“Las calles nos han sido robadas a los peatones y necesitamos proyectos como este para volver a recuperarlas”. Éstas eran las palabras de George Ferguson, miembro del Jurado del 3er premio a la Innovación Urbana en Goangzhou (China), cuando entregaba el premio al Proyecto Cebras Educadores Urbanos en diciembre de 2016. Dos elementos hicieron que se gane el concurso, la sencillez del concepto frente al gran impacto social que generó y la facilidad de replicarse en otras ciudades.
En la historia del Proyecto Cebras hubo muchos otros reconocimientos, se replicó en otras ciudades de Bolivia y el impacto que tuvo en la Ciudad de La Paz ha sido analizado y tomado como referente en distintos trabajos y artículos académicos. Y es porque las personas se apropiaron del proyecto, lo hicieron suyo y lo defienden porque se identifican con los personajes. Todos y todas anhelamos ser mejores personas, es parte de nuestra naturaleza y las Cebras nos invitan día a día a sacar nuestra mejor actitud y compartirla con las personas en el espacio común de la ciudad. Este impacto se logó esencialmente por tres elementos: La Institucionalidad, la naturaleza del voluntariado y el espíritu de equipo del Proyecto.
La Institucionalidad lograda ha sido producto de una estrategia bien diseñada que era una política transversal de Cultura Ciudadana, la cual se media cada año en relación al nivel de aceptación de la ciudadanía y sus resultados. Gracias a esto es que se decide diseñar un área que vincule la Educación con las temáticas de Cultura Ciudadana con una visión muy atinada porque permitió articular dichas temáticas con proyectos estratégicos como la Mochila Escolar, La Alimentación Complementaria y el acompañamiento que se hacía a los profesores en el diseño e implementación de sus Proyectos Socio-productivos (PSP). Esto permitió que la gestión municipal en educación deje de ser politizada y tenga un propósito de corresponsabilidad social.
Actualmente el trabajo voluntario es una nueva forma de economía pues realiza una contribución de inestimable valor con solidaridad y altruismo para mejorar nuestra sociedad. En este sentido la naturaleza de voluntariado del Programa Cebras Educadores Urbanos es su mayor virtud, los y las jóvenes invierten tiempo y energía para hacer una mejor ciudad, y por esto, debería ser el aspecto que más se potencie e incluso se lleve a un nuevo nivel de voluntariado social-ciudadano y voluntariado de responsabilidad social empresarial. Esto se lograría por supuesto si el Programa seguiría siendo parte de una Unidad Estratégica y transversal en vez de reducirse a simplemente un proyecto pequeño con una cantidad mínima de voluntarios y sin un equipo de profesionales que lo sustente.
Finalmente el espíritu de equipo que se fomentó en el Proyecto ha definido su mística interna. El Espíritu Cebra fue construido por los mismos jóvenes y reforzado con talleres de capacitación y desarrollo personal por el equipo de artistas, psicólogos, asistentes sociales, comunicadores, asesores legales y administrativos que eran parte del equipo. Un equipo que siempre ha tenido el mandato de las autoridades de cuidar y velar por la coherencia de los valores entre el discurso y la acción cebra.
En todo caso no son los colores políticos ni el teñido de la piel cebra lo que marcaron las acciones y resultados del Proyecto sino el amor y el compromiso por la ciudad. Una visión continua e innovadora que ha convertido a nuestras queridas cebras en las defensoras y las reconquistadoras del espacio común que tanto nos hace falta a las familias paceñas.
Sergio I. Caballero Vidal
Es actor, educador y fue Secretario Municipal de Educación y Cultura Ciudadana
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