Óscar Villegas, el entrenador que ha logrado reavivar la fe en el fútbol, el deportista que cree en los jóvenes, ha nacido en el corazón de Bolivia, esa tierra que hoy celebra un aniversario de la efeméride revolucionaria de 1810. Desde muy joven se hizo llevar por el fútbol, pero una lesión lo alejó del césped cuando apenas tenía 29 años y lo puso en el banquillo para dirigir a quienes sueñan con convertir goles o tener un papel protagónico en el deporte rey.
Nacido un 15 de abril de 1970 en Cochabamba, Óscar Villegas Montaño parecía tener el destino marcado por una pelota. Desde muy joven demostró que lo suyo era el fútbol, destacando con talento, disciplina y pasión por el deporte más popular del país. A los 17 años, ya daba sus primeros pasos como jugador profesional en Aurora, el Equipo del Pueblo, donde comenzó a forjar su carácter dentro de la cancha. Su carrera siguió en ascenso y lo llevó a defender los colores de algunos de los clubes más importantes del país, entre ellos Bolívar, San José, Wilstermann y Real Santa Cruz.
Sin embargo, en 1999, cuando aún tenía mucho por dar, una lesión de gravedad en la rodilla lo obligó a abandonar el fútbol profesional con apenas 29 años. Lo que para muchos pudo significar un final, para Villegas se transformó en el comienzo de algo aún más trascendente. A pesar del golpe, no se alejó del deporte que le había dado tanto. Por el contrario, encontró una nueva misión: convertirse en formador y guía para las futuras generaciones del fútbol boliviano. Fue en ese contexto, donde comenzó a construir su nuevo legado. Su pasión por el fútbol no solo sobrevivió al retiro, sino que se multiplicó en cada joven al que decidió formar con disciplina. Así nació el otro Óscar Villegas: el estratega, líder y, sobre todo, soñador.
Formador de futbolistas
Los primeros éxitos de Villegas como entrenador llegaron con Bolívar, donde entre 2010 y 2018 conquistó múltiples títulos en divisiones menores, incluyendo el torneo de reservas, el campeonato nacional Sub-20 y la Copa Federación Sub-20. Esta etapa marcó el inicio de una carrera ascendente que continuó en Always Ready, donde en 2023 logró la Copa Bolivia Sub-20 y el torneo nacional de la categoría. Su gran trabajo con los jóvenes le valió la confianza de la dirigencia para asumir el primer plantel en un momento crucial. Apostando por las promesas que él mismo formó, Villegas logró un rendimiento destacado, sorprendiendo a nivel local e internacional y consolidando su perfil como formador y líder de procesos exitosos.
Al poco tiempo de retirarse, Villegas se sumó al cuerpo técnico de Rosario Martínez en el Real Potosí. Fue entrenador de Aurora en varias ocasiones, además de ser entrenador en categorías juveniles, también fue DT en Independiente de Quillacollo y Wilstermann. En 2007, Villegas fue contratado por la Federación Boliviana de Fútbol y fue entrenador de sus equipos sub-17 y sub-20. En 2010, regresó al Bolívar por invitación de Guido Loayza, desempeñándose como técnico de las categorías juveniles.
El 25 de abril de 2016, Villegas fue nombrado técnico interino de Bolívar, en sustitución de Rubén Darío Insúa. Volvió a su rol anterior en mayo tras el nombramiento de Beñat San José y abandonó el club en diciembre de 2018, ya que su rol de entrenador juvenil lo ocupó Wálter Flores.
Dando un salto hasta 2024, encontramos a la Selección boliviana sumida en una profunda crisis tras las decepcionantes gestiones de Gustavo Costas y Carlos Zago, la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), puso sobre la mesa un nombre distinto: Óscar Villegas. El técnico cochabambino, de perfil bajo, pero con resultados sólidos y una fuerte apuesta por el talento joven, fue elegido para liderar un nuevo proceso. Así, el 19 de julio de 2024 inició oficialmente la era Villegas, no solo al frente de la selección absoluta, sino también como cabeza de todas las categorías de la Verde, marcando el inicio de un proyecto integral.
Con el paso de los primeros meses al mando, y pese a las críticas y dudas que nunca faltaron, Óscar Villegas comenzó a transformar la Verde desde sus cimientos. Apostó por una renovación profunda en todas las categorías, acompañando de cerca a los más jóvenes y manteniéndose fiel a su filosofía: combinar el talento emergente con legionarios, dispuestos a asumir con seriedad un nuevo proyecto en la selección. Su enfoque, basado en la disciplina, el trabajo en equipo y la confianza en los procesos, pronto comenzó a dar frutos. La primera recompensa llegó el 12 de abril de este año, cuando la Selección Sub-17, en un partido cargado de emoción y drama, logró sellar el último cupo al Mundial, rompiendo una sequía de 38 años sin presencia boliviana en una Copa del Mundo de la categoría.
Finalmente, el logro más destacado de Óscar Villegas llegaría en días recientes, cuando Bolivia, con garra y carácter, logró arrebatarle el cupo al repechaje mundialista a Venezuela en la última fecha de las Eliminatorias. La hazaña se selló con una histórica victoria en casa ante Brasil, aprovechando además el tropiezo de la Vinotinto frente a Colombia. Este resultado deja a la Verde más cerca que nunca de volver a una Copa del Mundo, algo que no ocurre desde su mítica participación en Estados Unidos 1994. Ahora, en marzo, Bolivia tendrá la oportunidad de colocar la "cereza del pastel" a un proyecto nacional serio y comprometido, que bajo la conducción de Villegas ha vuelto a ilusionar a millones de bolivianos.
Hoy, Bolivia vuelve a soñar. Lo hace de la mano de un hombre que nunca buscó los reflectores, pero que, con trabajo silencioso, visión a largo plazo y una fe inquebrantable en la juventud boliviana, ha logrado lo que muchos creían imposible. Óscar Villegas, el técnico cochabambino forjado en la formación, ha pasado de los torneos juveniles al escenario más alto del fútbol sudamericano sin traicionar su esencia: apostar por procesos, formar futbolistas comprometidos y creer, incluso en los momentos más oscuros, en el potencial del futbolista boliviano.
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