13 de septiembre (Jacqueline Maydana).- Ha pasado más de un año de aquel fatídico día. La vida de Milton Tancara dio un giro inesperado cuando se enteró que uno de sus hijos, Anakin, perdió la vida de una forma cruel. Parte del cuerpo del joven, de 22 años, fue encontrado en la zona Bella Vista de El Alto y el tórax estaba en el domicilio de su exenamorada. Luz P.
Las investigaciones apuntaron a Luz como la autora del crimen, pero no actuó sola, Álvaro S., su enamorado, también fue acusado por el descuartizamiento de Anakin. Al día siguiente, Luz fue presentada por la Policía, al lado de su novio, quien se mostró sonriente y sin remordimiento.
Desde entonces Milton Tancara tuvo que iniciar los procesos para ver tras las rejas a los asesinos de su querido hijo. Relata que en todo ese tiempo se le presentaron varios tropiezos, pero siguió adelante. Luz y Álvaro fueron condenados a 30 años de cárcel.
Tropiezos
“Hemos tenido que tropezar con varios aspectos, más que todo en especial con los abogados de la parte contraria que hicieron todo y nada para suspender audiencias, para cansarnos, incluso mancillando el nombre de mi hijo”, indica el padre en entrevista con Urgente.bo.
Según Tancara, el abogado de Luz usó versiones falsas para tratar de tapar el hecho. Incluso, relató que la defensa usó en su contra algunas palabras que expresó en entrevistas con medios.
“El abogado quiso hacer ver que mi hijo era un homosexual y tantas bajezas que da rabia escuchar, ver lo que el abogado está publicando en su página”, añade.
Las audiencias también fueron suspendidas porque el abogado de Luz se tomó una semana por una supuesta baja médica. Además, hubo días en que Luz o Álvaro no se presentaban a declarar.
“La justicia tarda, pero llega, justamente el viernes llegó, tardó un año y nueve días, el viernes ya se dictó la sentencia”, sostiene Tancara.
Tuvo que vender sus cosas
El padre de Anakin relata que gastó bastante dinero durante el proceso, no se atreve a dar un aproximado del monto, pero está seguro que por el tema económico, mucha gente deja de seguir los casos. Los gastos no solamente se realizan por el trabajo de un abogado, Tancara menciona que también se tiene que invertir montos para efectuar el seguimiento del proceso, además del tiempo.
“Todos los días he estado pendiente, tenía que ir, mi trayectoria era la casa y el juzgado, juzgado, Fiscalía, FELCC, el IDIF, tenía que ir incluso hasta el Colegio Militar, ir donde otro, donde el abogado, llevar memorial, hay que retornar, hay que llamar. Muchas veces he tenido que ir a dejar personalmente a los centros penitenciarios, la orden de salida para que salgan los dos (Luz y Álvaro) que para entonces eran privados de libertad”, detalla.
Tancar
buscó dinero de donde pudo, buscó ayuda en sus familiares, quienes lo apoyaron incondicionalmente, descuidó su trabajo y vendió algunas cosas.“Tengo ya llamadas de atención de mi trabajo, eran constantes mis salidas, mis permisos, me ha faltado dinero, sí, me ha cooperado mi familia, también amigos, mis colegas, han realizado su cooperación a quienes les agradezco mucho, también he tenido que extender la mano, vender algunas cosas, pero el fin era conseguir la sentencia”, menciona.
La vida sin Anakin
La vida no ha sido fácil para Tancara, tuvo que mantener la compostura al estar frente a los asesinos de su hijo, su corazón se invadía de rabia y dolor al verlos durante las audiencias.
“Tuve que aguantármelas, tenía que tragarme esa rabia por no reaccionar, viéndolos a los dos cómo no sentían hasta el último momento ni una señal de arrepentimiento”, dice.
Anakin era el mayor de los hijos, vivía con su padre, Milton Tancara y su hermano menor. La familia era bastante unida, las actividades eran de tres. Anakin era valiente y tenía bastantes anhelos en su vida.
Sin consuelo
Tancara se siente desolado, no encuentra consuelo desde la partida de su hijo. Todos los días lo recuerda, incluso en la calle cuando ve a niños pequeños que corretean alegres, tal como lo hacía Anakin de pequeño.
“Tengo que caminar por mi familia, trato de salir adelante, pero todos los días lo recuerdo, todos los días tengo que derramar lágrimas por mi hijo, mi hijo amado”, relata acongojado.
Tanto Tancara, como su hijo menor, extrañan bastante a Anakin, a veces, el padre encuentra llorando a su hijo o con los ojos sollozos. Para él, la situación es peor porque trata de esconder su dolor para mostrarse fuerte.
“Admiro mucho a los papás que han perdido a su hijo, andan feliz, riendo, son como los payasos, ríen por fuera y llorar por dentro. En mi caso no, y gracias a Dios que uso este barbijo, sino la gente me vería derramar lágrimas en la calle y cada día. Ahora sí puedo decir, hijo mío, puedes descansar ahora sí en paz, pese a que no es mucho, pero los que te hicieron semejante hecho van a pagar lo que tienen que pagar a partir de hoy día”, expresa.
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