Diciembre 18, 2025 -HC-

El “Estado Plurinacional” que nos deja el “proceso de cambio”


Martes 16 de Diciembre de 2025, 10:45am






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Nunca antes, Bolivia sufrió mayor incertidumbre sobre su futuro y es que las promesas del “proceso de cambio”, cayeron en “saco roto”, al constatarse que eran  embustes que sostuvieron en el poder, regímenes que lo único que consolidaron en veinte años de desgobierno y latrocinio, con mucho existo por cierto, fue un Estado-Cómplice, llámese, un Narco-Estado, donde parte de las estructuras del mismo, luego de un profundo proceso de desinstitucionalización, entró en colusión, se casó, se unió libremente, con el crimen internacional y nacional organizado, que estableció regiones geográficas donde no se ejerce el “monopolio legítimo de la fuerza”, léase, el orden de la Policía, las Fuerzas Armadas y el imperio de la ley, gestión jurídica, que también fue cooptada por el centralismo de un híper-presidencialismo que los instrumentalizó todo para sus fines. Aunque hay que reconocer, que las regiones de los epicentros de los ilícitos, han recibido del Estado, la subvención a los hidrocarburos, cuentan con “elefantes blancos”, como el aeropuerto internacional de Chimoré, la plantea de Amoniaco y Urea y han sido beneficiados con proyectos como Mi Agua I y II.

Esa colusión de intereses, se apoderó de muchas regiones como “México chico” y el Trópico de Cochabamba -“México grande”-, y otras regiones igualmente estratégicas del país, para el desarrollo de múltiples ilícitos transnacionales. A ello, se sumó, el desenfrenado etnicismo auto-empoderado, que con el autogobierno abalado jurídicamente por lo “plurinacional”, propició acuerdos, para conceder el “arrendamiento perpetuo” de tierras, con entes como los Estados Unidos de Kailasa, entre muchos otros, que debilitaron la presencia y soberanía del Estado. En lo “poblacional”, diferentes segmentos de “interculturales” fomentados por el “proceso de cambio” y/o corporativos sociales de gremios y grupos de la economía informal del circuito coca-cocaína, el contrabando y crímenes conexos, resultaron vivir al marguen del control, del derecho y las obligaciones que impone el Estado y, por el contario, formaron vínculos espurios y subterráneos con la ilegalidad y el avasallamiento de la propiedad privada, especialmente en el oriente del país, para usurpar tierras y haciendas. Estos son solo algunos elementos que provocan ver los atisbos peligrosos de rasgos de un posible “Estado-Fallido”, que nos deja de herencia el “vivir bien”, de los operadores del “proceso de cambio”.   

En cuestión de desarrollo humano, el “proceso de cambio”, dejó mayor pobreza y desaliento, según la Fundación Jubileo, la pobreza alcanzaría el 44% y la pobreza extrema llegó a 18%. Según el INE, que recién presentó los dudosos resultados del CENSO-2024, en 2012 se registraban 4.373.376 personas con carencias de necesidades básicas insatisfechas (NBI), las que habían descendido para afectar a solo 3.251.613 personas en 2024. En el área urbana, la pobreza se habría reducido de 1.853.392 a 1.194.542 personas, mientras que en el área rural habría pasado de 2.519.984 a 2.057.071 personas en el mismo periodo. Datos que no explican, lo reflejado por un estudio de la fundación Friedrich Ebert Stiftung, que nos muestra que el 48% de los jóvenes económicamente activos están en busca de un empleo y el 54% de los jóvenes quieren migrar a otro país por diferentes razones, eso quiere decir que más de 1,5 millones de bolivianos, se irían de Bolivia, si tuvieran la posibilidad de hacerlo.

En lo ambiental, la Fundación Tierra, dice que entre los años 2001 y 2024, los incendios arrasaron con al menos 74,9 millones de hectáreas de bosque y pastizales. La gestión 2024, fue la más devastadora porque se incendiaron 12,6 millones de hectáreas, incluso se superó el récord de 2019 cuando se quemaron 5,3 millones hectáreas, se estima que el año 2025, se quemarán otros 12 millones de hectáreas, a pesar de esa dura realidad, el “proceso de cambio”, utilizó la retórica de la “Madre Tierra”, con fines políticos de la agenda progresista y la cultura Woke en lo internacional, para apalancar recursos financieros del exterior, con otros fines y no pensando en el medioambiente y reducir el calentamiento global, y en lo nacional, so pretexto del agro y la ganadería, ampliaron el horizonte agrícola para incrementar los cultivos de la “hoja sagrada”. A ello, se sumó la nueva ley de sustancias controladas que elevo de 12.000 a 22.000 las hectáreas legales de la hoja de coca, que, además, busca ser despenalizada en Naciones Unidas por los regímenes del “proceso de cambio”, aliados al progresismo internacional que ve como algo lúdico al indigenismo, sus “tradiciones” y mitos reconstruidos de biocidas autóctonos.

