La Paz, 19 de agosto (Urgentebo.com).-Suenan las doce campanadas de medianoche, en medio del espectáculo de las operaciones antidroga orquestadas por el presidente filipino Rodrigo Duterte. Los policías acaban de abatir a una "personalidad de la droga", otra más.
La víctima es extirpada del arrabal de Manila donde ha sido liquidada, y llevada a una funeraria. El joven se suma a otros cadáveres acribillados a balazos, que yacen en mesas o en el suelo ensangrentado.
Cada muerto lleva un número en cifras romanas inscrito en el brazo o la pierna.
Durante su campaña electoral el año pasado, el presidente Duterte había aconsejado a los electores que abrieran empresas de pompas fúnebres para obtener beneficios.
"Las pompas fúnebres estarán llenas a reventar" prometió. "Yo voy a suministrar los cuerpos", explicó.
Estas declaraciones fueron aplaudidas por los filipinos, hartos de la criminalidad y seducidos por su carisma de hombre de pueblo.
Dutert
ganó fácilmente la presidencial, tras una campaña basada en temas de seguridad. Se comprometió a erradicar el tráfico de drogas en seis meses gracias a una campaña en la que miles de traficantes y toxicómanos serían liquidados.En 14 meses, la policía ha confirmado haber abatido a más de 3.500 personas calificadas oficialmente como "personalidades de la droga".
Unos 2.000 sospechosos han resultado muertos a manos de desconocidos, según la policía. Pero los defensores de los derechos afirman que estos asesinatos han sido cometidos por milicianos o policías que actuaban de forma oficiosa.
Duterte ha rechazado las críticas de quienes estiman que esta campaña está condenada al fracaso, además de constituir un crimen contra los derechos humanos.