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Foto: Urgente.bo.

10 de marzo (Urgente.bo).-  El enjambre de hombres que recorrían la zona 12 de octubre, ciudad de El Alto en horas de la noche para saciar sus deseos, ahora transitan las calles en horas de la mañana. Las mujeres que se dedican al oficio más antiguo del mundo cambiaron de horario por las restricciones y la pandemia, lo que hacen es camuflarse entre los comercios que venden azulejos, cemento, plásticos y comida para ofrecer a los clientes "un mañanero".

Desde la calle 7 a la 12 de la avenida Jorge Carrasco, de lunes a domingo, el comercio sexual esta al paso. Entre las más conocidas están la Casa Verde y el Garaje Rojo. Antes de sus puertas se abrían a las 19:00, pero ahora atienden por la mañana en horario de oficina y hasta en turnos.

María Q., una vendedora de plásticos y azulejos para las construcciones, contó al portal Urgente.bo, que tras la primera ola del coronavirus, las meretrices tuvieron que ver la manera de trabajar y cómo había prohibiciones, para evitar las aglomeraciones en los centros nocturnos,  decidieron salir a las calles.

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Foto: Urgente.bo.

Primero comenzó un pequeño grupo de 10 mujeres, otras optaron por trabajar en los alojamientos, pero todo apunta a que el negocio del comercio sexual, es mucho más lucrativo si ofrecen su cuerpo fuera de los locales.

“Hay de todo, desde cholitas hasta jovencitas. Antes trabajaban en el interior de los locales, pero ahora por lo de crisis sanitaria ofrecen sus servicios en la calle. Se puede ver ahí cómo están paradas en las puertas en medio de la gente y nuestras ventas. Antes solo atendían por las noches (las meretrices), ahora se ofrecen por la mañana”, indicó la vendedora.

Según María, la presencia de las mujeres que se dedican al comercio sexual trae inseguridad ciudadana, sin embargo, las vendedoras de comida no opinan lo mismo. Pamela L., manifestó que le parece “bien” que las jóvenes hayan decidido salir a la calle, eso representa para ella la venta de sus productos.

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Foto: Urgente.bo.

“Vienen las chicas. Ellas mientras esperan a su clientela nos visitan, a veces nos piden una sajta o un chicharrón para el almuerzo. Se los guardamos y les vendemos, tenemos ya nuestras caseritas”, relata la mujer que vende comida en la 12 de octubre.

La vendedora de refrescos y bebidas alcohólicas, es otra que apoya a que las prostitutas trabajen por la mañana. Doña Mónica, como la conocen por ese lugar, dice que un negocio arrastra al otro y todas ganan.

El servicio

En la zona 12 de octubre, de El Alto, como todo negocio es de la oferta y la demanda. Las mujeres de entre 21 y 30 años tienen una tarifa, que es desde los Bs 50 a Bs 80. Las trabajadoras sexuales de mayor edad cobran entre Bs 40 y Bs 50.

El recinto donde ofrecen sus servicios tiene al menos dos pisos y la higiene no es una de las mejores. En cuarto es de 4x2 y el solo ingresar a esa pieza tiene un costo adicional de Bs 10. En su interior hay una cama dura, espejos, un lavamanos y un perchero.

“Hago esto desde hace cinco años y me va bien. Siempre estoy aquí, no con la misma ropa a veces me visto de cholita y me va mejor”, nos cuenta Jessica, una de las meretrices.

En otra de las esquinas, se pueden encontrar a los transexuales, que también se dedican al comercio sexual todos los días, a plena luz del día y en horario de oficina.

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