Julio 29, 2025 -HC-

Nos lavaron el cerebro ¡que desgracia ser rico!


Lunes 28 de Julio de 2025, 11:30pm




Bolivia, (y peor el país multipluri), nunca tuvo un gobierno realmente liberal. Entendámonos: hablo de esa ideología llamada liberalismo, que promueve la libertad individual, la igualdad ante la ley, la limitación del poder del Estado y la protección de los derechos civiles y políticos que se basa en principios como la separación de poderes, la democracia representativa y la economía de mercado.

La justicia siempre estuvo, en mayor o menor grado, con el poder de turno; pero nunca como ahora, que MAS que alineamiento, es sumisión al gobierno… Y eso no es todo, los últimos 20 años, la justicia, simplemente, no fue justicia.

La Asamblea Legislativa es otro cuento porque, como en todos los países populacheros, manejó y creó leyes a medida, gusto y necesidad del gobierno, sin importarle el país o las regiones que lo conforman. La corrupción se convirtió en institución (“el que no afana es un gil”… dice el tango) y el narcotráfico floreció en todo su esplendor… La ignorancia es una cualidad (“lo mismo un burro que un gran profesor” –idem). En fin…

Cuando Gualberto Villarroel fue presidente de Bolivia (1944 – 1946) convocó al primer Congreso indígena del país. Fue el primero en promulgar leyes en favor de este segmento de la población boliviana que por entonces era mayoría. Suprimió el pongueaje, prohibió el trabajo individual gratuito, otorgó tierras a los indígenas, abolió los diezmos, obligó a los patrones a establecer escuelas para los hijos de indígenas que trabajaban en sus tierras y dictaminó leyes para la protección de los indígenas… algunos analistas actuales dirían que Villarroel fue el primer populista boliviano. “No soy enemigo de los ricos, pero soy más amigo de los pobres” es su frase más célebre. Pero su gobierno populista, como era de esperar, produjo crisis política, económica y social a tal grado, que una turba (conformada por los que defendía - ¡qué ironía!) lo sacó del palacio y junto a tres de sus colaboradores más cercanos, lo colgó en uno de los faroles de la plaza Murillo en La Paz.

Desde entonces, todos eran “más amigos de los pobres” que de los ricos. Los pocos intentos liberales que existieron fueron tímidos y acabaron mal. Aquel que tenía dinero era tildado de “explotador”, “aprovechador”, “chupasangre”, o… ustedes aumenten los adjetivos. Y si no, vean lo sucedido con Patiño (gran patriota), Hoschild y Aramayo que otorgaban a sus trabajadores condiciones infinitamente mejores que los que les dio después la COMIBOL. ¿Por qué pasaron a la historia como los malos de la película? Porque la historia la escribieron quienes “nacionalizaron” las propiedades de los llamados “barones del estaño”.

O veamos un caso más reciente: el de Jacob Ostreicher, un ciudadano estadounidense que llegó a Bolivia e invirtió 27 millones de dólares en la producción de arroz y la cría de ganado. Al ver que tenía dinero, fue víctima de extorsiones y presiones. Probablemente se resistió a algunas de las presiones, probablemente digo por si acaso, pero igual terminó en la cárcel, acusado de “ganancias ilícitas”. Nunca le probaron nada, ¿saben por qué? Porque, probablemente – otra vez por si acaso – la finalidad era quitarle su dinero. Lo consiguieron… claro (otra vez, probablemente).

Por si acaso, no soy rico, lo aclaro, vivo de mi jubilación (ya me quitaron el bonosol – ahora mal llamado “bono dignidad”).

Y ahora, en la etapa pre-electoral que vivimos, no faltó alguien que amenazó a Marcelo Claure, con iniciarle una investigación (o juicio) por “ganancias ilícitas”. También “amenazaron” con lo mismo a Doria Medina. Esa “amenazas”, de quienes saben cómo manejar el tema, pretenden hacer temblar al adversario, sabedores que el estado multipluri tiene marcada animadversión por los ricos y empresarios.

Ojo, hablo de las fortunas bien habidas, no de las otras que también las hay … y que posiblemente sean mayores y más abundandantes. Esas sí, merecen ser castigadas.

Por todo lo dicho, cambiar de paradigma va a ser muy difícil. Ya nos lavaron el cerebro haciéndonos creer que ser rico es malo; pero – gracias a Dios – ya hay un sector de la población boliviana que sabe que el progreso solo se alcanza con libertad, con oportunidades para que cualquiera tenga chance de ser rico y no al revés… para que todos sean pobres.             

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