Cuando pensábamos que el inefable vocal del Tribunal Supremo Electoral Atahuichi Quispe ya no podía sorprendernos con su patológica manía de llamar la atención a como de lugar, ahora propone que la activista Maria Galindo sea la "moderadora" del debate presidencial entre Rodrigo Paz Pereira y Jorge Tuto Quiroga Ramirez.
Sin duda otro absurdo y despropósito. Un debate presidencial de estas características debería servir para que los candidatos puedan demostrar ante el público su capacidad, idoneidad y demás atributos que los hagan merecedores del voto popular. De ninguna manera puede convertirse en un espectáculo para el lucimiento de un tercero (o tercera, en este caso) que nada tiene que hacer en este contexto.
Maria Galindo tiene muchos atributos sin duda, pero la "moderación" no es uno de ellos. Con toda seguridad se "robaría" el show y llevaría agua para su molino, dejando a los electores frustrados en su afán de evaluar a los candidatos.
El vocal Atahuichi Quispe ya no sabe que más hacer para sobresalir y protagonizar las noticias. Está completamente desorientado acerca de su rol como árbitro electoral y pone en grave riesgo la credibilidad y seriedad de la administración del proceso.
El esperado debate del ballotage debe llevarse a cabo cuidando los mejores estándares internacionales al respecto, lo que implica contar con una moderación adecuada y profesional o sea prácticamente imperceptible. Todo lo contrario a lo que sugiere el señor Atahuichi Quispe
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