Mayo 11, 2025 -HC-

Radiografía del trópico de Cochabamba


Viernes 9 de Mayo de 2025, 11:15am






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El trópico de Cochabamba es un punto neurálgico del poder político en Bolivia desde hace más de 20 años. No solo Evo Morales desarrolló desde ahí su proyecto, sino que es probable que el próximo presidente provenga de sus filas. Por ello la importancia de entender cómo funciona esta macro zona.

Poco se ha estudiado la composición organizativa del trópico, en contraste de las docenas de estudios que hay sobre su influencia en la política nacional. La mayor parte de los comentarios son simple prejuicio. No falta quien dice que los cocaleros protegen a los narcotraficantes o que allá se vive una “dictadura sindical” que no da respiro a nadie. No es tan simple. El trópico es una zona compleja y muy dinámica. No todos los sindicatos funcionan de la misma manera y no todas las federaciones tienen el mismo poder.

Gracias a investigaciones de Sandra Ramos, Andrés Huanca y Fernando Salazar, sabemos que las primeras poblaciones llegaron a la zona luego de la “marcha al oriente” promovida por la Revolución Nacional. Pero no fue hasta los 70 y 80 cuando la población se multiplicó, atraída por la esperanza de días mejores que las zonas altas del país no podían dar debido a las constantes sequías y crisis estatales. Hubo hasta tres planes estatales de poblamiento de la zona. La cantidad de tierras disponibles, la producción de coca y el narcotráfico provocaron el boom. La zona, poblaba previamente por yuracarés, pasó a dominio quechua–aymara.

Así, con el crecimiento de la población nació la primera de las seis federaciones actualmente reconocidas: la Federación especial de Chimoré (1964), luego apareció la Federación de trabajadores campesinos del Trópico de Cochabamba (1975), Federación Especial de Colonizadores de Carrasco Tropical (1984), Federación Única Centrales Unidas (1986), Federación especial Yungas Chapare (septiembre de 1987) y Federación Agraria Mamoré Bulo Bulo (22 de septiembre de 1996).

Las seis federaciones están desproporcionalmente distribuidas en tres provincias: Chapare, Tiraque y Carrasco, y se superponen a cinco municipios, entre ellos Villa Tunari, Chimoré, Shinahota, Puerto Villarroel y Entre Ríos. Todas están aglutinadas en la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico. Las federaciones Trópico (de Evo Morales) y Yungas Chapare están en Villa Tunari; en Shinahota está Centrales Unidas; en Chimoré la Federación Chimoré (de Leonardo Loza); en Puerto Villarroel (Ivirgarzama) está Carrasco Tropical y en Entre Ríos la Federación Mamoré Bulo Bulo (de Andrónico Rodríguez).

Sin embargo, la distribución de afiliados, economía y poder es desigual. La Federación Trópico concentra 27 centrales y 246 sindicatos; Yungas del Chapare 11 centrales y 107 sindicatos;  Centrales Unidas 7 y 29; Chimoré 14 y 109; Carrasco Tropical 25 y 305 y la Federación Mamoré Bulo Bulo 14 centrales y 169 sindicatos. Como se ve, dos federaciones (Trópico y Carrasco Tropical) concentran más del 60% de sus aproximadamente 60 mil afiliados.

En los 90 se crearon federaciones “paralelas” de mujeres, quienes buscaban mayores espacios de participación y resistencia ante la represión. Antes su rol se centraba en temas de cuidado, limpieza y alimentación, pero con la creación de federaciones femeninas su papel se equiparó al de los varones, tanto en la lucha callejera como en el poder sindical.

También hay diferencias en las entidades matrices. Por ejemplo, las federaciones Carrasco, Chimoré, Yungas - Chapare y Mamoré Bulo Bulo, pertenecen a la Confederación de Interculturales de Bolivia, mientras que Trópico y Centrales Unidas pertenecen a la Csutcb. En las federaciones de mujeres, también hay esa división.

Aunque la mayor parte de los afiliados tiene un cato de coca (o un cato “blanco”, es decir ilegal) otros miembros también se dividen entre “cocaleros” antiguos y los que se dedican a otros rubros agrícolas o ganadería pequeña. A Andrónico, por ejemplo, le dicen “bananero” en las redes sociales alineadas con Evo Morales.

También hay una gran diferencia en los cultivos de coca por federación. Con datos de 2022, en Villa Tunari, la federación Trópico de Evo tiene 4.157 hectáreas de coca, en la Federación Carrasco Tropical (Puerto Villarroel) hay 2.137 hectáreas, entre ambas ocupan más del 80 % de las 7.700 hectáreas autorizadas por la Ley 906 en la región. Entre Ríos tiene 1.604 y mucho más abajo Chimoré (715 ha) y Shinahota (861 ha).

La estructura de las seis federaciones es similar a otras organizaciones sociales: la base es el sindicato, luego la subcentral o central (que agrupan a entre 3 a 10 sindicatos) y la federación, que agrupa a entre 5 y 15 centrales.

Los sindicatos tienen una amplia gama de competencias, desde el control social de los catos, hasta la resolución de conflictos entre vecinos, organización de fiestas y movilizaciones. Hacen lo que el Estado no puede.

Su férrea unidad -hoy en jaque por la suicida idea de Evo de ser candidato- se articuló en torno a la lucha por la coca durante los 80 y 90 frente a las políticas represivas del Estado y la DEA norteamericana, que confundieron -como muchos- coca con cocaína. De ahí sus consignas antiimperialistas y nacionalistas. Pero ojo, no comunistas.

En 2018, había en los cinco municipios del trópico 129.480 militantes inscritos en el MAS, la mayor parte de las Seis Federaciones. Según el Censo 2024, la región tiene 259.894 habitantes. Y aporta el 3,4 % del PIB nacional. El 19 de mayo sabremos si esta organización mantiene su unidad orgánica.

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