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Joel Moya, icono en oftalmología con más de 40 años de servicio social

El doctor Joel Moya viajó a Brasil para adquirir el doctorado en oftalmología, con el sueño de atender a sus pacientes y ofrecer ayuda social en la tierra donde nació.


Lunes 5 de Marzo de 2018, 6:45pm






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La Paz, 05 de marzo (Urgentebo.com).- El joven profesional médico tenía el sueño de especializarse en cirugía de abdomen. Egresado en 1976, en el auge de la minería, fue asignado a un puesto de la Corporación Minera de Bolivia, en Huanuni, donde sus sueños cambiaron, pues las necesidades del centro eran otras. La realidad le planteó el desafío de especializarse en oftalmología.

El doctor Joel Moya viajó a Brasil para adquirir el doctorado en oftalmología, con el sueño de atender a sus pacientes y ofrecer ayuda social en la tierra donde nació.

Devolvió la visión a cientos de personas, otra cantidad importante fue beneficiada con atenciones, cirugías y dotación de anteojos, entre otros, haciendo posible que el país sea referente en atención de calidad en el área de oftalmología.

Antes de trasladarme a Huanuni  “hasta esa fecha había soñado con ser cirujano de abdomen, en realidad conocía mucho de esto y había ya operado, pero mi vida cambió”.

Convencido a qué debía apuntar su carrera, el oftalmólogo optó por buscar oportunidades para especializarse. Primero, se presentó a una convocatoria en Bolivia, pero debía enfrentarse a postulantes que eran recomendados de autoridades del gobierno de ese entonces y otros familiares de médicos. Luego viajó hasta Brasil para postularse en un curso de especialización, donde las oportunidades quizá eran mínimas porque solo un latinoamericano podía ser aceptado.

“El examen aquí no fue difícil, lo resolví sin ningún problema. En Brasil también me postulé. Cuando regresé a Bolivia me habían dado la noticia de que había sido rechazado para el curso de aquí, pero el mismo día me llaman de Brasil para decirme que había sido aceptado, entonces yo estaba asombrado de mi suerte”, contó.

Moya tuvo que superar obstáculos para ejercer su labor. El primero fue de regreso al país, el desempleo era crítico incluso para un profesional de su talla y formación que había adquirido. Bolivia atravesaba por la hiperinflación y una inestabilidad política y social con el gobierno de la UDP.

Años después tuvo que enfrentar celos profesionales que le impidieron, por un tiempo, consolidar sus proyectos, sin embargo fue ese espíritu de solidaridad lo que le permitió llegar hasta la dirección del INO.

“No tenía trabajo, pese a la experiencia que había adquirido tuve que regresar nuevamente a Huanuni. Estuve un tiempo ahí y luego ya vine a La Paz a trabajar en varias instituciones. Posteriormente di un examen para ser parte del INO y me enteré que pidieron que no tomen en cuenta el examen que había dado, pero la coincidencia fue que el director de ese entonces era un doctor a quien una vez lo operé de forma gratuita y después de él a toda su familia. Entonces mi experiencia, profesionalismo y vocación de ayuda a los necesitados me ayudaron mucho”, sostuvo.

En sus inicios como funcionario del INO tuvo a su cargo  la sección de Ayuda a la Comunidad, donde desarrolló más su sensibilidad social. “Lo que recibo en besos, abrazos y cariño es lo más importante para mí”, dice el médico.

Hace seis años fue nombrado director del INO, eso le ayudó a concretar todos sus proyectos, formar a nuevos profesionales y a continuar en su labor de ayuda al prójimo. Él se siente satisfecho por todos los logros que se concretaron y haber hecho de la institución un punto de referencia. 

“Creo que la vida me ha preparado para que haga esta labor porque donde he ido me han enseñado lo que debería enseñar en esta época. Hice varios cursos en el exterior donde me han enseñado a desarrollar lo que he hecho. La vida y Dios prepara todo, cuando estaba como médico de planta expresaba mis inquietudes pero no me escuchaban y ahora como director he plasmado mis planes y proyectos, este instituto ha florecido”, expresó Moya.

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