Agosto 04, 2025 -HC-

Los errores y la mirada de las encuestadoras en la reconstrucción del poder


Lunes 4 de Agosto de 2025, 1:15pm






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Toda muestra estadística de estudio electoral sobre opinión en intención de voto de las empresas encuestadoras tiene un grado importante validez científica unido a su margen de error, pero bajo ninguna circunstancia un universo de estudio de 2500 personas  reflejará de manera real la decisión de voto en un padrón electoral superior a los 7.5 millones de votantes en Bolivia.

Lo curioso es que los resultados electorales en el último siempre fueron abismalmente diferentes a lo proyectado por las encuestadoras entre 2019 (elecciones anuladas) y 2020 (periodo constitucional en actual vigencia). Expreso mi profundo respeto y reconocimiento a las encuestadoras y entidades acreditadas ante el Órgano Electoral por su trabajo técnico científico, sin embargo es necesario identificar el rol que juegan en el efecto emocional y/o mental en la población electoral a partir de una pretensión de un "voto inducido". Es decir; difundir una probalística de ciertas tendencias por sobre otras. En el último tiempo en la casualidad de menoscabar candidaturas de "izquierda", dejándolas por debajo en los porcentajes de una supuesta preferencia con candidatos conservadores o denominados de "derecha" q tienen aparentes lugares de preferencias en intención de voto.

En el periodo electoral de 2019 y 2020, las encuestas de intención de voto tuvieron un rol principal en la formación de opinión pública. En los cuadros comparativos sin embargo que hoy publicamos (salvo error involuntario, con alguna imprecisión de posterior corrección) los datos insertados en el cuadro N°1 y N°2 revelan que las principales encuestadoras incurrieron en errores significativos de estimación, cuyas imprecisiones técnicas, tuvieron hasta graves efectos políticos.

Errores en las encuestadoras

La encuestadora que más se equivocó en 2019 fue IPSOS, con un total de 7,4 puntos de error. Aunque sobreestimó al MAS (+2,4 puntos), su mayor falla estuvo en subestimar drásticamente a Comunidad Ciudadana (–9,8 puntos).

No obstante, el verdadero colapso metodológico se evidenció en 2020. Tanto CiesMori como la alianza académica de Tu Voto Cuenta (UMSA), así como la Fundación Jubileo subestimaron a la izquierda política del país para ese momento al candidato del MAS (Luis Arce) por casi 26 puntos porcentuales, con errores acumulados entre oposición y oficialismo de: 26,8, 27 y 27,6 puntos, respectivamente. Este nivel de desajuste demuestra un fallo estructural en los diseños muestrales tradicionales, especialmente por la imposibilidad de identificar el voto estratégico para la izquierda (voto oculto en la cultura estadística electoral) con el peso electoral del voto no urbano, del área rural y de municipios históricamente leales a la izquierda política en Bolivia.

Este comportamiento recurrente genera una crítica metodológica de estratificación asimétrica, basada en variables electorales históricas y no sólo en criterios demográficos o geográficos. La omisión de estos factores produce muestras desequilibradas que tienden a subrepresentar territorios clave del voto popular.En este contexto, las encuestas dejan de ser herramientas de diagnóstico preciso para convertirse en su caso en dispositivos de distorsión del escenario político.

Este análisis comparativo demuestra que en la última elección presidencial del 2020, todas las encuestadoras tienden a errar sistemáticamente con la izquierda en el país, ya sea subestimándolo (como en 2020) o sobreestimándolo (como IPSOS en 2019), lo que sugiere una falta de comprensión profunda del patrón electoral boliviano. Si estas fallas no son corregidas mediante métodos como la post-estratificación multivariada, la confianza en las encuestas seguirá erosionándose, y con ello, la legitimidad del proceso democrático mismo.

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