Mayo 02, 2024 [G]:

Los rostros del Gran Poder

Urgentebo habló con  Fernando Cajías, David Aruquipa, Roberto Mamani Mamani y Rubén Claros: algunos de los rostros que año tras año hacen su paso por las principales avenidas de la ciudad con novedosas coreografías y que comparten su opinión sobre el significado de esta actividad cultural.


Miércoles 7 de Junio de 2017, 8:45pm






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Fernando Cajías, símbolo de la Llamerada San Andrés

La Paz, 8 de junio (Urgentebo).- Ya sea por fe y devoción, o por simple gusto, la festividad del Gran Poder es una de las fiestas que genera un gran despliegue con actividades los 365 días del año. Urgentebo habló con  Fernando Cajías, David Aruquipa, Roberto Mamani Mamani y Rubén Claros: algunos de los rostros que año tras año hacen su paso por las principales avenidas de la ciudad con novedosas coreografías y que comparten su opinión sobre el significado de esta actividad cultural

Cada tres años se hace la promesa,  pero después de la cuarta, es cadena perpetua

Quizás uno de los rostros más conocidos que participa en esta fiesta cultural es Fernando Cajías, quien a sus 68 años baila con rueca en mano, en la fraternidad Llamerada San Andrés, de la UMSA

“Bailo ya hace 31 años en la llamera da de San Andrés, que nació raíz del festejo de los 50 años de la autonomía universitaria. Y fue en el año 80 que la universidad participó en la festividad”, recuerda.

Cajias recuerda que no fue hasta 1986 que bailó por primera vez y fueron alumnas del Ballet Folclórico de la UMSA, quienes le  enseñaron los pasos y la coreografía de una danza que eligieron por ser representativa del área andina y porque a la vez permite bailar para algunos de manera pausada mientras que para otros dando saltos y derrochando energía.

“Bailar en el Gran Poder es como un test de salud. Cada que bailo me siento bien, llego a la meta y me siento feliz y creo que es una parte de mi personalidad que me ha dado más amigos y satisfacciones  me siento muy bien”—reveló—“Al principio siempre  da miedo empezar, el público siempre da miedo,   pero luego voy tomando confianza y es un placer muy grande”.

Considera que una vez que se forma parte de una fraternidad, deberá bailar para siempre.” Es un dicho. Cada tres años se hace la promesa,  pero después de la cuarta, ya es cadena perpetua”. (Sonríe).

Para Cajías la  festividad  del Gran Poder tiene varios lenguajes, primero un lenguaje religioso muy fuerte, la devoción; pero por otra parte tiene un lenguaje folclórico, las danzas que se bailan han permitido una inclusión social muy amplia, sin olvidar el movimiento económico.  “El único problema, como todas las fiestas de Bolivia, es el alcohol”, refelxiona.

“Yo creo que no hay una sola razón de bailar. La de la fe, marca una de las razones principales, pero por supuesto, se baila por amor al folclore y por divertirse, hay que reconocer que hay sectores que quieren demostrar estatus, pero toda razón, van juntas, la una no excluye a otras”.

Para Cajías el Gran Poder significa: devoción, arte folclórico, identidad cultural alegría, camaradería, amigos y orgullo de identidad boliviana.

David Aruquipa propone un Museo del Gran Poder

El Whapuri Galán es una creación de la familia Galán del año 2001, idearon una nueva propuesta estilizada del Whapuri para el Carnaval de Oruro. Inspirados en un traje al estilo de un torero, crearon un atuendo liviano que contrarresta la hombría prepotente del whapuri tradicional con elementos femeninos como las botas de taco y los corsés con encajes que se utilizaron en el Carnaval de Oruro 2012. En esta oportunidad también formarán parte de la fiesta mayor y uno de ellos es David Aruquipa, “Dana galán” .

"Bailó 15 años en el Gran Poder en el carnaval de Oruro específicamente la danza de la kullawada con el personaje “Whapuri Galán”;sin embargo, mi pasión por la danza no inicia ahí. Yo bailaba desde mis 15 años en el ballet Bolivia Andina dirigido por Luis Calderón, uno de los fundadores  de la Asociación de Conjuntos Folclóricos del Gran Poder. El crea un ballet  por esa discriminación que había en los años 80 y 90 hacia la gente que bailaba en ese sector”-- recuerda—“el crea un grupo de jóvenes de distintas generaciones desde los años 70 para reivindicar el folclore, bailábamos muchas danzas, 25 danzas que hacíamos en las giras. Ahí surge mi pasión ya luego integrando otros ballets”

Para el activista por los derechos de transexuales, lesbianas, gays y bisexuales, la festividad tiene distintos lenguajes un alto contenido político reivindicativo y también lucha contra la discriminación.

“La festividad tiene elementos muy importante que hay que difundir y conocer, como el lenguaje político e reivindicación de lucha social que se ha dado desde el Gran Poder. No se debe olvidar que el Gran Poder nace en el barrio marginal  de Chijini, donde residían comerciantes, costureros, migrantes campesinos, bohemios   incluso Barbarella, y esta lucha de clases desde el barrio hace que este territorio se convierta en un espacio de resistencia y discriminados. No es hasta los años 70 cuando nace la Asociación de Conjuntos Folclóricos, y hacen de la fiesta un espacio de empieza a tener de apropiación de centro histórico de La Paz, como decir ‘aquí estamos los cholos, que va a apropiarse de las calles paceñas’; porque bailaban travestis y gays, quienes crean el personaje de la ‘china morena’, entonces ha sido importante”, asegura.

Cada que baila  siente una satisfacción,  importante por varios sentidos. “Justamente por estos lenguajes de reivindicación  yo me siento paceño chukuta. Al bailar me siento que mi cuerpo vibra, se rejuvenece mi alma, me siento vivo”.

