18 de mayo (Urgente.bo).- “Quiero morir por favor, mátame”, se le oyó decir este miércoles a un niño de 12 años que cayó del segundo piso de su colegio en la ciudad de Santa Cruz. El video se hizo viral en redes sociales, ya que los internautas relacionaron el caso con un presunto intento de suicidio, sin embargo, esta posibilidad fue negada por la directora del establecimiento y la madre del menor, quienes aseguraron que el accidente se debió a una travesura.

El hecho ocurrió en la Unidad Educativa María Teresa Pulido, ubicado en la zona del Plan Tres Mil de la ciudad de Santa Cruz. Y llamó la atención que el niño cantaba una parte de la canción. “En el trayecto en que nosotros procedimos a realizar la evacuación del paciente a un hospital del Plan Tres Mil, el niño comenzaba a cantar una canción dedicada a la muerte, llamando, atrayendo a la muerte hacia él”, relató el paramédico Jim Nagera a la red Uno.

Pero ¿qué cantaba el estudiante? Se trata del género musical Nightcore, una canción de Miss Wanna Die, Shinitai Chan que antes de ser reproducida, en You Tube se advierte sobre "contenido en temas de suicidio o autolesiones". Los psicólogos explican que esta y otras composiciones pueden inducir al suicidio en el subconsciente.

Un ejemplo de otra canción que influenció bastante es la famosa copla húngara Gloomy Sunday o también conocida como la canción del suicidio, cuya traducción es Domingo Gris, está relacionada con varios suicidios ocurridos en la década de los 30 y causó  bastante revuelo. 

“El adolescente es, en muchos casos, sensible emocionalmente, lo que hace que sea mucho más fácil de influenciar (…) cuando escucha un tipo de música, la letra, por el mismo hecho de estar en la adolescencia, recibe un impacto directamente en su área emocional”, explicó la psicóloga Beatriz Gutiérrez a Urgente.bo.

La especialista indicó que todas las canciones influyen de una u otra manera en una persona por más que se encuentre o no en la etapa de la adolescencia. Si alguien oye una canción alegre tiende a cambiar su estado de ánimo y lo mismo ocurre cuando escucha una depresiva.

“El adolescente busca comprensión, alguien que le entienda, cuando ese adolescente o joven escucha una música que relata la situación que está pasando se siente identificado y hasta tiende a obedecer o cumplir con lo que dice la letra”, indicó.

El tipo de música puede ser compartido por ciertas tribus urbanas, por ejemplo los famosos “emos” que son conocidos por las autolesiones y su depresión. Mucho antes de ellos estaban los góticos que también comparten ciertos conceptos y posiciones.

En Japón y Corea del Sur existen tribus urbanas que suelen escuchar cierto tipo de música deprimente, sin embargo, Gutiérrez indicó que aún no hay una ola de ese tipo de grupos en Bolivia y que dicho género de música aún no es bastante escuchada. 

“Hay tribus urbanas que se están generando, todo se genera siempre a partir de las necesidades y se van a seguir generando otro tipo de tribus a partir de las necesidades que haya en esa época, esas tribus no están socializadas en Bolivia, sí hay casos aislados donde han sido influenciados por la letra y han sido sumidos y se ha dado la situación del suicidio”, mencionó.

Un grupo popular entre los jóvenes de ahora es el llamado E-boys/E-girls, que “trata de una forma de pensamiento más libre, a diferencia de otras denominadas "tribus urbanas", que se originan gracias a las redes sociales, jóvenes por gusto por los videojuegos, música y el ánime en muchos casos”, explica Emir, un exintengrante.

Este grupo suele escuchar la música LoFi, Pop, pop punk, rock alternativo y también post punk y otros.

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