Diciembre 20, 2025 -HC-

Cavilaciones finales


Lunes 11 de Agosto de 2025, 10:00am






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A pocos días de las elecciones, a poco del Día D, es necesario hacer un par de reflexiones alejadas de la vorágine propagandística y del tormento de las redes sociales, que suelen obnubilar nuestra capacidad de deliberación.

1.            No habrá victoria contundente ni derrota definitiva el 17 de agosto. El país no se terminará el 18. Si gana algún candidato de la derecha se vendrá una etapa de ajuste duro enfocado a potenciar el sector privado; y si triunfa alguien de la izquierda, el ajuste será progresivo y apuntará a afectar menos al sector popular, pero igualmente habrá ajuste. Esas voces pesimistas que dicen que si gana el MAS -o una de sus ‘vertientes’- será el fin del país, o que si gana la derecha habrá guerra civil, no tienen fundamento.  

2.            La crisis económica será el eje principal para definir el voto. Sin embargo, hay varios temas que no se pueden pasar por alto y que, por la coyuntura, están excluidos. Los clivajes identitarios, regionales e ideológicos continúan siendo determinantes y pueden explotar en cualquier momento. Que la crisis económica no se convierta en la excusa para ocultar o peor, excluir, otras cuestiones esenciales.

3.            Es importante estar conscientes del alcance del voto. Debemos asumir la responsabilidad que nos toca como votantes más allá del día de la elección. La responsabilidad no acabará luego de que nos manchemos con tinta el dedo. Después recién vendrá lo difícil: interpelar a los nuevos mandatarios, monitorear su trabajo, exigir, criticar, denunciar e, incluso, defendernos o movilizarnos contra sus políticas.

4.            ¿Hay que pelarse con los amigos y la familia sino comparten nuestra posición? Es un debate clásico que vuelve cada elección, sobre todo en tiempos de polarización, así que seré breve: No. O no con todos.

5.            Uno de los principales aprendizajes de esta campaña es que los debates son importantes, pero no son imprescindibles. Con uno o dos por cada elección basta y sobra.

6.            Las encuestas nuevamente estuvieron en el centro de la polémica. Es necesario, de una vez, entender para qué sirven: de indicios, para ver tendencias. Pero no están diseñadas para reflejar el resultado final de una elección y peor para apuntar al ganador. Los medios, el Tribunal Supremo Electoral y las empresas encuestadoras tiene que ser claros con esto, para evitar confusiones.

7.            Las campañas electorales son cada vez más digitales, pero la calle sigue siendo el lugar privilegiado donde se hace lo político. Sin desmerecer el gran valor de las redes sociales, son el mercado, los comedores, las universidades, los conversatorios y otros espacios presenciales los que se mantienen como los lugares por excelencia de construcción de lo público.

8. La importancia de tener partidos políticos estructurados, orgánicos y con cuadros. En esta elección se ha notado, más que en otras, la necesidad de disponer de estructuras políticas organizadas que pueda ser un nexo efectivo entre la sociedad civil y la sociedad política.

9. La institucionalidad es fundamental. En determinado momento el Tribunal Electoral pendió se un hilo, lo que puso en riesgo todo el proceso electoral y la poca estabilidad que tiene el pais. El Tribunal Constitucional, en cambio, se interpretó así misma como un suprapoder. Estás incongruencias pueden generar riesgos enormes para la supervivencia del estado, por lo que es necesario establecer una institucionalidad fuerte, eficiente responsable y también claramente delimitada.

10. ¿Momento constituyente? Todas estas cuestiones tienen que resolverse por una via no violenta, lo que no implica que no haya antagonismo. Esta vía podría ser, según expertos, una Asamblea Constituyente parcial, que no retire las ganancias del Estado Plurinacional, pero sí corrija sus falencias. Los bolivianos tendremos que reflexionarlo. Es un desafío.

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