Octubre 12, 2025 -HC-

Un periodismo que moleste, inquiete, investigue, oriente, devele


Domingo 12 de Octubre de 2025, 8:30am






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La polémica periodista Oriana Fallaci contó que en sus reportajes, entrevistas y eventos políticos que cuando cubría tomaba posición y dejaba en sus escritos un pedazo de su alma, porque consideraba que el periodismo debe asumir una clara actitud y de frente. “Mi intención como periodista está destinado a taladrar las orejas de los sordos, abrir los ojos de los ciegos, inducir a los descerebrados a usar el cerebro”.

Ryszard Kapuściński, periodista y escritor polaco, nos decía que el periodista siempre está contra la guerra, la violencia, las injusticias, los abusos, la corrupción e incluso cuestionó seriamente a los que usan el periodismo para otros fines. Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”.

Antonio Miranda, el gran periodista, que se enfrentó a la dictadura militar de Luis García Meza, con su reportaje de investigación sobre las piedras preciosas de La Gaiba, denunció los tentáculos de los militares con este gran negociado.

Paulovich con su humor picante, definía claramente su posición, entendiendo que el humor es parte del ejercicio periodístico.

En estos últimos días a raíz del debate vicepresidencial un candidato expresó un sentimiento colectivo: cuestionar la labor de ciertos medios de prensa y canales de Tv, que estarían jugando un rol electoral apoyando a un candidato o defenestrando a otro candidato. Pateó el tablero mediático que en Bolivia es bastante amplio, diverso, multicolor y de diferentes tendencias políticas.

Incluso hizo cambiar ciertas reglas del debate vicepresidencial que no tuvo ese formato de debate, incluso con la presencia de cuatro periodistas no alcanzó a llenar las expectativas de mucha gente, que llegó a criticar y cuestionar seriamente en las redes sociales el desarrollo del mismo. Pero este no es nuestro tema.

El candidato dijo que los medios autorizados para el debate eran de la derecha y que no tenían independencia, acusándolos de estar apoyando a la fórmula Quiroga-Velasco. No hubo reacciones de los aludidos.

En todo caso sacó a relucir los temas mitos en el periodismo ya sea de Bolivia o de cualquier otro país: la independencia, neutralidad y objetividad, que son introducidos como palabras sagradas en la formación profesional y en los discursos mediáticos. Pero que obviamente en la realidad esos tres principios son estropeados, manipulados y usados según soplan los vientos, o en todo caso, hay que verlos desde otro ángulo, así como lo vienen planteando varias plataformas digitales de prensa, que no solo están informando, sino que están develando, denunciando y aportando con el objetivo de contribuir a la constitución de una opinión pública informada, alerta y madura

En estos tiempos se necesita un periodismo que moleste, inquiete, pregunte indague, investigue y oriente. Para contentar, divertir y burlarse están las redes sociales y su ejército que están ocupados en construir mentiras y tratar de moldear a la gente con sus memes, videos, noticias falsas, mediaverdades ante esta danza espectacular de noticias chatarras debe asomar el periodismo con fuerza y valentía para develar las mentiras y difundir la verdad.

Los periodistas, los medios de prensa, los programas periodísticos en las redes sociales han sido fundamentales en este proceso electoral, por lo que les invito a pensar en algunas respuestas a estas preguntas:

¿Cuál ha sido y es el rol del periodismo en este proceso electoral?

¿El periodismo ha sido parte importante de la polarización en que estamos envuelto hace muchos años: collas vs cambas, oligarcas vs yescas, campesinos vs citadinos, indígenas vs karay, colonos vs productores?

¿Los medios de prensa y los programas periodísticos de las redes sociales han sido parte de la guerra sucia, hedionda, intensa y violenta que han protagonizado los candidatos, tanto en la primera vuelta, pero con más virulencia en la segunda vuelta?

¿El periodista, que sobre todo es un ciudadano, ha sido un instrumento de los políticos o ha marcado la cancha de forma clara y contundente? ¿Se ha distanciado del poder o ha convivido con el poder?

¿El periodismo es creíble y tendrá la capacidad de afrontar los golpes que ha venido sufriendo tanto del poder, de los movimientos sociales, del uso manipulador de las redes sociales, de la crisis económica?

 

Precisamente en este proceso electoral, el periodismo tuvo el gran reto de no convertirse en caja de resonancia ni ser usados por ninguno de los candidatos, aunque algunos cayeron en la tentación de ser alfiles de las denuncias, acusaciones, gritos que con poder y placer lo hicieron, diciendo que  están detrás de la verdad. Sin maquillaje ni disimulos sus periodistas asumieron una posición política, que algunos dirán están en su derecho.

Algunas puntualizaciones de la relación entre el poder y el periodismo, que siempre deben ser distante, tensa, de respeto, que seguramente no les gustará a los políticos, a las autoridades de turno o cualquier otro que considere que los periodistas están a su servicio o que pueden disponer de ellos cuando quieran.

El poder (candidatos, autoridades, dirigentes) está convencido de que todo lo que hace y dice puede y debe ser motivo de una cobertura periodística. Pero que esa atención periodística debe estar de acuerdo a sus normas, caprichos e intereses. Ay del periodista que sea crítico e investigador.

Los políticos creen que los medios tienen la obligación de ocuparse de lo que hacen y dicen y darles un buen despliegue de tiempo y espacios. No admiten críticas ni denuncias ni preguntas que no sean consensuadas.

El poder tiene un drama: cree que los medios de prensa y sus periodistas deben estar al servicio de sus tentaciones narcisistas, es decir, verse en la pantalla todo el día y leerse en los periódicos, pero que hablen bien de él, nunca cuestionándolo.

Cree que la prensa no tiene el derecho ni la capacidad de que lo investigue, que develen hechos de corrupción, tráfico de influencias, nepotismo, malas relaciones, contratos lesivos, etc. Cuando hay una investigación seria, el poder se enoja y tacha a la prensa de vendida, de estar al servicio de otros intereses.

Los periodistas están sometidos al escrutinio público diario. Esta alta exposición los obliga a actuar con responsabilidad, evitando caer en errores o traspies, lo que de forma inmediata generará reacciones contrarias de la gente. Al poder no le interesa esta exposición de los periodistas, a quienes los agrede, así lo hizo durante muchos años el expresidente Evo Morales.

“Al poder y al periodismo los separan sus razón de ser, sus principios, sus valores y sus prácticas.

La política busca el poder, el periodismo es otro poder, algunos lo señalan como contrapoder.

El poder decide, especula. El periodismo informa y opina.

Los políticos gobiernan. Los periodistas median y también fiscalizan.

Los dos sirven a la sociedad y se juegan ante ella, pero por separado. Cada uno en su terreno, según su misión, sus intereses y su código de ética”, reflexiona el periodista ecuatoriano José Hernández.

Claro que en este proceso electoral ciertos medios y periodistas demostraron su distancia frente al poder  y sus candidatos; mientras hubo otros que fueron instrumentos de la guerra sucia y de la polarización; pero que desde las redes sociales el ciudadano tuvo su rol dinámico y abarcador.

Las palabras sagradas del periodismo: neutralidad, objetividad e independencia fueron puestas en la picota y entraron en un proceso de contradicciones, que cuando se calme la furia electoral debe ser motivo de análisis y autocríticas de los periodistas y sus organizaciones sindicales y profesionales.

Este oficio demanda mucha distancia con el poder y hacer frente a la noticia chatarra que a cada minuto nos bombardean, desafíos sin el derecho a equivocarse.

 

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