"Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas", anunció este martes el flamante presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tras su acto de posesión, durante el cual también afirmó que una de las prioridades será el respeto a la familia y a Dios. Quien durante sus casi tres décadas como diputado tuvo frecuentes exabruptos racistas, misóginos y homófobos, se dijo decidido a "construir una sociedad sin discriminación ni división".
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En su primer discurso como mandatario, Jair Bolsonaro anunció sin detalles que hará reformas estructurantes y creará un círculo virtuoso de confianza en la economía. Él pidió el apoyo del pueblo unido y del Parlamento para reconstruir el país. Según él, “los enormes desafíos podrán ser superados con la sabiduría de escuchar la voz del pueblo”.
“Aprovecho este momento solemne y convoco a los congresistas para ayudarme en la misión de restaurar y de reerguir nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, de la criminalidad, de la irresponsabilidad económica y de sumisión ideológica”, afirmó. “Vamos a unir al pueblo, valorar la familia, respetar las religiones y nuestra tradición judeocristiana, combatiendo la ideología de género, rescatando nuestros valores. Brasil pasará a ser un país libre de las amarras ideológicas”, agregó.
Al comenzar a leer, de gafas, su pronunciamiento, el presidente saludó a las autoridades y jefes de Estado presentes y su familia, en especial a su esposa Michelle –a quien, subrayó, conoció en la Cámara de Diputados–. Además de reafirmar el tono de su discurso de campaña, Bolsonaro reiteró el compromiso con puntos de su programa de gobierno, como la defensa del porte de armas, el apoyo a la acción de los policías y de las Fuerzas Armadas, el redireccionamiento de la política exterior, y mencionó también cambios en la educación pública.
“Reafirmo mi compromiso de construir una sociedad sin discriminación ni división. De aquí en adelante nos guiaremos por la voluntad soberana de los brasileños que quieren buenas escuelas, capaces de preparar a sus hijos para el mercado de trabajo y no para la militancia política, que sueñan con la libertad de ir y venir sin ser víctimas del crimen”, enumeró.
El presidente de Brasil Jair Bolsonaro propuso este martes en su discurso de investidura un "pacto nacional" para superar "la mayor crisis moral y ética de la historia" del país sobre la base de un programa ultraconservador en lo social y liberal en lo económico.
"Convoco a cada uno de los congresistas a ayudarme en la misión de restaurar y volver a erguir a nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica", proclamó Bolsonaro, de 63 años, convertido en el 38º presidente de la mayor potencia latinoamericana.
El excapitán del Ejército propuso un "pacto nacional entre la sociedad y los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en la búsqueda de nuevos caminos para un nuevo Brasil".
"Vamos a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores", proclamó.
Aludió igualmente a su promesa de liberalizar la posesión de armas, al afirmar que "el ciudadano de bien merece disponer de los medios para defenderse".