Julio 17, 2025 -HC-

Sin rodaje, pero con corazón, Bolívar arranca con fiesta la Sudamericana


Jueves 17 de Julio de 2025, 6:45am






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En una noche intensa, Bolívar dio un golpe de autoridad en el Hernando Siles y venció 3-0 a Palestino en el partido de ida de los playoffs de la Copa Sudamericana. El resultado no solo refleja la superioridad del conjunto celeste, sino también la frustración de un equipo chileno que no se vio superado ni física, ni técnicamente, solo emocionalmente por el marcador adverso.

Bolívar arrancó su camino en los playoffs de la Copa Sudamericana con una victoria que, más allá del marcador, tiene un mérito especial: lo hizo con varios debutantes en cancha y sin partidos de preparación previos. En un contexto donde el ritmo competitivo suele marcar la diferencia, el equipo celeste demostró que la convicción y el talento pueden suplir la falta de rodaje. Robatto apostó por un once renovado, con incorporaciones que apenas se están conociendo, y aún así logró imponer condiciones ante un Palestino que venía con más continuidad.

El partido mostró momentos de desajuste, como era de esperarse. Bolívar aún necesita engranar mejor sus líneas, afinar las sociedades y consolidar automatismos. Hubo pasajes en los que el equipo se vio impreciso, especialmente en la transición ofensiva, y algunas desconexiones en defensa que podrían haber costado caro ante un rival más incisivo. Sin embargo, lo que se vio en el segundo tiempo —con goles, presión alta y actitud— deja claro que hay una base sólida sobre la cual construir.

Para ser un arranque “a ojo cerrado”, como se dice en la jerga futbolera, Bolívar cumplió con creces. No solo ganó, sino que dejó buenas sensaciones y mostró que sus nuevas piezas tienen potencial. El resultado es un envión anímico importante, pero también un punto de partida que invita a trabajar con más tiempo y precisión. Si este es el nivel inicial, el techo del equipo puede estar mucho más arriba.

Es cierto, Bolívar comenzó su participación en la Copa Sudamericana 2025 con una victoria, como manda la historia y la exigencia de su hinchada, pero el rendimiento dejó señales que no deben pasarse por alto. El equipo mostró una evidente baja en el ritmo futbolístico, algo que ya se percibía en la Copa Libertadores del primer semestre con los jugadores brasileños que luego dejaron el plantel, pues no querían estar más en Bolivia; hoy, con los nuevos fichajes, se acentuó aún más. Con eso quiero decir que el cuadro académico es más lento.

La falta de trabajo colectivo y partidos de preparación se tradujo precisamente en esas transiciones lentas y poca explosividad, especialmente en ataque. No cabe duda de que el promedio de edad ha subido en el plantel celeste —con referentes como Martín Cauteruccio, de 38 años— y eso se refleja en la dinámica del juego. Bolívar ganó, sí, pero necesita acelerar su proceso de engranaje si quiere competir con solvencia en esta nueva etapa internacional.

Llamó la atención la cantidad de tiros de esquina que tuvo La Academia, en relación al equipo chileno. Lastimosamente para los celestes fue un detalle serio donde salió a relucir la ineficacia de quienes iban a cabecear. Mucho juego aéreo, demasiado centro buscando a su delantero uruguayo. Detalles en los que se deberá trabajar esta semana, antes de la visita a Chile.

Esta nueva propuesta, más vertical pero menos elaborada, dejó en evidencia ciertas limitaciones. En resumen: el equipo desperdició innumerables jugadas a balón detenido y falta de precisión en los envíos. La ausencia de jugadores con buen pie para ejecutar y finalizar estas acciones se hizo notoria, y si bien el resultado fue positivo, Bolívar deberá trabajar en recuperar variantes ofensivas más efectivas si quiere sostener su protagonismo en el torneo.

Bolívar ganó bien, con autoridad en el marcador y momentos de buen juego, pero sigue mostrando dificultades para romper sistemas defensivos cerrados como el que planteó Palestino este miércoles. El equipo chileno apostó por un bloque compacto, líneas juntas y poca exposición, lo que obligó a Bolívar a buscar alternativas que no siempre fueron efectivas. La falta de movilidad, sumada a un ritmo pausado y escasa sorpresa en los últimos metros, hizo que el partido se mantuviera trabado durante largos pasajes. Aunque el resultado fue amplio, el desarrollo del juego dejó claro que Bolívar necesita mayor creatividad y dinamismo para desarticular defensas que se cierran con disciplina y orden.

Vale la pena señalar también que jugadores como Robson Matteus y Tonino Melgar, pasan un buen momento. El primero de ellos, parece haber sacado “la mufa” que lo tenía incomprensiblemente alejado de su nivel en el primer semestre; hoy vuelve al protagonismo. El segundo, pese a la lesión que lo alejó más de un mes de las canchas, volvió con mucha fuerza e incluso marcando el tercer tanto. Esas son buenas noticias para cuadro paceño.

El triunfo de Bolívar no solo marca un buen inicio en la Copa Sudamericana 2025, sino que también se convierte en un regalo simbólico para la ciudad de La Paz en el día de su efeméride. En una noche cargada de emoción y celebración, el equipo celeste ofreció a su hinchada una victoria que trasciende lo deportivo: es un gesto de identidad, orgullo y compromiso con su gente. Si bien hay aspectos por mejorar y mucho trabajo por delante, Bolívar cumplió con lo esencial —ganar y emocionar— en una jornada que quedará en la memoria como un homenaje futbolístico a la ciudad que lo vio nacer.

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