Julio 26, 2025 -HC-

¿Por qué no triunfan los músicos emergentes?


Viernes 25 de Julio de 2025, 11:00am






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La Paz, 25 de julio (Grecia Tórrez Rojas, Urgente.bo).- La repentina muerte del cantautor Hiroshi Claudio Ishida Ruiz, conocido artísticamente como Ocasional Talento, dejó una pregunta que inquieta a sus seguidores, a la opinión pública y a quienes desde las tribunas apoyan a algunos artistas poco conocidos: ¿por qué en Bolivia la música de tantos artistas valiosos solo recibe el reconocimiento que merece cuando ya es demasiado tarde?

“Hiro” comenzó su carrera en 2018. Fue cantante, compositor, productor musical, escritor, poeta y diseñador gráfico. A lo largo de su trayectoria fue nominado a varios premios nacionales y se presentó en distintos escenarios del país, dejando una huella profunda en la música urbana boliviana. Su obra ya resonaba en ciertos círculos, pero cobró mayor visibilidad después de que él decidiera quitarse la vida la madrugada del jueves 26 de junio. Y desde diferentes círculos e incluso en las redes sociales se desató una dura crítica por los homenajes ya tardíos para el artista.

En La Paz, un joven con una laptop produce música electrónica inspirada en morenadas. En Cochabamba, una cantante sube sus canciones originales a TikTok con la esperanza de hacerse viral. En Santa Cruz, un rapero crea letras desde su cuarto y canta para pocos. Así, artistas emergentes bolivianos luchan por ser escuchados en un país donde la creatividad no siempre se traduce en oportunidades reales.

Bolivia posee una riqueza musical innegable y talento en cada rincón. Sin embargo, el camino hacia el reconocimiento artístico hasta ahora es escarpado. Una educación musical deficiente, el temor persistente al fracaso y la falta de organización en el sector cultural figuran entre los principales obstáculos que mantienen a muchos artistas en el anonimato o atrapados en circuitos locales.

Los expertos consultados señalan tres barreras que enfrentan los artistas emergentes y que hoy impiden el crecimiento y consolidación de los músicos bolivianos.

Débil educación musical

Roberto Borda, maestro y director de Milán Company, Cochabamba, explica que la educación artística en Bolivia no está pensada para formar músicos integrales y subraya que muchos de los artistas que logran cierto reconocimiento son quienes comenzaron desde niños con instrumentos, ya sea en el folclore, en la música clásica o en géneros modernos. “Cuando eso no ocurre desde la infancia, se nota”, precisa. Es decir, los frutos se dan al cabo de una larga carrera.

Wara Cajías, artista, gestora cultural e investigadora, considera que el problema de fondo es la falta de una educación cultural sólida desde la escuela, que limita el consumo automático de música extranjera y que brinde herramientas para valorar lo local. “No le podemos echar la culpa al público por no conocer a los artistas bolivianos. Es responsabilidad del Estado, del sistema educativo y también de los mismos artistas el formar públicos más críticos y receptivos”, explica.

Miedo al fracaso

Más allá de la técnica o la teoría, hay una barrera emocional que pesa: el miedo al fracaso y al rechazo del público.

Edson López, Dj y productor musical más conocido como “Donelc”, lo describe con claridad. “Cuando uno pone música nueva, de un artista que nadie conoce, el ambiente cambia. Es como un silencio incómodo. La gente te mira raro, los dueños del local se incomodan”, relata. En muchas ocasiones, este temor hace que los músicos opten por versiones conocidas o estilos que “funcionan”, dejando de lado sus propias ideas.

De este miedo surgen agrupaciones o artistas que optan por realizar “covers” o recopilaciones en diferentes géneros para evitar el fracaso de sus propias composiciones.

“La mayoría de artistas siente miedo de sacar algo nuevo. Por eso muchos terminan haciendo covers, porque temen no gustar”, dice López. Incluso él, que trabaja constantemente con artistas nuevos, evalúa en qué contextos mostrar música no conocida para evitar el rechazo, aunque muchas veces se arriesga a mezclar sets con música de artistas emergentes por su calidad y talento.

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El joven artista boliviano Jerónimo Sims

Esta barrera no es exclusiva de la música. Cajías también lo vincula con los nuevos cánones del arte: “El verdadero arte tiene un aura, una honestidad irreproducible, pero muchos artistas hoy tienen que sacrificar esa honestidad por miedo a no ser aceptados”.

Falta de normativas

La tercera barrera que impide el éxito de los artistas es más estructural: la falta de políticas culturales y leyes que protejan y promuevan al sector artístico, especialmente a los músicos, más si se considera el enorme potencial boliviano y las profundas raíces culturales. Para Cajías, esta ausencia no se debe únicamente al desinterés del Estado, sino también a la fragmentación y falta de organización de los propios artistas.

