Estamos a la vuelta de la esquina de las elecciones presidenciales de 2025 en Bolivia, pero hay una tremenda falta de representación de las mujeres en las candidaturas, clara señal de las profundas brechas de género que aún persisten en nuestra sociedad. No se trata únicamente de ser mujer, sino de reconocer un sistema que perpetúa desigualdades estructurales que limitan las oportunidades de liderazgo para las mujeres.
A medida que nos acercamos al año 2030, fecha límite para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, es preocupante constatar que, en el ámbito político, seguimos siendo testigos de una representación insuficiente y, en muchos casos, de candidaturas que no priorizan ni abordan adecuadamente los temas de género.
En Bolivia, las mujeres enfrentan desafíos significativos que van más allá del simple acceso a puestos de liderazgo. Las brechas de pobreza y la falta de oportunidades son barreras persistentes que limitan la capacidad de muchas mujeres para alcanzar su máximo potencial.
Según datos recientes, en Bolivia, el 83% de las mujeres trabaja en la economía informal, en comparación con el 78% de los hombres, lo que destaca una mayor vulnerabilidad laboral para ellas. Además, las mujeres ganan, en promedio, un 26,5% menos que los hombres por el mismo trabajo, según ONU Mujeres. Estos datos subrayan la necesidad urgente de abordar las desigualdades de género en el ámbito laboral y garantizar igualdad de oportunidades para todas las mujeres en Bolivia.
Como sociedad, tenemos esta asignatura pendiente, reconozcamos estas desigualdades y trabajemos activamente para erradicarlas, y no es ajeno ajeno las elecciones, decisiones políticas que claramente descartan el liderazgo de más del 50% de la población.
Las candidaturas deben reflejar un compromiso genuino con la igualdad de género, no solo como una cuestión de justicia social, sino como un imperativo para el desarrollo integral de nuestro país.
La equidad de género no debe ser solo una promesa en campaña, sino una realidad palpable en cada aspecto de la vida pública y privada.
Naranja Entera.