La Paz, 01 de noviembre (Urgentebo.com).- Un muchacho de 17 años se debate entre la vida y la muerte en el hospital Viedma de la ciudad de Cochabamba, cuya población ha sido sorprendida con el ataque despiadado que ha sufrido Javier Canchi. El estudiante de cuarto de secundaria fue golpeado por integrantes de una pandilla, le hicieron beber gasolina, le rociaron el cuerpo con el combustible para quemarlo.
El hecho ocurrió la madrugada del domingo en Sivingani, en la ciudad de Cochabamba. Según las investigaciones policiales, el móvil del hecho criminal habría sido pasional, alentada por la exnovia de Javier y que está detenida.
Los pandilleros iniciaron el fuego en los genitales del muchacho. “Le han pegado entre cinco dice y luego le hicieron tomar gasolina, le hicieron desnudar, le echaron con gasolina y le prendieron fuego cerca a su casa”, añadió su primo.
Las quemaduras son de primer, segundo y tercer grado en el 90 por ciento de su cuerpo, aparentemente por temas pasionales, informó el comandante de la EPI Sur, Ivan Cordero.
“Hermanito, mirá, me han quemado. Sus chicos de la Delia han sido. René y otros. Si voy a morir va a ser por culpa de ella”, le dijo Javier Canchi Choque, un estudiante de 17 años, a su hermano Patricio, en el hospital Viedma, dice el reporte del diario Opinión.
Según el matutino,Javier es un colegial de cuarto de secundaria. Su familia asegura que era un chico tranquilo y que su único error había sido enamorar, hace un tiempo, con Delia, una adolescente de 15 años que, presuntamente, ahora es novia de un pandillero llamado René.
Su exenamorada le llamó a Javier la noche del sábado, pues quería verlo, pero una vez en el lugar vio que ella no estaba sola. Los pandilleros le rodearon y lo convirtieron en antorcha humana.
Un vecino que había salido a pijchar coca lo vio a lo lejos, avisó a otros vecinos y corrieron hasta la loma. El cuerpo del adolescente ya estaba quemado y lloraba de dolor. No le habían robado nada porque su celular estaba en el piso, calcinado. “Por favor dénme agua, quiero agua, échenme agua. Si puedes matáme, ya no quiero sufrir”, era el desgarrador clamor de Javier.
El vecino grabó en su celular la declaración de Javier, quien, entre gemidos de dolor, le contó su tragedia. Repitió los nombres de Delia, René y dijo que los varones eran pandilleros que frecuentaban el local de Doña Pascuala, una chichería situada cerca de su colegio, según informa el diario Opinión.