Noviembre 08, 2024 -H-

Jenny Cárdenas: Hay un estancamiento de la música popular boliviana

Jenny Cárdenas destaca el legado dejado por los músicos del siglo pasado. Se lamenta que ese legado no tiene continuidad. Los Kjarkas han influido tanto que la música está estancada. En tiempos de cambio, los grupos se colonizan más, porque ahora toda expresión se la reinterpreta en la Sinfónica. No hay creación. Una entrevista para compartirla.


Viernes 26 de Octubre de 2018, 12:15pm






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(Juan Pérez, Revista Oxígeno).- Jenny Cárdenas es un de las compositoras e intérpretas más importantes del país.  Reconocida por sus aportes, ella afirma que la música popular boliviana se estancó debido a que faltan centros donde se pueda formar compositores. Acotó que para cambiar esta situación se deben empezar a revisar los pensums de los centros donde se enseñen música e incorporar las materias de composición.

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Jenny Cárdenas, intérprete y compositora (Foto: Alejandro Carrasco)

Cárdenas, cantautora y socióloga, ha realizado giras a nivel nacional como en Europa, América Latina. Además compartió escenario con representantes de la música latinoamericana como: Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Susana Baca, Litto Nebia, entre otros. Tiene 10 discos grabados, de los cuales se destaca la investigación que realizó sobre la Guerra del Chaco y la Revolución Nacional de 1952 y hoy es protagonista en la entrevista realizada por el periodista Juan  Pérez para la Revista Oxígeno.

A partir del 1990 existe una caída en cuanto a la calidad de la música boliviana, ¿a qué se deberá esto?

Yo diría que hay un estancamiento, un estancamiento creativo que lamentablemente poco se ha superado. Hay manifestaciones diversas y que están ligadas en unos casos al rock, al pop, al hip hop, en otros casos digamos a la cumbia, la electro cumbia, todo lo que tú quieras de la cumbia. Pero principalmente, hablando de esto que sería un tipo de canción que tiene más trascendencia por el texto, más trascendencia por la propuesta del arreglo por la búsqueda de la forma y estructura musical, del uso de instrumentos, yo creo que hay muy poco.

Pero está por otro lado toda la música popular, y podríamos decir todo el folclore y a mí me suena demasiado invasivo. Te diría que ya los Kjarkas han sembrado de una manera tan impresionante contra toda posibilidad de creación alternativa, entonces han sido muy fuertes, pero los Kjarkas son los Kjarkas.

Ellos tienen su propia identidad, el problema es que han marcado de una manera tan fuerte estos 20 años que casi cualquier otra expresión; se llame Kala Marka o se llame lo que tú quieras llamarle, normalmente han de ser nombres en aimara, que tocan casi siempre Kjarkas; Kjarkas en una versión un poquito más, un poquito menos, pero yo no los logro diferenciar claramente.

Pero no es culpa de los Kjarkas, es el momento histórico que estamos viviendo. ¿Y quiénes permanecen? Permanecen los Kjarkas sinfónicos o diré los Wara sinfónico, yo prefiero Wara porque Wara tiene un hermoso trabajo inicial, pero además hay dos waras.

Lo sinfónico se ha puesto de moda, ahora todo es sinfónico, Wara sinfónico, Kjarkas sinfónico, Kala Marka sinfónico. Eso qué le da (a la música). Además se habla con una gran contradicción de que no seamos colonizados y lo primero que hacemos es meternos a la Sinfónica.

Ojalá fueran aportes creativos, en un sentido de decir: bueno lo que están haciendo vale la pena porque hay una parte donde los chelos, hacen no sé qué, y los changos con el bajo hacen no sé qué, entonces vale la pena porque estás utilizando la sinfónica como un instrumento creativo, pero si vas a ir para que la sinfónica toque en tus mismas notas, simplemente te va a dar un colchón, es como querer decir: nos vamos a jerarquizar, ahora vamos a tocar con la sinfónica.

Entonces creo que por entrar a la sinfónica, y la sinfónica para sobrevivir, por un mandato también que tiene que ver con el Ministerio de Culturas, toca Kala Marka sinfónico. Entonces, Kala Marka es nomás una versión de Kjarkas. Entonces varias generaciones no escuchan más que Kjarkas.

Las nuevas generaciones ya no quieren estudiar si no ser famosos, ¿ese es uno de los aspectos por el cual hay este bajón en la música boliviana?

Yo creo que sí (es así), hay un estancamiento, hay un bajón, eso apena. Hay mucha gente estudiando en el Conservatorio ¿pero qué termina? Haciendo cumbia. No hay esta búsqueda de decir: bueno haber hagamos otra cosa, de hecho el folclore y la música es una inversión, hay la tradición; Música de Maestros, los Alaxpacha y Kollamarka, son tres grupos distintos, porque cada una tiene su toque.

Es un tipo de música, que tiene ver con la investigación de la Guerra del Chaco, porque de ahí también se han obtenido un montón la idea y la importancia de la música boliviana en esos años.

Entonces claro, todo esto es una tendencia, pero por otra parte está el ganar plata rápido. Entonces te metes a la banda y mal tocan los changos porque sus padres les han enseñado, ya no han ido al ejército, tocan desorejados, desafinados, no tienen buenos arreglos, normalmente los bajos suenan mal. Malos son los arreglos, mala la armonización.

¿Qué han encontrado? Una fuente de trabajo, eso es lo que pasa, y vienen sus padres los que les enseñan o los changos que se quieren meter para ganar un poquito de plata.

