13 de agosto (Urgente.bo).- Un trabajo periodístico realizado en la ciudad intermedia de Patacamaya por Urgente.bo, pudo corroborar que en la Zona Franca Industrial y Comercial Patacamaya (Zofrapat), se le legalizan automóviles nuevos y seminuevos. ¿Cómo se lo hace? De acuerdo a Susana (nombre ficticio) de una de las tantas importadoras directas de vehículos en La Paz, los automotores llegan hasta ese lugar que está ubicado a 85 kilómetros de la urbe paceña e ingresan en tráilers o conocidos también como cigueñas, para luego depositarlas en las playas o canchones.
Los modelos son 2021, 2020, 2019 y se los trae desde Dubái (Emiratos Árabes) y Tailandia (Asia), hasta la zona franca chilena de Iquique, para después pasar a territorio boliviano.
“Ingresan a la zona franca en Patacamaya. Tienen un kilometraje que no pasa los 100 o 150 kilómetros e ingresan con una falla mínima, son reacondicionados en ese lugar”, indica Susana. En nuestra visita al interior de Zofrapat, este medio digital halló entre 8 y 10 camionetas listas para ser acondicionadas en uno de los talleres.
Los automotores más comerciales son las camionetas Toyota Hilux, que son tailandeses y el costo es por unidad es de entre $us 43.000 y $us 44.000. Se los oferta por catálogos y las redes sociales. Otro de los vehículos son los Toyota Land Cruiser, que cuestan $us 78.000. Vagonetas Suzuki y Nissan son otras de las marcas que también son reacondicionadas.
Luis Encinas, gerente de la Cámara Automotor Boliviana (CAB), confirmó que vehículos nuevos y seminuevos son nacionalizados en Patacamaya, pero la preocupación del sector va más allá, una posible nacionalización de autos indocumentados o “chutos”.
¿Cómo legalizan lo ilegal?
De acuerdo a un comerciante que se dedica a la importación de vehículos legales, los importadores deben cumplir ciertos requisitos para nacionalizar un vehículo. Uno de esos es el certificado medioambiental y las empresas como Toyota Bolivia e Imcruz lo tienen, no así los que comerciantes que adquieren los motorizados de una segunda o tercera persona. Es por ello, que usan la figura de reacondicionarlos para que los autos sean nacionalizados y pagar un tributo menor.
“En zona franca es requisito ese certificado (el medioambiental), es el principal requisito para nacionalizar los autos en zona franca. Pero se inventaron la figura de reacondicionamiento, es decir; le ponen un accesorio, una radio o le cambian un sensor y sale el auto”, indica.
La Aduana, si bien tiene la competencia para evaluar cómo sale o ingresa un automóvil, no lo hace. Los funcionarios solo se fijan en los papeles y si el comerciante cumple con la autorización de reacondicionamiento y la factura de reacondicionamiento, entonces dan el visto bueno. “Lo ilegal se convierte en legal”, subraya.
Esos vehículos son después comercializados en ferias a nivel nacional como la 16 de Julio. Se los vende como cero kilómetros, pero en realidad están reacondicionados y tienen un cierto kilometraje.
El numeral II del artículo 6 del Decreto Supremo 2232, del 31 de diciembre del 2014, dice que: “Para realizar el despacho aduanero de importación, los vehículos nuevos y antiguos fabricados con volante de dirección a la derecha están sujetos al cumplimiento de las formalidades aduaneras previstas en la Ley General de Aduanas y su Reglamento, además de la presentación de los siguientes documentos: Certificado Medioambiental, con la debida documentación de respaldo; y en caso de que hayan sido sometidos a cambio o incorporación de dispositivo de combustible a GNV en una zona franca industrial nacional, el Certificado de Incorporación o cambio de dispositivo de combustible a GNV”.
El 2016, el gobierno del entonces presidente Evo Morales instruyó a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) realizar mejoras emergentes en las Refinerías de Cochabamba y Santa Cruz, cuyo efecto era producir combustibles bajo los parámetros exigido por la norma Euro IV. Al momento no se conoce si ambas refinerías producen ese tipo de combustible.
Bolivia perdió $us 49.000 millones por evasión de tributos
Este portal informativo accedió a un parámetro de unidades importadas entre nuevas y antiguas en los últimos cuatro años y pudo verificar que el Estado boliviano perdió 49 millones de dólares, por evasión de tributos que realizan ciertos comerciantes de vehículos que subfacturan los automotores.
Es decir, el importador boliviano directo compra una unidad en $us 10.000, pero consigue en Tailandia que le den una factura de reexpedición por $us 5.000 e ingresa con ese papel a Zofrapat.
Entre el 2018, 2019, 2020 y parte del 2021, las empresas establecidas legalmente para importar vehículos hicieron ingresar al país 161.000 vehículos, de los cuales pagaron un precio real de 590.000 millones de dólares.
Solo el 2018, los importadores directos evadieron en impuestos $us 20.000 millones, el 2019; $us 13.000 millones, el 2020; $us 10.000 millones y, de enero a la fecha del 2021, 4.000 millones de dólares.
Las importadoras directas de vehículos no generan fuentes de empleo y tampoco divisas económicas. No se conoce la procedencia del dinero con el que realizan las transacciones para comprar un auto en Dubai o Tailandia.
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