El expresidente de Estados Unidos Donald Trump será llevado al banquillo de los acusados en un hecho histórico para la potencia del norte y que puede afectar la carrera política del líder conservador. Pero la demanda que pesa sobre él, no es ninguna de las grandes cuentas pendientes con la justicia, ni su papel en el asalto al Capitolio, ni el probado fraude fiscal de su emporio, condenado en diciembre en Nueva York; ni siquiera haberse quedado con documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca. No. Tiene que ver con el dinero que uso para cubrir una aventura fuera del matrimonio, el año 2006, cuando su esposa Melania se recuperaba del nacimiento del hijo de ambos.
Llegaría a ser el primer candidato presidencial, en su caso a la reelección en 2024, que arrastre cargos penales durante una campaña sobre la que se proyecta la sombra de la justicia.
Un gran jurado de Nueva York ha votado este jueves imputar al expresidente republicano en la causa por el pago secreto de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio sobre una supuesta aventura que, de conocerse, habría dinamitado sus aspiraciones presidenciales, dado que el presunto soborno abortó el escándalo en el tramo final de la campaña.
En su carrera política, el republicano negó la relación, ha reaccionado de inmediato al anuncio con su consabida verdad alternativa, la de que es objeto de una “caza de brujas” por parte de sus rivales demócratas. Los llamó “matones de la izquierda radical”.
“Esto es un ataque a nuestro país que carece de precedentes”, ha escrito, en virulentas mayúsculas, en Truth Social.
¿De qué se acusa a Trump? En 2016, la estrella de cine para adultos Stormy Daniels se puso en contacto con algunos medios de comunicación y se ofreció a contarles una aventura extramarital que aseguró haber tenido con Trump en 2006.
Pero el equipo legal del entonces candidato presidencial se enteró, y su abogado, Michael Cohen,le pagó US$130.000 a Daniels para que se mantuviera en silencio sobre la cuestión.
La causa se ha centrado en investigar la supuesta falsificación de los asientos contables de la empresa de Trump para hacer pasar el pago a la actriz porno por otra cosa.
El entonces abogado del magnate Michael Cohen pagó a Daniels de su dinero, luego reembolsado por Trump y cuya empresa, la Organización Trump, registró como gastos legales. Eso es una falta castigada con una pena de hasta un año de cárcel, que pasa a ser un delito grave si queda probado que la operación fue instrumental en la comisión de otro crimen: por ejemplo, el de financiación irregular de una campaña electoral o el de conspiración para influir o impedir una votación.
Así, los fiscales también podrían alegar que esto viola la ley electoral, porque su intento de ocultar sus pagos a Daniels fue motivado por no querer que los votantes supieran que tuvo una aventura con la mujer.
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