En lo económico, el “proceso de cambio”, tras su falsa “nacionalización”, resultado de un Golpe de Calle, mal llamado “Guerra del Gas”, a pesar de haber centralizarlo toda la economía, dio muerte a la “gallina de los huevos de oro”, que era la alternativa  construida entrono del descubrimiento del gas, en la época, igualmente, mal llamada neoliberal y es que el “proceso de cambio”, parecería que obro con omisión en la búsqueda de mayores reservas de gas, que sostengan la economía del país en lo futuro, de esa forma a nombre de cuidar la “Madre Tierra”, negó la posibilidad de convertir a Bolivia en un “centro energético regional”, pues para sus fines políticos autoritarios y aislacionistas, era mejor que la ciudadanía dependa de la economía informal de la coca-cocaína, que le permitió moverse en el plano de lo ilegal y con aliados externos de todo tipo, entre Estados-canallas, cómplices, fallidos y/o terroristas. Hace muy poco, se quería justificar la falta de hidrocarburos por la negación de aprobación de créditos en la ALP, cuando en realidad, los responsables de que no existan hidrocarburos son los que propiciaron la “Guerra del Gas”, que impidió la venta de gas a mercados de ultramar al doble de precio, del que se terminó vendiendo a la Argentina y el Brasil, “Guerra del Gas” que además, espantó la inversión petrolera para buscar mayores yacimientos, en estos largos años de desgobierno y corrupción del “proceso de cambio”. 

De igual forma, el “proceso de cambio”, fue impotente para hacer del Litio una economía alternativa y esa fue otra ilusión vendida al pueblo boliviano. En la economía formal, según el INE, las exportaciones bolivianas el año 2024 sumaron 8.923 millones de dólares, cayendo 1.883 millones de dólares comparadas con el año 2023, por lo que nuestra balanza comercial al año 2024, experimentó un nuevo déficit, de 845 millones de dólares, esa es una de las causas de la falta de divisas para comprar hidrocarburos y la errada política de depender de créditos que incrementaron la deuda externa a 13.806 millones de dólares a junio del año 2025, según el BCB, hecho que generó una inflación acumulada del 19,22% entre enero y octubre del año 2025. Por si ello fuera poco, las RIN a octubre de 2025 ascendieron a un valor acumulado de 3.227 millones de dólares, pero solo 151 millones de dólares eran divisas, lo demás era oro, del cual, el 91% estaban  en el exterior y únicamente el 9% en bóvedas del BCB, estas reservas existentes, no alcanzan para abastecer de hidrocarburos a Bolivia, ni siquiera por tres meses, situación muy diferente a la que recibió el “proceso de cambio” el año 2006, cuando le dejaron una economía sustentada en el gas, con reservas y potencialidades para por lo menos, los 20 años futuros.

En lo social, no lograron una inclusión, lejos quedo una auto-identificación entre todos los bolivianos como iguales, entre las diferencias étnicas, clases sociales, identidades geografías y regionales, es más, no pudieron sostener el mito de que “todos somos iguales ante la ley”, por el imperativo de una discriminación positiva de género, de etnicidad y de los llamados grupos “vulnerables”. Es sabido que no era el objetivo del “proceso de cambio”, fortalecer la débil identidad nacional, por ello, la mermaron con la “visión” étnica extrema de lo plurinacional, pues la auto-identificación con lo indígena reflejó que en Bolivia, en el año 2024, 4.302.484 personas (38,7%) afirmaron que se auto-identificaban como parte de una nación o pueblo indígenas originarios campesino o afro-boliviano, recuérdese que el CENSO-2012, situaba la auto-identificación, en el 41% de los bolivianos y en el año 2001, el 62% se auto-identificaba con ese denominativo, ello vino aparejado de la migración campo-ciudad, propia de países que transitan de la pre-modernidad a la modernidad, donde se observa que el 69% de la población vive en el área urbana y el 31%, en la zona rural. El adoctrinamiento progresista e indigenista de quienes se autodenominaban “la reserva moral de la humanidad”, afortunadamente fracasó, en su perversa intención de dividir aún más la sociedad boliviana. Los operadores del “proceso de cambio”, no lograron anular la identidad de lo mestizo y lo blanco, intención presente hasta en el artículo tercero del texto constitucional y la discriminación positiva de normas menores, su propósito por el contrario, incrementó y avivo las pulsaciones del resentimiento étnico, que discrimina y margina al resto de los bolivianos que no se sienten parte de una nación o pueblo indígenas originarios campesino o afro-boliviano, actitud de revancha y rencor fascistoide, que es mucho más racista e intolerante hoy, que en el año 2003. En lo jurídico, la triste realidad de subordinar el órgano judicial al órgano ejecutivo de manera descarada, instrumentalizando la “justicia”, generando parcialidad e iniquidad. 

El “proceso de cambio”, dejó un país en ruinas en lo económico, quemado y con muerte en lo ambiental, fracturado, dividido y des-institucionalizado en lo político y con poca cohesión e identidad nacional en lo social, con un tejido social, hecho flecos, con rasgos de un Estado-Fallido y con un Narco-Estado activo y consolidado, con su epicentro en el Trópico de Cochabamba. Ese es el “Estado Plurinacional” que heredamos y debemos reconstruir y transformar, desde una visión democrática, desde una mirada republicana y federal, desde una “tierra de hombres libres”, que luchamos por una República de Bolivia unida e integrada para todos.   

*Es Diplomático de Carrera.                                    

Cochabamba, 18 de noviembre de 2025.

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