“Las mejores políticas culturales en el mundo no salen de los gobiernos, salen del mismo sector artístico”, afirma. En Bolivia, asegura, “hubo intentos de organización, pero la mayoría no ha resistido en el tiempo”.

La consecuencia es clara: los músicos bolivianos no cuentan con derechos laborales específicos, seguridad social ni fondos de retiro. “Sobreviven semana a semana, pensando solo en el próximo show. Toda la energía se va en sobrevivir, y no en construir a largo plazo”, lamenta.

Borda coincide en que sin industria musical consolidada, el artista tiene que invertir desde su bolsillo, grabar, promocionar, producir, y aún así puede no ser escuchado. “Antes había disqueras, ahora todo lo hacen solos. Y cuando no logran el éxito, llega la frustración”.

Aunque el panorama es desafiante, también hay señales de cambio. Plataformas como TikTok han dado visibilidad a talentos como Grecia Gón; marcas privadas como Tigo y otras han apostado por músicos bolivianos en sus campañas, y hay un movimiento creciente de artistas que apuestan por propuestas propias, aunque todavía sin suficiente respaldo.

Para avanzar, según los entrevistados, se necesita una estrategia de largo plazo que incluya educación musical, políticas públicas y fortalecimiento de redes de colaboración entre artistas. También es urgente repensar los espacios de difusión: los noticieros, las radios y los medios digitales que siguen priorizando lo internacional.

“Hay que dejar de correr como si esto fuera una carrera de 100 metros. Esto es una maratón”, alerta Cajías. “Si queremos tener una industria musical sólida, los artistas deben organizarse, plantear propuestas de ley y exigirlas con constancia”.

Bolivia es un país de músicos, de ritmos y propuestas vivas. Pero mientras no se invierta en educación musical integral, en tanto no se supere el miedo cultural a lo nuevo, y no se construya una organización que respalde y proteja al sector, muchos de esos talentos seguirán tocando para unos pocos.

En este contexto, la revista Oxígeno da a conocer a algunos artistas emergentes que merecen la pena ser escuchados así como muchos otros que no están en esta lista:

Gerónimo Sims

Con tan solo 19 años de edad, el cantante tarijeño logró representar a Bolivia en el evento internacional Viña del Mar en Chile, por primera vez en la categoría internacional. Además, tiene un contrato con la multinacional Sony Music.

Entre sus canciones destacan su último sencillo “Tercero”, “Suéltame”, “Me haces mal” y “Septiembre”.

Alwa Bolivia

También conocida como Alwa, que significa “amanecer” en aymara, es una artista de rap y hip hop nacida en la ciudad de El Alto. Su música incorpora la identidad cultural, el conflicto social y la justicia.

En 2023, Alwa fue galardonada en la categoría de Mejor Artista Urbana en la tercera edición de los Bolivia Music Awards. Sus canciones “Principio sin fin” y “Hey! (¿Estás ahí?)” con Luis Gamarra, son la muestra clara de un futuro musical prometedor.

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Alwa Bolivia

Soluyuni

Es un proyecto musical creado a finales del 2020 en Tarija, cuya idea es fusionar la música, los sonidos y la imagen nacional con la esencia del techno/electrónica.

Bajo el anonimato que caracteriza al dúo, han lanzado cinco singles y un EP llamado “Sol y Luna: The Remixes” en colaboración con 4 Dj’s bolivianos: RASU, Sex Mind, Andre Sheridan y A Basic Guy.

Tierra Alta Reggae

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El grupo boliviano Tierra Alta

Es una joven banda paceña de reggae influenciada por el jazz, R&B y el latin, propone un estilo diferente en la música alternativa, presentando toda una gama de colores musicales y composiciones propias.

Además de ser un referente nuevo en la escena musical, Tierra Alta, compuesta por 9 jóvenes músicos con la voz de "Jotty" Peñaranda Berrios, se caracteriza por su versatilidad y su show lleno de energía logrando en poco tiempo una gran aceptación del público.

Grecia Gon

Es una joven cantante de 19 años, compositora y bailarina nacida en la ciudad de La Paz el 2005. A su corta edad ha demostrado ser una gran promesa boliviana, incursionando en la música urbana en el país.

Su colaboración con la agrupación Uno70 en la canción “No se enamora” la posicionó como una de las artistas emergentes del último tiempo. “Pa mi ex” o “Hoy voy a salir” son dos de sus sencillos más apreciados por sus seguidores.

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