Mayo 04, 2024 [G]:

Lectura de comprensión

En los raros debates que vemos en la Asamblea, la mayoría está presa de sus celulares, no atienden y escuchan de refilón, esperando fin de mes para cobrar su jugoso sueldo por estar vigilando su celular de sentados.


Domingo 10 de Marzo de 2024, 7:15pm






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Obligado por un embate inesperado contra nuestra salud, abandonamos la columna periodística. Enterado mi compadre Teo, apareció en mi casa, intrigado por séptima vez que salía casi moribundo de una clínica. Él está informado que en mi seguro casi me eliminan dos veces, así es que mi desconfianza me llevó a recurrir a la medicina privada, que es, como todos sabemos, cara. Sin embargo, me resolvieron el problema por el momento y me pauperizaron por un buen tiempo.

Como no podía ser de otra manera, para elevarme mi ajayu, comenzó por rebautizar a los parlamentarios que promovieron el box, la lucha libre, practicadas por las cholitas Wrestling en el polifuncional alteño, aparte de las improvisadas chasqueaduras y patadas.

Dicho ejemplo fue replicado, incorporando la nueva técnica de las sillas voladoras, en un congreso campesino en Oruro.

Todos sabemos que el lenguaje es la expresión del pensamiento por medio de palabras. El pensamiento se produce bajo dos formas, las ideas y los juicios; los legisladores demostraron que no tienen ninguno de estos requisitos para entenderse. Esa puede ser una prueba palpable de cómo la competencia de la lectura no solo afecta a las nuevas generaciones, sino que las pasadas las tienen arraigadas en su comportamiento, dando un atroz ejemplo a la práctica democrática que privilegia el diálogo. Así Teo dice que la legisladora Gloria, ahora es Tysson Callisaya, que el señorito Ormachea es Mister Tabla Siqi, y otro luchador es el Provocador Roca que huye, entre otras la Boquita Pintada Nayar que nunca emite una idea y lucha con su boca, estilo k’atera o la Llorona Campero que ahora incuba un juicio contra su contendora. A tal deterioro obsceno han llegado que urdieron un debate intenso y casi metafísico por el pollo frito que habían recibido algunos boxeadores en desmedro de otros. Esos son “nuestros” representantes que hemos elegido.

En los primeros años de la escuela, los profesores se afanan para enseñarnos a leer a través de ilustraciones y signos para entender y fijar, con textos cortos y fáciles, las primeras frases. Es un proceso crucial porque nos prepara para comprender y reflexionar sobre el universo cultural que ha creado la humanidad.  En los raros debates que vemos en la Asamblea, la mayoría está presa de sus celulares, no atienden y escuchan de refilón, esperando fin de mes para cobrar su jugoso sueldo por estar vigilando su celular de sentados.

Por eso no es de extrañar que el compromiso escrito que suscribieron el oficialismo con las oposiciones, no fueron leídos y entendidos correctamente y para facilitarles el trabajo, recibieron instrucciones para oponerse sin aquilatar los resultados:  trifulcas y vergonzosas escenas capitaneadas por las vanguardia femeninas como grupo de choque.

¿Entenderían lo que estaban firmando? o es como ocurre con la ley de jubilación que todos los países tienen, grupos de dirigentes que, seguramente en el colegio y la universidad, eran pésimos estudiantes a la hora del Control de Lectura y entendieron otra cosa. Ahora las oposiciones usan el Censo de Población y Vivienda como instrumento para generar, esta vez, polarizaciones regionales. El ancestral desorden de la república que, en más de siglo y medio, no pudo resolver los límites jurisdiccionales de los departamentos y ciudades y menos el gobierno actual, eso devela la fragilidad de un Estado, secuestrado por caudillos de republiquetas.  Justamente ahora, manipulan y tergiversan el censo para fines políticos, tal pareciera que el control de lectura no sirve de nada para los legisladores que interpretan a su antojo los textos con fines espurios, cuando este es útil para evaluar los aspectos y de comportamiento en función del capítulo que se usa para su análisis. Sirve a su vez, para probar el conocimiento de su campo de acción. Este se considera un paso más allá de la comprensión que pueda a alcanzar el lector de un texto, suscitando dudas, crítica, adaptación, pero llegando a generar una habilidad de cara a los textos relativamente complejos para una posterior reflexión y análisis.

¿Estarán enterados estos individuos que su poder no es ilimitado y su menosprecio a la inteligencia popular les costará el olvido y desprecio de sus electores? Están menoscabando la credibilidad de la democracia, irresponsablemente.

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