La Paz, 28 de junio (Grecia Torrez).- Emprender en tiempos de crisis no es una decisión sencilla, pero para muchos bolivianos se ha convertido en la única salida. Elías, un joven de La Paz, se enfrentó a una decisión difícil tras la pandemia en 2020; la presión de su jefe en el trabajo le obligó a renunciar y quedarse al amparo de su familia, sin una fuente de ingresos.
Con la economía tambaleando y sin oportunidades laborales, Elías comenzó a vender productos básicos en las ferias, caminando de un lado a otro con lo poco que tenía. En esas idas y venidas, algo empezó a llamarle la atención: las botellas de vidrio vacías que se acumulaban por todos lados y generaban más basura.
Una noche, comenzó a ver videos en internet y aprendió que era posible darles nueva vida a esas botellas. Durante seis meses hizo pruebas, cortando botellas sin éxito, hasta que un día, una pequeña botella boliviana de “cascadita,100% boliviana” se dejó cortar. El borde salió limpio, el pulido fue perfecto. “Nos vamos a dedicar a esto”, le dijo a su esposa.
Así nació el emprendimiento de vasos reciclables, lo que comenzó como una necesidad urgente se transformó en un proyecto sólido. En la actualidad, Elías tiene clientes en bares, discotecas y locales que apuestan por la ecología y el consumo responsable. En un país donde la economía va en caída, su historia es la elocuencia de convertir la dificultad en una oportunidad.
Hoy, Bolivia sufre una de las situaciones económicas más complicadas, con precios de productos que se han duplicado y el valor adquisitivo del boliviano cada vez menor. Es en este momento que surge la pregunta: ¿vale la pena emprender para generar más recursos?.
“En todo momento, inclusive en las crisis, sabemos que muchas veces se presentan grandes oportunidades, así que sí, yo soy un creyente de que es posible emprender hasta en los momentos más adversos”, expresó el director y fundador de la Fundación de Emprendedores Maya, Jorge Velasco Tudela.
En los últimos meses, “cuando ya se veía venir la crisis política, social y económica”, la Fundación de Emprendedores Maya lanzó una convocatoria para que los jóvenes, entre 18 y 29 años, se beneficien de un acompañamiento en emprendimientos verdes. La sorpresa fue que aproximadamente 500 interesados se inscribieron, una cifra que sobrepasó las expectativas de la fundación y evidenció el interés por el emprendimiento.
“De los 500 emprendimientos, 60% son de mujeres y 40% ya eran emprendimientos en marcha que necesitaban escalar. (...) En los últimos años este índice se ha ido incrementando, porque hay realmente una necesidad, como no existen fuentes de trabajo, cada vez son menores, por parte de las empresas privadas y públicas. Entonces, los jóvenes universitarios están viendo como una alternativa el tema de emprender”, explicó Velasco.
¿En qué se puede emprender?
Ante este contexto económico que atraviesa el país y aunque las opciones para emprender son muchas, el economista Fernando Romero señala que los emprendimientos relacionados con la alimentación y la ropa son viables. “A pesar de la crisis, la gente va a seguir alimentándose. Ofrecer alternativas sanas, nutritivas y económicas es una posibilidad real, más aún con la variedad de productos que tiene nuestro país como la quinua o el trigo”, apunta. Incluso plantea que la situación podría forzar a muchos a cambiar hábitos alimenticios, reduciendo el consumo de carnes tradicionales debido a los altos precios y explorando otras opciones más accesibles.
Romero también destaca el potencial de los mercados digitales. Para quienes tienen un mayor grado de formación o acceso tecnológico, recomienda mirar más allá de las fronteras físicas del país y apostar por las redes sociales, virtuales y digitales
“Tal vez en el mercado tradicional no haya compradores, pero el mundo está abierto. Las redes sociales y los canales virtuales son espacios donde se puede vender y crecer”, agregó.
Por su parte, Velasco resalta la importancia de innovar y ponerle creatividad al emprendimiento proyectado, porque la competencia es bastante, pero ideas nuevas se pueden solidificar. “Si apuestan por un restaurante que sea copiando las mejores prácticas de los mejores restaurantes. Si es ropa, que sea moda sostenible que tenga un fin y sea original para que el público se sienta atraído a la compra. Hay un mundo de cosas, es cuestión de que las personas, los jóvenes, empiecen a ver que hay alternativas de emprender y mucho más agregando la tecnología”, señaló.
Por otro lado, la directora ejecutiva de la Fundación Emprender Futuro, Allison Silva, señala que “conviene emprender en lo que uno conoce, en donde se identifica una necesidad concreta y donde se pueda aportar valor”, mirando las tendencias globales: la digitalización, la sostenibilidad y la personalización.
Las redes sociales, la punta de lanza para triunfar
Elias cuenta que su emprendimiento “Reciclave”, “desde el principio hasta el día de hoy”, se sostiene solo con ventas por redes sociales. Una sola publicación en Facebook hizo que su emprendimiento llegue a más compradores no solo del departamento de La Paz, sino de todo el país, inclusive que la empresa La Cascada los contratara para realizar cientos de vasos.
“Les contaba la anécdota de que el primer vaso que he cortado ha sido de la ’Cascadita’, después por todo el tema del marketing y las redes sociales, hemos llegado a trabajar para la empresa La Cascada, hemos cortado más de dos mil vasos para la empresa”, contó emocionado y orgulloso por su alcance.
A partir de esta historia, no cabe duda que el uso de la tecnología para emprender “no es opcional”. Alisson Silva asegura que es el “medio para sobrevivir y escalar”.
“Las redes sociales se han convertido en vitrinas, canales de venta y de comunicación directa con los clientes. Un emprendimiento que aprende a usar bien las redes sociales y plataformas digitales puede crecer sin necesidad de un local físico. Además, herramientas tecnológicas como WhatsApp Business, tiendas virtuales o pasarelas de pago, billeteras digitales permiten hacer más eficientes a los negocios”, añadió.
Según Silva y estudios recientes, aproximadamente más del 60% de los emprendimientos en Bolivia usan canales digitales como su principal canal de ventas, especialmente Facebook, TikTok, WhatsApp e Instagram para alcanzar mayores compradores, no solo nacionales sino también internacionales.
“Sí funcionan, siempre y cuando vayan acompañados de una estrategia. No basta con publicar productos: se necesita generar confianza, responder rápido, mostrar valor y crear comunidad. Los que entienden y usan estas herramientas logran buenos resultados”, mencionó la especialista.
En ese sentido, Silva recomienda algunos pasos a tomar en cuenta para iniciar un emprendimiento que sea autosostenible y triunfe.
“Primero, empezar por identificar un problema real y resolverlo de forma simple. Luego, validar la idea en pequeño, sin grandes inversiones. Formarse y nunca dejar de aprender es clave: hoy hay muchísimos recursos gratuitos para aprender a emprender y digitalizarse. También les diría que no lo hagan solos: apóyense en instituciones de apoyo, incubadoras, pre aceleradoras, aceleradoras, comunidades empresariales de apoyo, entre otros. Y, sobre todo, que cada uno crea en su capacidad de crear algo propio. Hoy más que nunca necesitamos adaptarnos y hacer empresa de forma diferente”.
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