El gobierno de Argentina está sufriendo una espiral de presión tras la devaluación del peso, en el contexto de una caída en la credibilidad del presidente liberal Javier Milei. Medios del vecino país informan que el mandatario que hizo campaña con la motosierra está perdiendo la confianza de los inversionistas y está en busca de un nuevo crédito internacional para hacer frente a esta nueva etapa de la crisis.
“El mercado está “en modo pánico”, admitió Milei, en un contacto con medios argentinos.
Este viernes 19 de septiembre, el Banco Central inyectó 678 millones de dólares en el mercado cambiario en un intento por satisfacer la demanda de divisas fuertes y evitar un colapso del peso argentino. En suma, en tres días movilizaron 1,100 millones de dólares, un monto altísimo en un país que, según las mejores estimaciones de los economistas, tiene menos de 20,000 millones de dólares en reservas internacionales líquidas
El viernes, Milei prometió defender el peso a toda costa, repitiendo las palabras de su principal asesor económico del día anterior: “Haremos todo lo que debamos hacer para proteger la calidad de vida de los argentinos”. Su frase tiene relación con la devaluación del 10% de la moneda local frente al dólar.
El panorama económico de Argentina se ha complicado este mes. Solo en septiembre, el índice S&P Merval de las acciones líderes argentinas acumula un derrumbe del 15 %, mientras que los bonos soberanos en dólares arrastran caídas de entre el 21 % y el 29 % y el índice de riesgo país de Argentina ha trepado casi un 74 %.
Este sábado, Milei admitió que la reciente devaluación del peso, que se ha depreciado en 10%, podría trasladarse a los "precios, y podría además impactar sobre el nivel de actividad”.
"Se volatilizó la demanda de dinero. Hay que ver si esa volatilización tiene como contrapartida una caída de la demanda de dinero vinculado a lo que tiene que ser las transacciones. En ese caso podría ir a precios y podría además impactar en el nivel de actividad", dijo el mandatario.
LAS DUDAS SOBRE EL PLAN DE MILEI
Aunque las tensiones en los mercados se suceden desde mediados de este año, han sido mayores desde el duro revés del oficialismo en las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires el pasado 7 de septiembre, cuando Libertad Avanza sufrió una dura derrota a manos del peronismo.
La derrota electoral en la provincia que concentra al 38 % de la población argentina ha dejado mal parado al oficialismo de cara a los comicios legislativos nacionales del 26 de octubre.
Sondeos recientes revelan que el nivel de desaprobación de la gestión de Milei crece. Las protestas en las calles de colectivos afectados por la política de ajuste del Ejecutivo se repiten cada semana y la oposición gana cuerpo para ponerle freno en el Congreso a la negativa del presidente a destinar más recursos a áreas como salud, educación y discapacidad.
Si la moneda se derrumba, los precios al consumidor volverán a dispararse y cualquier esperanza de Milei de mantener el apoyo popular necesario para sostener su agenda de reformas se desvanecerá.
Este es un gran problema para Milei en este momento: la ventaja de su partido en las encuestas se está reduciendo de cara a esos comicios, lo que podría dejarlo sin el respaldo suficiente en el Congreso para sostener su agenda de libre mercado.
Milei está “gastando reservas de divisas a un ritmo frenético para apuntalar un peso en caída libre”, escribió Derek Holt, vicepresidente y jefe de economía de mercados de capital de Scotiabank, en una nota.
“Sostener este tipo de cambio implicaría el riesgo de devolver al país a una hiperinflación descontrolada que Milei prometió erradicar. La esencia misma de sus reformas está en peligro y, con ello, las esperanzas de los argentinos, demasiado acostumbrados a los fracasos de política económica”.
A mediados de este mes, se conoció que el producto interno bruto (PIB) de Argetina se contrajo un 0,1 por ciento en el segundo trimestre de 2025 respecto de los primeros tres meses del año, según el el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La caída intertrimestral se explicó por un descenso de las exportaciones en un 2,2 por ciento, del consumo privado en un 1,1 por ciento y de la inversión (formación bruta de capital fijo) en un 0,5 por ciento, mientras que las importaciones mermaron un 3,3 por ciento, detalló la entidad estatal.
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