Diciembre 09, 2024 -H-

Santa Ana de Yacuma, una base del narcotráfico

Peruanos y brasileños habitan en el lugar. El narcotraficante Techo de Paja, Jorge Roca Suárez, volvió a esa región. Hoy su hija, es la alcaldesa de esa zona beniana.


Viernes 20 de Agosto de 2021, 3:15pm






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20 de agosto (Revista Oxígeno).- Como en los 80, Santa Ana de Yacuma, una población beniana que está ubicada al norte de Bolivia, una vez más fue sacudida por un ataque armado. Hace algunas semanas, sicarios victimaron a balazos a cuatro hombres, dos brasileños, un peruano y un boliviano que falleció en el hospital. Un quinto debía correr con la misma suerte, los matones tenían la tarea de cumplir su objetivo, por lo que dispararon en afueras del centro médico y generaron pánico entre pacientes, doctores y enfermeras. Las luces en aquella población se apagaron y todo hacía pensar que podría pasar algo mucho peor.
En el interior del nosocomio, seis policías custodiaban el recinto y los heridos. El macabro crimen se había concretado, pero no en su totalidad. Uno de los muertos, fue identificado cómo Diego César de Melo, un piloto de nacionalidad brasileña. 
Los hechos ocurrían a más de un mes de las elecciones subnacionales del 7 de abril y la detención en Perú de Jorge Roca Suárez, más conocido como Techo de Paja. El capo del narcotráfico que postuló a alcalde de Santa Ana de Yacuma, por la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CPEM-B). 
En los 80, el tío de Techo de Paja, Roberto Suárez, conocido como el “Rey de la cocaína’”, entregó toneladas de cocaína al cártel de Medellín, Colombia,  liderado por Pablo Escobar. Era el narco más importante de la región.
Techo de Paja fue detenido en 1990 y condenado en los Estados Unidos por narcotráfico. 20 años después, el 2018 fue deportado a Bolivia, donde tenía que cumplir una sentencia de 15 años de privación de libertad por tráfico de drogas.
Su defensa alegó que uno de los capos del narco en Bolivia, estaba bastante delicado de salud, por lo que la justicia le otorgó el arresto domiciliario. El 7 de diciembre de ese mismo año, se internó en una clínica de La Paz y escapó. 
¿Dónde estaba? Se encontraba en el Beni, era protegido por la población de Santa Ana de Yacuma, lo que impidió que agentes del gobierno lo recapturen. El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, corroboró esa información y declaró a la Revista OX, que “un candidato era protegido por la población de Santa Ana de Yacuma y logró huir”. 
En las redes sociales, circuló que el Techo de Paja, la campaña de Alejandro Unzueta, quien es gobernador del Beni.  Su hija  Rocío Roca es la alcaldesa de Santa Ana de Yacuma, ganó casi con el 54%.


Tierra de extranjeros  
El pueblo de Santa Ana, es atractivo para los brasileños y peruanos que se dedican al negocio ilícito de las sustancias controladas, porque es una región fronteriza y de muy difícil acceso por tierra dice la senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS), María Roxana Nacif. 
“A eso se suma que no hay mucho apoyo policial, no hay Migración. Tenemos información que son muchos extranjeros viven en Santa Ana de Yacuma, incluso no tienen documentos. Están ilegalmente en territorio nacional”, subraya la legisladora. 
Es por ello, que desde el Legislativo boliviano, se solicitó al ministro de Gobierno, Carlos Eduardo Del Castillo, que dé a conocer el número de extranjeros que están en esa región y su situación de residencia en Bolivia.  El personal de Migración es reducido. No alcanza para poder realizar un buen control a los extranjeros, acotó la senadora. 
Un informe confidencial al que tuvo acceso este impreso, dice que tras los hechos del 23 de abril del 2021, se ejecutó el Plan de Operaciones denominado “Jaguar” y se trasladó de La Paz a Santa Ana de Yacuma, 66 policías; 36 de la FELCN y 30 de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP). “El objetivo es para desarrollar operaciones de interdicción al narcotráfico y delitos conexos”, dice el documento. 
UMOPAR refuerza el control 
Tras la balacera, el gobierno activó las alertas de seguridad y reforzó las tareas de lucha contra el narcotráfico en la región que norte de Bolivia, sin embargo; antes solo había 10 uniformados de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN). Tres estaban en el aeropuerto, confirmó el Viceministro de Defensa Social.
En el informe confidencial detalla que el 28 de abril, 17 uniformados más de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico reforzaron las tareas de interdicción con armamento de grueso calibre. 
El viceministro Jaime Mamani, señala que ya se realizaron al menos 11 allanamientos a viviendas en Santa Ana de Yacuma, pero no precisó qué es lo que se halló. 
“Los extranjeros no pueden sembrar miedo y menos terror en nuestro territorio armado hasta los dientes”, subraya. 