Considera el archivo y la memoria histórica son temas importantes en los que deben trabajar no solo historiadores.

“Tenemos que seguir trabajando y no solo investigadores todos deben trabajar en esta agenda del Gran Poder ya que se puede escribir y debatir desde distintos frentes “hay que intensificar en investigación la memoria histórica y los valores como festividad paceña, en este sentido creo que tenemos que unirnos como investigadores para crear dossier y tomos y tomos  de libros y por qué no pensar en un Museo del Gran Poder con toda esta recopilación histórica de la memoria que tiene esta festividad histórica para los paceños", finalizó.

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David Aruquipa,

Mamani Mamani, evocará un nuevo personaje

Otro de los personajes que participa en la festividad, desde hace 30 años como bailarín, y 10 como artista es Roberto Mamani  Mamani quien en esta oportunidad participará con el Bloque Chukutas de la fraternidad Kullawada Antawara, recuperando al personaje “Misti”, guía de la Kullawada de los años 40’  y en esta oportunidad tendrá un traje diseñado por él mismo.

“Son 10 años que estoy involucrado como artista. Trabajo mucho con la morenada, hago invitaciones, mantas, matracas, ese fue mi aporte; sin embargo, como bailarín, son 30 años, como un homenaje a mis padres. Que bailaban hace 45 años en Cochabamba, también la danza de la Kullawada”

Participó en el Carnaval de Oruro, bailó tinku y caporales con la Facultad de Ciencias Políticas y Potolos. 

Considera que “para pintar kullawada, hay que bailar kullawada al igual que cualquier ritmo, siente que bailar con una banda y al gente vea que formas parte de la cultura. Es un sentimiento indescriptible”.

“Siento que las matracas me llaman a moverme al ritmo de la morenada”

Rubén Claros, presidente Sociedad Folklórica de Morenos La Paz, Maravilla del Mundo en Gran Poder, baila desde el año 2002, por la invitación de un grupo de amigos universitarios y docentes de la UMSA, quienes estaban conformando un bloque de Achachis de nombre Jaira Jararankus para la Morenada Fanáticos del Folklore, actualmente forma parte de la Morenada en la fraternidad Sociedad Folklórica de Morenos La Paz, Maravilla del Mundo en Gran Poder.

“Mi pasión  empezó el año 2010, cuando trabajaba en la Cámara de Diputados y era parte del equipo técnico para la elaboración del proyecto de ley que declara Patrimonio Cultural a la Danza de la Morenada, ahí haciendo la recopilación de información y su sistematización note de la necesidad de fortalecer la identidad de nuestro pueblo desde la práctica folklórica y nuestras creencias religiosas”—agregó—“Escuchar una banda, sentir la alegría de sus bailarines y ver el entusiasmo del público contagia a ser parte de ese “todo folklórico” que muestra identidad cultural y apegó a nuestro credo religioso”.

Con respecto a qué siento cada que bailo; “alegría, fortaleza y orgullo de ser paceño y boliviano, siento que las matracas me llaman sugestivamente a moverme al ritmo de la morenada siguiendo el compás que marca el bombo de las bandas de música”.

Claros explica que una vez que una persona se hace folclorista activo empieza a construir lazos de amistad y compromiso folklórico social y las actividades populares, folklóricas, religiosas, deportivas y sociales van apareciendo a lo largo de todo el año.

“Es como ser parte o testigo ocular de un ciclo de vida del mundo folklórico, porque puedes un fin de semana acompañar a un bautizo del hijo o hija de un fraterno; como también puedes estar en la despedida y entierro de otro fraterno, por eso que cuando termina el Gran Poder, se gestan todo tipo de actividades donde sigues manteniendo la amistad con fraternas y fraternos con los que bailaste”.

Agregó que “desde el momento que asumí mi compromiso como folklorista soy testigo y puedo dar fe que el folklore en La Paz es para 365 días y que cobra más fuerza y notoriedad con la festividad de Gran Poder”.

Para Claros, muchas personas piensan que el Gran Poder es solo una fiesta para beber y bailar; sin embargo, considera que en Bolivia hay dos eventos de gran magnitud y concentración masiva de personas: uno es la FEXPOCRUZ de Santa Cruz y otra es Gran Poder de La Paz.

“En la primera el movimiento económico y la generación de negocios es restringido a sectores privilegiados de la sociedad cruceña, en cambio en el segundo el Gran Poder paceño mueve económicamente a la ciudad de La Paz, donde desde la persona que vende gelatinas se lleva un rédito económico que le ayuda vivir y aportar a su unidad familiar”.

Remarcó que “el movimiento económico es grande pero me parece que la participación es un poco más amplia porque es toda una industria cultural que va desde los trajes para la entrada, la pre entrada, la organización de fiestas y ni qué decir de la producción musical que se expone, sería interesante que alguien empiece hacer una investigación seria y formal del Gran Poder, donde se exponga mucho de lo que se señala y especula; pero con datos puntuales y precisos”.

Claros considera que si bien la respuesta “bailo por fe" está trillada, “pero como verificamos eso, muchas personas pueden ir a misa los domingos; pero habrá que preguntarnos cuan buenos y solidarios son el prójimo. Personalmente yo diría que a mí me gusta bailar por dos razones, la música de morenada en banda y porque fui educado y criado en una familia católica y practicó esa religión desde colegio hasta el día de hoy”.

Destacó la participación juvenil en la festividad del Gran Poder y  mientras siga llamando adeptos juveniles al folklore le parece bien, “lo que no me gustaría ver es una distorsión en la ropa, danza y música”, concluyó.

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