28 de mayo (urgentebo).- La falsificación de medicamentos para exportación, la adulteración artesanal de sellos secos institucionales, la alteración de etiquetas en telas y el reenvasado de bebidas alcohólicas son actividades que tienen su propio espacio en la ciudad de El Alto y logran burlar la ley. Esa situación provoca preocupación en la Policía y la Intendencia Municipal que organizan más operativos e intervenciones.   

“Como es una ciudad muy extensa, hay muchos delitos que se pueden cometer en estas zonas y uno de los principales es, pues, la falsificación de diversos objetos y materiales, desde bebidas hasta medicamentos”, aseveró el comandante de la Dirección de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), mayor “Lucas”.

Dorian Ulloa, secretario de Seguridad Ciudadana, manifestó que el whisky, ron y singani son objetos de adulteración; por ejemplo, se compra whisky mucho más barato y se lo envasa en una botella de marca para venderlo a un costo mayor. De esa manera, se altera el contenido. 

Similar situación sucede con el ron. Los falsificadores compran esta bebida a menor costo y a granel, lo envasan en botellas de marca para comercializarlas a un precio más alto. En el caso del singani, los delincuentes fabrican etiquetas, tapas y botellas de plástico similares a los originales.

La cerveza no es la excepción. Adquieren esta bebida alcohólica en la calidad más barata. Los adulteradores remojan las botellas en agua para desprender las etiquetas y proceden a pegar la etiqueta de una de marca más cara. En cuanto a las tapas, estos son adquiridos de las tiendas y, con la ayuda de un aparato artesanal, logran sellar las botellas.

“Se vende un producto por otro. Falsifican las etiquetas, adulteran el contenido. Las bebidas tienen una alta gama de adulteración”, dijo Ulloa. 

El Comandante de la DACI manifestó que encontraron bastantes fábricas clandestinas de licores y refrescos, incluso los delincuentes cambian la composición del licor para poderlos introducir al mercado negro y ofrecerlos a las tiendas de la Manko Kapac en La Paz.

Los documentos son otro tema de preocupación. Se logró identificar a personas que se dedican a la falsificación de sellos y documentos: títulos, carnet de identidad, licencias de conducir, títulos de egreso, diplomados, certificados de institutos y de la Universidad Pública de El Alto (UPEA).

Los delincuentes llegaron a falsificar sellos secos usando una prensa con el que oprimían el papel hasta lograr el sello seco.

“Hay muchos casos de falsificación de sellos, incluso se desbarató imprentas clandestinas”, dijo el Comandante del DACI. 

En el caso de la falsificación de telas, el grupo de Inteligencia de la Policía detectó, a denuncia de una empresa importadora, la falsificación de etiquetas. Los delincuentes introducían, desde China, telas similares a las originales vía contrabando, luego procedían a alterar la etiqueta y la contextura. Las telas falsas eran comercializadas a las comparsas del Gran Poder.

Uno de los casos significativos hallados en la urbe es el de la megafábrica clandestina de medicamentos en la ciudad de El Alto que la Policía intervino el 10 de mayo. En está fabrica se halló medicamentos con etiquetas falsas y se realizaban las combinaciones y mezclas parecidas a los originales. Incluso, estos medicamentos se enviaban al Perú. Contaban con equipos de alta tecnología y de inversión millonaria.

La alteración de diversos enlatados, las fechas y las etiquetas para comercializarlo en el mercado. Los falsificadores operan en clanes familiares y criminales que tienen una estructura. Ante ello, la Policía y la Intendencia organizan acciones para desbaratar estas organizaciones delictivas.