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Peruanos y brasileños habitan en el lugar. El narcotraficante Techo de Paja, Jorge Roca Suárez, volvió a esa región. Hoy su hija, es la alcaldesa de esa zona beniana.
Viernes 20 de Agosto de 2021, 3:15pm
20 de agosto (Revista Oxígeno).- Como en los 80, Santa Ana de Yacuma, una población beniana que está ubicada al norte de Bolivia, una vez más fue sacudida por un ataque armado. Hace algunas semanas, sicarios victimaron a balazos a cuatro hombres, dos brasileños, un peruano y un boliviano que falleció en el hospital. Un quinto debía correr con la misma suerte, los matones tenían la tarea de cumplir su objetivo, por lo que dispararon en afueras del centro médico y generaron pánico entre pacientes, doctores y enfermeras. Las luces en aquella población se apagaron y todo hacía pensar que podría pasar algo mucho peor.
En el interior del nosocomio, seis policías custodiaban el recinto y los heridos. El macabro crimen se había concretado, pero no en su totalidad. Uno de los muertos, fue identificado cómo Diego César de Melo, un piloto de nacionalidad brasileña.
Los hechos ocurrían a más de un mes de las elecciones subnacionales del 7 de abril y la detención en Perú de Jorge Roca Suárez, más conocido como Techo de Paja. El capo del narcotráfico que postuló a alcalde de Santa Ana de Yacuma, por la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CPEM-B).
En los 80, el tío de Techo de Paja, Roberto Suárez, conocido como el “Rey de la cocaína’”, entregó toneladas de cocaína al cártel de Medellín, Colombia, liderado por Pablo Escobar. Era el narco más importante de la región.
Techo de Paja fue detenido en 1990 y condenado en los Estados Unidos por narcotráfico. 20 años después, el 2018 fue deportado a Bolivia, donde tenía que cumplir una sentencia de 15 años de privación de libertad por tráfico de drogas.
Su defensa alegó que uno de los capos del narco en Bolivia, estaba bastante delicado de salud, por lo que la justicia le otorgó el arresto domiciliario. El 7 de diciembre de ese mismo año, se internó en una clínica de La Paz y escapó.
¿Dónde estaba? Se encontraba en el Beni, era protegido por la población de Santa Ana de Yacuma, lo que impidió que agentes del gobierno lo recapturen. El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, corroboró esa información y declaró a la Revista OX, que “un candidato era protegido por la población de Santa Ana de Yacuma y logró huir”.
En las redes sociales, circuló que el Techo de Paja, la campaña de Alejandro Unzueta, quien es gobernador del Beni. Su hija Rocío Roca es la alcaldesa de Santa Ana de Yacuma, ganó casi con el 54%.
Las narcoavionetas
Cuatro son al momento las que se incautaron, precisa el Viceministro de Defensa Social. Santa Ana de Yacuma, es también la población que es utilizada para que los narcotraficantes puedan abastecerse de combustible.
“Hacen paradas, es un lugar de tránsito, y de ahí, trasladan a otros países la droga”, afirma Mamani. En el primer trimestre de este año, uniformados de la fuerza antinarcóticos incautaron 5.5 toneladas de droga.
Además, 13 radares están colocados en puntos estratégicos de los pasos fronterizos para detectar a las avionetas o aviones que sobrevuelan espacio aéreo boliviano de forma ilegal. En su compra, el gobierno boliviano invirtió Bs 288 millones.
Destruyen dos plantas de cristalización
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico destruyó dos megalaboratorios que fueron hallados en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y, durante al menos un año, se cristalizaba cocaína peruana, en su estado de sulfato básico.
El director de la FELCN de Santa Cruz, Alex Bedoya, sostuvo que en los laboratorios trabajaban 80 personas, entre bolivianos y extranjeros y que eran una mafia organizada.
La incursión monte dentro fue por tierra y aire, se usaron helicópteros. Sin embargo, no hay detenidos. ¿Por qué?, según el Viceministro de Defensa Social, son las “loros”, personas que están a cinco kilómetros a la redonda que alertan a los narcotraficantes de la presencia de los uniformados.
“Por las características del laboratorio operaban colombianos. El primer laboratorio estaba valuado en dos millones de dólares y el segundo en un millón. Entonces, ambos costaban 3 millones de dólares”, reveló Mamani.
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