Junio 23, 2025 -HC-

El Compadre Palenque ofrecía trato paternal a los trabajadores y sus sábados eran de familia


Lunes 7 de Marzo de 2022, 5:15pm






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7 de marzo  (Urgente.bo).- Carlos Palenque sacaba la guitarra durante los almuerzos familiares y empezaba a tocar, luego, pedía a su hija mayor, Verónica, que lo acompañase con el canto. Aparte de su gran talento como cantante, Palenque era una persona sensible, tanto en su familia como en lo laboral, tanto así que a muchos de sus compañeros de trabajo les daba un trato de segundo padre. 

Sus hijos lo recuerdan en diferentes facetas. Para Verónica, su hija mayor, él era alguien bastante sensible y persistente; Sayuri Loza dice que era una persona excepcional que “te cambia la vida”. El Compadre, que murió el 8 de marzo de 1997, hace 25 años, se ganó el corazón de multitud de personas, especialmente de quienes han convivido con él, como sus trabajadores e hijos. 

“Puede ser que esté aquí”, le dice Palenque a una mujer de la tercera edad quien se encuentra desesperada en busca de una familia suya. “Aquí puede estar comadre, haber Martitha, dónde estará Martitha, ¿la llamaremos? Pregunta Palenque a la mujer y la misma responde que sí con los ojos llenos de emoción. De pronto, Martha aparece y el semblante de la mujer cambia a una sonrisa.

El programa La Tribuna Libre del Pueblo fue un fenómeno comunicacional, porque dio voz a los que no la tenían y estableció contacto con la población con un formato desconocido hasta entonces. Palenque se expresaba con tono amigable y se ganaba el cariño de la gente, pero ¿Cómo era él con su equipo de trabajo?

Verónica, su hija mayor, relata que una de las cualidades de su padre y que afectó su estado de salud, era la alta exigencia laboral consigo mismo y con todos sus proyectos. Era perseverante y no se daba por vencido fácilmente, asegura.

“Él era un verdadero maestro, todos los que estábamos cerca de él aprendíamos constantemente, era exigente con sus trabajadores, le gustaban las cosas bien hechas, algo que siempre me decía era que no improvise, que no había nada peor que la improvisación (…) tenía una relación muy cercana y sobre todo paternal, muy amigo, muy papá de sus trabajadores”, relata Verónica a Urgente.bo.

Palenque notaba inmediatamente si alguno de sus trabajadores estaba pasando por problemas económicos, familiares y demás. Él siempre estuvo al tanto.

Pagaba el sueldo de sus trabajadores a las esposas

“Cuando las esposas se quejaban de que no llegaba el sueldo a la casa, él decidía pagar el sueldo a las esposas, a partir de ese día nos encontramos con sorpresas como por ejemplo que había trabajadores que tenían dos familias, o algunas mujeres que no sabían cuál era el sueldo del esposo”, recuerda verónica entre risas. En otras palabras, El Compadre también provocó cambios positivos en las familias de sus trabajadores.

Los trabajadores habían prometido llevar su sueldo a sus hogares y Palenque volvió a pagarles el sueldo. Para su hija mayor, él fue uno de los primeros reivindicadores de las conquistas de una mujer y eso está demostrado en la primera mujer de pollera en el parlamento, Remedios Loza, y la primera mujer al frente de la alcaldía de La Paz, Mónica Medina. “Estaba bien comprometido con las mujeres que teníamos nuestra lucha en esas época”.

Sayuri recuerda que El Compadre era bastante exigente y que a la vez se involucraba en la vida de sus trabajadores. Incluso pagaba el gasto de algunos que tenían familiares enfermos. “Siempre quería resolver la vida a todos”.

Los trabajadores de Palenque sabían de la exigencia de su jefe, entonces, cuando él aparecía en el canal, inmediatamente ellos se tocaban el mentón para anoticiarse y empezar a trabajar, dice Sayuri, según le había contado su madre.

Algo t

mbién destacable del querido “Compadre”, era que le gustaba dar oportunidades de empleo como una manera de ayudar, incluso, llamaba a los hijos de sus trabajadores en caso de que no contasen con una fuente económica. 

Asimismo, Palenque era bastante amiguero pues se sabía el nombre de todas las personas que trabajan en el canal y los saludaba amablemente, para que se sientan familiarizados.

Pero cuando las cosas no se hacían bien, él era “tremendo y explosivo”, dice Sayuri. "Así como era sensible, reaccionaba con gritos cuando alguien le fallaba, saltaba, era fosforito. Me imagino que era porque él se tomaba en serio su trabajo, pero no era un jefe que humillaba”. Remedios Loza fue la única trabajadora de Palenque que no fue criticada porque siempre tuvo un buen trabajo, menciona Sayuri. 

Con la familia

A Palenque le gustaba la sajta de pollo, pero en la última parte de su vida, él demostró su gusto por un plato chuquisaqueño llamado, chajcho, que tenía papa, arroz aguado, carne y un ahogado, pero El Compadre se cuidaba bastante porque padecía de un problema en el corazón, lo que lo obligaba a comer saludable, además, no bebía ni fumaba, incluso, cada mañana hacía ejercicio en su caminadora.

Verónica detalla que para Carlos Palenque, los sábados eran días importantes para pasar en familia. “Los fines de semana nos echábamos en su cama que era gigantesca, todos los hijos y veíamos películas”. Además, escribía artículos de opinión.

Sayuri dice que su padre siempre fue exigente con sus notas de colegio y que para fomentar el estudio le hacía preguntas varias de conocimiento general. “Revisaba mis notas, mis libretas, era exigente, buscaba notas óptimas (…) él era competitivo, competía con otros medios, pero también era muy cariñoso, me regaló mi primera computadora”, narra Sayuri.

A Palenque le gustaba jugar con sus hijos. Incluso, si los sábados había un encuentro en familia y uno de ellos llegaba tarde, él los sancionaba. “Alguna vez llegué tarde a la parrillada de la familia, me mandó a la cocina a comer con los trabajadores (…) él decía que los sábados son de la familia, tenemos que estar juntos”, relata Verónica entre risas.

“Mi padre tenía una obsesión con la familia, éramos él y sus hijos (…) los personajes tan fantásticos como mi padre, desatan todo tipo de historias, mi padre era muy católico, muy creyente de Dios y seguidor”, añade.

“Él me venía a visitar, me levantaba entre sus brazos y cantaba para mí, era muy cariñoso (…) nos abrazaba, se reía mucho, siempre su pregunta era '¿tegusta?', te regalaba algo de comer, era muy atento”, recuerda Sayuri.

Carlos Palenque murió el 8 de marzo de 1.997, la noticia rompió el corazón de miles y miles de seguidores pues muchos incluso tenían la ilusión de tenerlo como una autoridad que los ayudase. La población no se podía resignar, incluso algunos esperaron que él resucitase días después, grupos de mujeres llegaban hasta el cementerio para orar y esperar el “milagro”.

A casi 25 años de su muerte, sus hijos lo recuerdan con gran cariño y admiración.

“Yo quiero pensar que mi padre está al lado de Dios, pero probablemente su energía esté en el canal”, dice Verónica.

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