La Paz, 19 de diciembre (María Belén Salas, Urgente.bo).- La carne de res dejó de ser un alimento cotidiano para muchas familias paceñas. Por el contrario, el alimento se ha convertido en uno de lujo. Las familias lamentan que, a pesar de que los precios de otros productos bajaron en las últimas semanas, los de la carne de res se mantienen alto; son prohibitivos para las mayorías.
En los mercados Rodríguez y Miraflores, comerciantes y compradores coinciden en que el incremento del costo cambió el consumo, al punto de que los sectores de venta de carne perdieron demanda, cuando eran los primeros en recibir compradores.
“Creo que se ha vuelto un lujo comer carne de res, porque antes se podía comprar todos los días y ahora no. En mi casa preferimos comer huevo o pollo, que está un poco más accesible, pero igual está caro”, relató un comprador. Una ama de casa explicó que ahora limita el consumo de carne roja a una o dos veces por semana. “Prefiero comprar pollo (…) el medio kilo de pulpa especial está a 40 bolivianos, la molida especial a 38, el pecho a 28, la chuleta 38, para parrilla llega hasta 90 bolivianos. Es el doble de lo que compraba antes”, lamentó.
El administrador de un restaurante de Miraflores contó a este medio que en su menú dejó de incluir la carne de res porque los precios altos afectan su presupuesto y disminuirían sus ganancias. Don Jorge Quisberth dijo su esposa ha dejado de comprar este alimento básico hace unas tres semanas y antes de ello había adquirido pecho para la sopa.
El analista económico Omar Velasco explicó que un bien de lujo se define cuando un bien o producto no es una necesidad básica, sino algo que la gente consume mucho más cuando tiene más dinero disponible, o sea que “solamente los niveles de ingresos más altos pueden seguir esos niveles de consumo de carne más alta”.
Los precios elevados también se reflejan en la reducción de las cantidades adquiridas. “Antes compraba medio kilo para cuatro personas, para dar aumento también a mis hijos, pero ahora solo llevo cuarta o compro pollo y solo alcanza para el almuerzo, ya no para la cena. Todo está subiendo, pero no suben los sueldos”, lamentó otra compradora.
Para Velasco, los altos precios de carne de res son el resultado de aumentos en cada etapa de comercialización “desde el productor hasta el carnicero”. Precisó que hace seis meses el ganado en pie costaba cerca de Bs 12 el kilo vivo, pero hoy supera los Bs 20. “Ese es un primer elemento (…) implica un incremento de casi 80%”, añadió.
“El precio de la carne ha estado más o menos en torno a los 37, 38 bolivianos el kilo”, indicó. Sin embargo, el salto más notable se da en el kilo gancho, que actualmente “está costando entre 45 y 48 bolivianos; ese es el kilo al cual los frigoríficos venden a los intermediarios”.
En ese sentido, especificó que los mataderos cobran “más o menos 5 bolivianos por kilo” en faeneo, mientras que los centros de remate han desarrollado prácticas que empujan artificialmente los costos. “Hay una red de familias que se dedican a inflar artificialmente el precio de la carne. Se hacen pasar como compradores solamente con la intención de empujar el precio hacia arriba”. Este ejercicio obliga a pequeños productores no asociados a someterse a los precios impuestos por grandes ganaderos y mataderos. “En caso contrario no les dejan hacer el proceso de faeneado”, añadió.
En ese contexto, los consumidores sufren la presión que se desata sobre la cadena de comercialización de la carne de res. Los vendedores minoristas aguardan que la demanda por el producto suba, pero las familias optan por otras opciones para no herir más el bolsillo.
Minoristas atribuyen los precios altos a la exportación
Para los comerciantes minoristas, la razón principal para los altos precios de la carne de res es la exportación. “Es verdad que los ganaderos hacen subir el precio de la carne, porque ellos son los dueños del ganado”, aseguró un vendedor del Mercado Rodriguez, quien está seguro de que los productores prefieren los mercados internacionales.
“Si el mercado externo le va a pagar el doble, le va a vender al mercado externo. Ahora, si el mercado interno quiere consumir esa carne, el ganadero te va a decir, por lo menos tienes que pagarme cerca de lo que me paga el mercado externo”, explica el carnicero al detalle.
En ese sentido, otro comerciante explicó que, con la política de libre exportación, esta subida de costos se profundizó. “Con lo que el gobierno también ha dado la libre exportación entonces van a exportar más cantidad y obviamente que aquí va a subir el precio de la carne”, denunció y añadió que la medida perjudica a las familias.
“El mercado interno ya no se abastece y la peor carne nos quieren mandar, las que no tienen mucha pulpa”.
Una vendedora reclamó que, debido a la prioridad de exportación, al mercado interno no llega carne de primera calidad. “La buena carne siempre se va a China y ahora que va a exportar a Egipto va a afectar también”, afirmó el comerciante.
Asimismo, otro comerciante del sector advirtió que el mercado interno se ve afectado por la salida de cortes de mejor calidad hacia el exterior. “El precio de la carne sigue lo mismo, un poquito va a afectar la exportación de carne a Egipto”, señaló.
Por su parte, el analista Velasco explicó que solo tres empresas están autorizadas a exportar carne, una de ellas controla aproximadamente el 75% del mercado. “La empresa más importante es una empresa paraguaya (…) tiene de alguna forma el monopolio de la exportación”, afirmó
La exportación de carne de res requiere de una estricta cadena de frío, lo que reduce la posibilidad de que pequeños productores participen. “No es que un productor local pueda exportar carne de manera directa”.
El principal destino es China y Bolivia exporta ya más de 100 millones de dólares al año. En ese sentido, advirtió que gran parte del dinero generado no necesariamente queda en Bolivia. “Casi el 70% de las exportaciones las realiza una empresa paraguaya; lógicamente va a estar interesada en sacar sus dólares al Paraguay, no dejarlos en el país”, aseveró.
A su vez, el presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, afirmó que el reciente acuerdo para exportar carne a Egipto “no justifica en absoluto” el aumento del precio en el mercado interno, y criticó a los intermediarios que atribuyen el encarecimiento a la apertura del nuevo destino comercial. Además, recordó que “la carne está acá (…) debemos cumplir primero con el mercado interno” y advirtió que el Gobierno no permitirá que se use la coyuntura para especular. “Que no nos tomen de estúpidos”, expresó.
En ese contexto, Paz sostuvo que Bolivia enfrenta una etapa de “transición económica imprescindible” y que la expansión exportadora debe ir acompañada de estabilidad interna. Ratificó que su gestión impulsa la apertura comercial, incluida la venta de carne al exterior, pero bajo una regla clara. “Vamos a exportar, sí, pero no vamos a descuidar nuestro mercado interno” dijo.
///


