La Paz, 6 de julio (Urgente.bo).- Antes de la llegada del COVID-19 y el confinamiento, los usuarios y clientes acudían de manera habitual a los bancos para cualquier servicio. El salto a la era digital era un objetivo que debía ser logrado. Pero la pandemia ha cambiado las cosas y el Banco de Crédito se propuso cambiar las cosas para que sus clientes realicen diferentes operaciones desde la comodidad de los hogares gracias a la estrategia de la educación financiera y la apuesta por un mejor servicio tecnológico, desde el teléfono celular.
Quizás lo único bueno que trajo la pandemia es el salto digital y con ello el punto de partida para profundizar la educación financiera digital, un paso importante que el Banco de Crédito desarrolló y potenció en el 2020. Con esta modernización, inclusive los pagos digitales aumentaron.
Una de las primeras misiones del BCP fue ganarse el corazón de los clientes, es decir, su fidelidad y confianza. La otra, ocupar un espacio en el teléfono para que la aplicación del banco acompañe a los clientes. “Que el BCP esté con ellos y pueda servir a sus necesidades”, dice Miguel Solis, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del BCP.
La pandemia también permitió avanzar al BCP en la agenda de la digitalización, que es parte del Programa de Responsabilidad Social del BCP. Solis afirmó que los objetivos trazados para tres años se lograron en uno.
Educación financiera
En la primera etapa de la pandemia, el cliente no contaba con destrezas digitales, pues desconocía cómo usar aplicaciones o instrumentos. Por eso el banco decidió orientar a la población. “Ese fue un punto de partida para que el BCP apueste por la educación financiera digital que permitió incluso que aplicaciones como el webinar sean de uso habitual y natural para el cliente”, dijo.
En los últimos tres años, el BCP capacitó a 42.000 clientes medianet canales digitales y solo el año pasado se hizo como 10 eventos de educación financiera de forma digital a fin de que las personas aprendan a usar aplicaciones móviles.
“Nosotros entendemos lo digital como un camino para construir la mejor experiencia bancaria, no es un fin en sí mismo, es un medio, lo digital lo entendemos como un medio para construir la experiencia digital”, expresó Solis.
La responsabilidad social empresarial del BCP también se expresa en lograr que los clientes no se vean obligados a acudir a los bancos, porque tienen a su disposición potentes instrumentos digitales que sirven como canales de autoservicio. Por eso, en los últimos 12 meses el porcentaje de transacciones digitales creció en un 200%.
El BCP transmite una premisa a sus clientes: la educación financiera digital evita las molestosas filas y tumultos para protegerse del contagio y, principalmente, “permite aprovechar el uso de instrumentos digitales y que los clientes tomen decisiones de la manera más informada”.
En otras palabras, los servicios financieros quedaron en la palma de sus manos desde sus celulares.
Solis destaca que el salto digital ha beneficiado a clientes de diferentes perfiles, pues el confinamiento llevó a que muchas personas adquieran de ciertas aptitudes y los interesados don de diferentes departamentos.
Este pilar del programa de Responsabilidad Social Empresarial del BCP también ha contribuido a los micro y pequeñas empresas de Bolivia. Y como ha ocurrido antes de la pandemia, esta entidad desarrolló los foros Pyme.
Se tuvo más de 1.000 pequeños y medianos empresarios en los foros quienes descubrieron nuevas experiencias para seguir adelante y reactivar negocios.
Esto fue transversal para las personas y para el mundo de los negocios. Incluso mejoró el nivel de satisfacción porque el banco está 24 horas al día muy cerca del cliente, desde su celular.
Otros pilares de RSE
Aparte de la educación financiera digital, el BCP maneja otros pilares que son parte de la RSE. Entre ellos están programas a favor del medio ambiente, el fomento al voluntariado, acciones a favor equidad de género e iniciativas para que el entorno laboral sea propio para el empleado.
Solis recuerda que todos estos pilares son aplicados con el norte de que deben ser sostenibles en el tiempo.
Uno de ellos es la solidaridad que se expresa especialmente en el voluntariado del BCP, que estuvo más activo que nunca. El voluntariado se expresó en múltiples acciones, entre ellas la de conseguir recursos, espacios e información. La comunidad del BCP se activa para generar iniciativas de recaudación para apoyar a las familias.
Otro es el medio ambiente, ya que la pandemia y especialmente la cuarentena permitieron un respiro a la naturaleza, que ha recuperado espacios. Además, se halla la equidad de género, otro de los pilares de responsabilidad social.
“La equidad porque esta pandemia nos ha puesto a todos en nuestra casa o en un formato donde uno sale, el otro se queda y los niños quedan al cuidado del padre o la madre. Entonces trae nuevos conceptos como la equidad de género y la conciliación laboral, entre trabajo y familia”, explicó.
Operación Sonrisa
Solis explicó que, debido a la pandemia, no se pudo realizar llevar niños al quirófano porque no existe capacidad hospitalaria. Y los programas como Operación Sonrisa, uno de los proyectos más conocidos, tuvo que adaptarse.
La solidaridad, una característica del BCP se muestra en el proyecto Operación Sonrisa. Este 2021, la campaña cumplirá 17 años al servicio de la población, y en todo ese tiempo, al menos 4.228 jóvenes y niños fueron operados.
Operación Sonrisa cambió la vida de más de 4.200 familias y se les permitió aspirar a nuevas realidades.
“Poder devolverle la sonrisa a los niños no tiene precio. No solamente le cambia la vida a la gente, sino la del banco y la vida propia porque te vincula personalmente al proyecto, a personas con nombres, con ilusiones de niños y jóvenes. En el programa participan 1.500 voluntarios para recaudar fondos (…) es un programa entrañable por la dimensión humana que captura porque te vinculas con esa realidad tan especial”.
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