Mala música, esa es mi opinión. Yo creo que hay que seguir buscando estudiar, hay que construir otra música: que se llame lo que tú quieras; que tal si hacemos unos arbolitos, un género musical que se va a llamar arbolitos, pero es otra cosa y eso pega. Es un poco como el caporal, el caporal era una figura de la saya y de pronto le han llamado saya, no es saya, el caporal es caporal. La saya es la saya de los Yungas, en general se tocaba cantada y con instrumentos de percusión, no había música melódica.

 

En la capilla tocabas obras sacras, misas, pero salías de ahí, te ibas a la chichería y

entrabas con unas cuequitas, bailecitos suculentos, unos Khaluyos, y los escribían

 

¿Por qué no avanzamos musicalmente como nuestros vecinos Brasil y Argentina, por ejemplo?

El hecho es que, en el caso de Bolivia, primero que ha habido un arranque fabuloso con estos músicos, o sea hablar de Lavadenz, de Valda, de Roncal no es poca cosa. Hablar también de letristas tan buenos, como Otero Reiche, que eran maravillosos, la mayoría de los textos de  Gladis Moreno son de Otero Reiche. Son compositores de un gran nivel o estas cuecas que te digo de Alberto Ruiz, de Manuel Elias Coronel, o del potosino Humberto Iporre Salinas.

Igual de Tarija hay muy buenos compositores, de maravillosas cuecas como los Montoneros de Méndez, unos bagualeros impresionantes con cantores de primer nivel.

Esos músicos por un parte venían educados como los tres, Rocal, Valda y Lavadenz, casi todos escriben su música. Entonces lo que pasa es que al estudiar tienes más posibilidades de mirar el arreglo, de mirar la forma, la melodía y luego modular a otro tono, luego volver después al tono inicial; estas en Mi menor y entrar a Mi mayor.

Yo me imagino (que este estancamiento) tiene que ver con el hecho de que hemos tenido pocas posibilidades de estudio, un Conservatorio que no ha dirigido principalmente al marco más antiguo y cerrado, que era seguir tocando solamente el clásico y ni siquiera nos han hecho ver el barroco que es más interesante, ni el renacentista, que era maravilloso, ni el medieval porque tiene montones de voces. Todo el barroco y toda la música medieval es hermosísima y renacentista impresionante.

Lo que digo es que se debía haber abierto al otro lado también, lo que pasa es que sabes, los maestros de capilla, de la época anterior, eran también los que tocaban en las chicherías y tocaban también de directores de bandas militares, entonces tenías un arco muy grande de participación en distintos puntos.

En la capilla tocabas obras sacras, misas, pero salías de ahí, te ibas a la chichería y entrabas con unas cuequitas, bailecitos suculentos, unos Khaluyos, y los escribían. Entonces esto es lo que pasaba, y eso ha pasado en toda la época colonial porque eso no es una cosa que haya sucedido  por milagro, eso venia ya de un proceso largo, donde se estudiaba y se tocaba música del pueblo, música sacra y música culta o erudita.

Realmente si no se estudia no se conoce, si no se escuchan otras cosas, porque los músicos de bandas militares tienen de todo. Tiene áreas de ópera, tiene tango, tiene valses, tiene montones de música del mundo entero y ellos componían boleros de caballería.

Entonces eso es lo que ha faltado, y ha venido el facilismo y la cerrazón de los conservatorios de manera tan conservadora y no ha habido materias de composición, no hay hasta ahora una carrera de composición, con la excepción de la Universidad Loyola, donde por suerte Gastón Arce, intenta hacer cosas, pero tampoco es fácil si no tienes un cuerpo de gente que le meta enserio… Yo no sé porque no se ha creado compositores en Bolivia.

 

¿Para este estancamiento, también tendrán que ver los enlatados de la televisión extranjera que llega a Bolivia?

También ha habido mucha influencia, pero ha habido en todas partes, efectivamente ha habido una época en la que decíamos: nos están invadiendo en las radios, solamente se toca rock norteamericano o el rock inglés, o la música de moda de afuera. Desde que hay discografía, desde los tiempos inmemoriales, tendríamos que decir: bueno entonces no tendríamos que tocar Beethoven, no tendríamos que tocar Mozart, todos siempre hemos tocado la música escrita.

Y aunque parezca que no es así hoy, porque hoy tienes tú los recursos tecnológicos como para poder grabar y hacer colash de estos, poner esto acá, cinta acá, hasta eso tú lo tienes que saber controlar.

¿Qué se debe hacer para mejorar la situación actúal?

Lo primero es abrir carreras de composición, se tiene que aprender composición, se tiene que entender qué es componer y por lo tanto se tiene que mirar los pensums de todas las instituciones que ensañan música. En absoluto, no estamos diciendo que no se tiene que tocar lo que es básico, si tú tienes que estudiar guitarra tienes que seguir nomás (el método) Carlevaro o los métodos que son tradicionales para el estudio de la guitarra.

Yo creo que lo que necesitamos es creación, es creatividad, crear nuevas cosas, inventar nuevos géneros musicales, porque así es el tema.

No existían cuecas hasta el siglo XIX, no habían bailecitos, era música popular que llegaba de España y que se aclimataba, que se bailaba, que se con nuestros instrumentos, se tocaron triste yaravis, se mezclaron, surgieron los nombre, fueron siendo las costumbres… Tenemos millones de ritmos, pero además khaluyos, lo huayños, los kantus, es bien hermoso los kantus de la provincia Bautista Saavedra, de toda esa región maravillosa de los Kallawayas.

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