La Paz, 29 de diciembre (Marco Quispe, Urgente.bo).- “Tenemos un culpable y es el mismo Evo Morales; él ha destruido el instrumento político (Movimiento al Socialismo), ha destruido la revolución democrática y ha destruido todo el movimiento popular”, afirmó Luis Arce, expresidente de Bolivia el 18 de junio de 2025.
Arce hizo esa aquella declaración tras su renuncia como precandidato presidencial por el MAS, en un intento por buscar la unidad de la izquierda de cara a los comicios generales en los que el expartido de gobierno sobrevivió apenas.
Sin embargo, sus intenciones no surtieron efecto. Durante toda su gestión, Arce, Evo y Andrónico Rodríguez mantuvieron un enfrentamiento, abriendo fuego cruzado y poniendo fin a un periodo político de 20 años de hegemonía de la izquierda.
“El 2025 Bolivia ha votado para eliminar el discurso de izquierda, el discurso socialista del MAS”, dijo el analista político Edgar Sánchez. “El 2025 significa la culminación de tres o cuatro años en los que la izquierda se desangró internamente”, subrayó Vladimir Peña, también analista.
EVO VS. ARCE, LA PELEA
Morales y Arce se distanciaron a finales de 2021 por el control del Gobierno y el liderazgo del MAS. La pelea entre ambos se inició prácticamente al día siguiente de la asunción del exministro de Economía como Presidente y en el 2025 estalló sin posibilidad de vuelta alguna y a pesar de que el proyecto de izquierda ya estaba en riesgo.
En enero, Morales dejó claro desde el inicio que sus cañones apuntarían durante todo el año contra Arce. Encabezó una marcha desde Patacamaya hacia La Paz, organizada por sectores del Trópico de Cochabamba, para presionar al Gobierno a atender la crisis económica, un problema que se agravó este año.
El 22 de enero de 2025, durante el congreso cocalero del Trópico, Morales declaró públicamente su intención de postularse. En ese panorama, el evismo logró una alianza con el Frente para la Victoria (FPV) y Pan-Bol. Evo dejó claras sus intenciones.
Sin embargo, en mayo recibió dos golpes duros: el FPV y Pan-Bol fueron rechazados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) por no cumplir el requisito mínimo del 3% de votos en elecciones previas, impidiéndoles competir. Además, una Sentencia Constitucional del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) inhabilitó a Evo definitivamente para postularse como presidente o vicepresidente. “Lucho (Luis) Arce nos estaba liquidando como candidatos a la presidencia”, lamentó Morales.
A inicios de junio, la proscripción de Morales generó una oleada de protestas entre sus seguidores. Hubo marchas violentas en La Paz y Cochabamba que dejaron ocho muertos (policías y civiles) y cientos de heridos, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Tras días de protestas, el Pacto de Unidad afín a Morales declaró una “pausa humanitaria”, ante el rechazo de la ciudadanía y los enormes perjuicios contra la economía boliviana. Evo había perdido.
EL “DIVORCIO” ENTRE EVO Y ANDRÓNICO
Esta 2025 fue también el año de los “divorcios”. Andrónico Rodríguez, durante años considerado el principal heredero político de Evo, vio deteriorada su relación con el líder cocalero, que jamás aceptó que otro político fuese como candidato a la Presidencia por el proyecto que él lidera.
Aunque inicialmente los sectores evistas mantenían un tono neutral hacia Rodríguez, pronto la ruptura se hizo evidente. “Le dije que vuelva a casa”, dijo Morales.
En mayo de 2025, Rodríguez aceptó ser candidato y se alió a Félix Patzi. “Andrónico Rodríguez, para nosotros, es un traidor”, dijo el exdiputado cruceño Anyelo Céspedes. Rodríguez llevó adelante la campaña electoral con indefinición e inseguridad, cayó en las encuestas, sucumbió en la votación, pero anunció su intención de seguir activo en política; lejos de Evo.
LOS SINDICATOS
Las encuestas previas a las elecciones del 17 de agosto de 2025 ya mostraban números adversos para la izquierda, con candidatos que no generaban expectativa.
Y así fue confirmado en los comicios: el triunfo fue para Rodrigo Paz, con el 32,06% de los votos; Andrónico Rodríguez, el más representativo de la izquierda, obtuvo 8,51%, quedando en cuarto lugar; y el MAS, con Eduardo Castillo, quedó mucho más relegado con 3,17%.
Evo, al no poder participar en las elecciones, optó por instruir a sus seguidores que votaran nulo como forma de protesta, y este alcanzó un 19,87%. Morales celebró esos números; para él fue un triunfo ante Arce. Así se desmembró la izquierda.
Lo mismo ocurrió con las organizaciones sociales, que este año terminaron de fracturarse. “Las organizaciones sociales este año no cumplieron su principal rol y hoy están divididas, buscando unidad. Sus dirigentes ahora deben reconfigurar este escenario”, destacó Sánchez.
El 7 de noviembre, cuando Paz venció en segunda vuelta a Tuto Quiroga, Arce cerró su gestión de cinco años y, con ello, el ciclo de 20 años de poder de la izquierda. “El proceso de cambio fue herido de muerte, y las distintas facciones dentro del MAS contribuyeron a la derrota electoral de agosto, lo que dio paso a la derecha”, concluyó Arce.
Las tres claves del derrumbe
Vladimir Peña, analista político, señaló tres factores clave que desencadenaron la caída de la izquierda en 2025. Peña destacó que la crisis económica, la falta de renovación de liderazgos y la lucha interna entre Evo Morales, Andrónico Rodríguez y Luis Arce fueron determinantes para el colapso del proyecto político.
“El tema económico, que tardó en materializarse y visibilizarse como tal, fue uno de los principales factores”, explicó. El segundo factor fue la falta de renovación de liderazgos dentro del MAS, lo que convirtió a Evo en un “tapón” para el futuro de la izquierda. “Evo se ha convertido en el principal problema para la izquierda”, añadió.
Finalmente, Peña subrayó que la lucha interna entre los dirigentes del MAS generó una “guerra fratricida” entre evistas y arcistas, que “subestimó al pueblo boliviano”. “Se lanzaron unos contra otros con el objetivo de aniquilarse, y, al final, ambos cumplieron su objetivo, pero con un alto costo para el proyecto”, remarcó.
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