, el valor es menos.

UN EMPRENDIMIENTO QUE DA TRABAJO

Yucra tiene dos hijos a quienes cría junto a su esposo. “Él (su esposo) me entiende, tratamos siempre de coordinar en el emprendimiento que tenemos”, narra. Pero también cuenta con personal para su emprendimiento, porque además de tenidas para novias, Yucra elabora diseños para la fiesta de El Gran Poder. “A veces hay que dejar muchas obligaciones para cumplir con nuestros clientes”, dice.

Yucra relata que trabaja con familiares y amigas, ellas son madres de familia que recogen las mantas o polleras para bordarlas a mano, luego, al terminarlas, regresan con el trabajo y reciben su pago.

LAS IRPAQAS, EL INICIO DE LA VIDA EN PAREJA

La irpaqa es una tradición aymara que se mantiene desde antes de la colonia. Marca el inicio de la convivencia de una pareja, porque al terminar la celebración, el novio se lleva a su amada con la venia de los padres.

La palabra irpaqa proviene de irpaña, que en aymara significa llevar. La costumbre se ha vuelto bastante popular en el área urbana, mientras que en el área rural, se la realiza con ritos más antiguos, según la historiadora Sayuri Loza. 

Según la tradición, el hombre va a la casa de su amada y lleva algunos regalos que podrían variar de acuerdo a sus posibilidades, por ejemplo, alimentos o cajas de cerveza. Además, no debe faltar un grupo musical que toque música autóctona o quizá otros ritmos, depende de los gustos.

En la reunión, la familia del hombre sostiene una charla con los padres de la novia y trata de convencer la unión. Si se concede, a continuación se realizan recomendaciones para la vida en pareja; y de rodillas, los futuros esposos piden perdón a sus progenitores.

En algunos casos, durante la irpaqa se pide matrimonio a la novia. La nupcias pueden efectuarse de inmediato o tiempo después.

ASÍ APRENDIÓ YUCRA

Yucra recuerda que su gusto por el diseño nació cuando apenas era una niña. Aprovechaba algunas prendas que su tía ya no usaba para recortarlas y conseguir trozos de tela y coserlas. O simplemente trataba de hacer cambios en los detalles de la ropa. “Uno nace con algo especial, con un don, estaba siempre desde muy niña con esto de la costura. A veces a mi tía era a quien más molestaba porque cortaba sus ropas (…) siempre me ha gustado cambiar y también he salido de un colegio técnico al salir bachiller”, cuenta.

Y aunque dicha manía causaba el enfado de su tía, Yucra ya se entrenaba para lo que soñaba ser en su vida. Aprendió a usar máquinas de coser y luego trabajó por muchos años como ayudante. En ese lapso aprendió bastante, pues mejoró sus trabajos.

Luego de un tiempo, Yucra inició en el rubro casi a sus 27 años y se dedicó exclusivamente a vestir a la mujer de pollera. Pero con el inicio de la pandemia necesitaba reinventarse. Entonces, decidió realizar parada de novias.

Las ideas revolotearon en su cabeza pues veía por redes sociales las pasarelas que se hacían en Europa con diseños únicos y extravagantes.  “Tenía la idea de fusionar lo que es el diseño, los colores, las formas con nuestra ropa de acá de Bolivia. Fusionar esas culturas y tratar de embellecer la ropa de la chola paceña. El resultado fue sacar un primer catálogo virtual donde por primera vez mostramos la transparencia”, indica.

En ese tiempo, cuantos las fiestas eran privadas por el riesgo de contagio del Covid-19, Yucra tuvo que recurrir a las redes sociales para comunicarse con sus clientes. “Yo me daba maneras de mandarles vídeos, tomar las medidas exactas. Todo era y así más virtual y ya solamente era ya para que lo recojan o mandarles”, recuerda.

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