Las narcoavionetas 
Cuatro son al momento las que se incautaron, precisa el Viceministro de Defensa Social. Santa Ana de Yacuma, es también la población que es utilizada para que los narcotraficantes puedan abastecerse de combustible. 
“Hacen paradas, es un lugar de tránsito, y de ahí, trasladan a otros países la droga”, afirma Mamani.  En el primer trimestre de este año, uniformados de la fuerza antinarcóticos incautaron 5.5 toneladas de droga.
Además, 13 radares están colocados en puntos estratégicos de los pasos fronterizos para detectar a las avionetas o aviones que sobrevuelan espacio aéreo boliviano de forma ilegal. En su compra, el gobierno boliviano invirtió Bs 288 millones. 

Destruyen dos plantas de cristalización 
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico destruyó dos megalaboratorios que fueron hallados en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y, durante al menos un año, se cristalizaba cocaína  peruana, en su estado de sulfato básico.
El director de la FELCN de Santa Cruz, Alex Bedoya, sostuvo que en los laboratorios trabajaban 80 personas, entre bolivianos y extranjeros y que eran una mafia organizada.
La incursión monte dentro fue por tierra y aire, se usaron helicópteros. Sin embargo, no hay detenidos. ¿Por qué?, según el Viceministro de Defensa Social, son las “loros”, personas que están a cinco kilómetros a la redonda que alertan a los narcotraficantes de la presencia de los uniformados.
“Por las características del laboratorio operaban colombianos. El primer laboratorio estaba valuado en dos millones de dólares y el segundo en un millón. Entonces, ambos costaban 3 millones de dólares”, reveló Mamani.


Narcoarrepentidos 
En 1991, en el gobierno de Jaime Paz Zamora, entró un Decreto Supremo con el objetivo de reducir sustancialmente el tráfico de drogas en Bolivia a cambio de garantizar un plan de paz a narcotraficantes que se caracterizaron por su escaso recurso a la violencia.
Eran 14 “peces gordos del narcotráfico”, que se acogieron a la norma con el fin de no ser extraditados a los Estados Unidos y fueron juzgados en la justicia boliviana. 
Entre el 11 de julio y el 29 de noviembre de 1991, los narcoarrepentidos se entregaron a la Policía. Ellos eran Erwin Guzmán, Antonio Naciff, Winston Rodríguez, Hugo Rivero Villavicencio, Óscar Roca Vázquez, Jorge Flores Moisés, Alcides Guardia y Felipe Rivero Villavicencio.
La Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) los considero como peligrosos. 28 años después, el nombre de uno Winston Julio Rodríguez Daza volvió a hacer noticia en la provincia Moxos, en Beni. La fuerza antidroga halló 166 kg de droga, una avioneta y armas.
La detención del narcoarrepentido, se da a denuncia de las observaciones del Instituto nacional de Reforma Agraria (INRA) realizó el 2018 en la hacienda El Paraíso, que pertenece a Melina Davieds, hija de la exconcejala de Santa Ana Mayerling Rodríguez, que a la vez es hija de Winston Julio. 
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