El exvicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, fue entrevistado por la agencia oficial de Argentina, Télam. En una amplia conversación, el intelectual izquierdista plantea la necesidad de que los proyectos políticos unan a los sectores populares con la clase media tradicional con el objetivo de constituir proyectos políticos más solidos y propone medidas audaces para hacer frente a la crisis económica que es consecuencia de la pandemia.
"Esta nueva oleada se va a ver obligada a asumir retos más audaces para remontar favorablemente los efectos de esta crisis económica y médica. Las circunstancias van a obligar gradualmente a los liderazgos a asumir una serie de transformaciones más radicales, porque el costo social de la crisis económica y la crisis médica es demasiado grande", dijo García Línera en entrevista con Télam.
García Línera volvió a apelar a su tesis de las olas políticas en lugar de los ciclos, por lo que dijo que hoy en la región se vive una oleada progresista, ante un intento del retorno de las fuerzas conservadoras. “Ese regreso de las fuerzas conservadoras, más endurecidas, más reaccionarias -el caso de Bolivia es el ejemplo paradigmático de este endurecimiento ´fascistoide´ del neoliberalismo- duró poco. Se inicia en 2015 y dura cuatro años, y otra vez, a partir de 2019, comienza a retroceder y se da una nueva oleada progresista. La victoria en México con (Andrés Manuel) López Obrador, la victoria en Argentina con el presidente (Alberto) Fernández, la victoria en Bolivia con Luis Arce, la victoria en Honduras con Xiomara (Castro), la victoria en Perú con (Pedro) Castillo, la victoria en Chile con (Gabriel) Boric. Una nueva oleada”.
Para García Linera, "el nuevo progresismo ha afincado más su victoria en la movilización electoral que en la movilización callejera. Y eso establece ciertas características de esta nueva oleada, abre puertas y cierra otras: es un progresismo que ya no viene de la mano de líderes carismáticos, sino con líderes políticos moderados que están respondiendo a las nuevas circunstancias", razonó en diálogo con esta agencia.
"Las circunstancias van a llevar o van a obligar gradualmente a los liderazgos a tener que asumir una serie de transformaciones más radicales, porque el costo social de la crisis económica y la crisis médica es demasiado grande", vaticinó en lo que él mismo presentó como su principal hipótesis de trabajo para los dilemas del progresismo y las encrucijadas del presente en la región.
LA ARTICULACIÓN CON LAS CLASES MEDIAS TRADICIONALES
Según García Linera, los gobiernos progresistas de la primera oleada lograron su victoria porque tuvieron la habilidad para unir a los sectores populares, los más explotados y humildes, con los sectores medios. Encontraron una fórmula precisa y unos líderes, palabras e imágenes precisas, que permitieron formar un bloque social progresista que se mantuvo durante una década.
“Nuestro objetivo en esta segunda oleada tiene que ser lo mismo: un restablecimiento del bloque de los sectores obreros, campesinos y más desfavorecidos, con los sectores medios latinoamericanos. Ahí radica la posibilidad de la victoria. (…) Funcionó. Pero esas alianzas sociales nunca son duraderas: es un método de construcción de alianzas, y tus aliados de hoy pueden distanciarse. Pongo el caso de Bolivia: las políticas exitosas que implementó el gobierno progresista de Evo (Morales) permitieron que el 30% de la población indígena y campesina saliera de la pobreza. Es un gran logro. Algunos seguían siendo campesinos y obreros, pero con ingresos medios y otros pasaron a clase media. Es la construcción de igualdad. Pero al promover eso hay también una modificación de la subjetividad social: distinto es un compañero indígena con el arado egipcio y la casa de adobe y paja que el mismo compañero con un tractor, la casa de ladrillo y con el hijo profesional gracias a la educación gratuita (…)No le entreguemos la clase media a los sectores conservadores. El progresismo tiene el gran reto de reencontrarse con la clase media para garantizar la victoria de lo popular”
Las medidas frente a la crisis y la pandemia
Como lo hizo en una anterior oportunidad, García Linera precisa que la pandemia es un hecho no previsto por ningún gobierno en el mundo, también por los progresistas. Y destacó que la crisis del coronavirus hubiera coincidido con la llegada de mandatarios que tienen experiencia en la administración del Estado, por lo que dijo que el reto de ellos es adoptar medidas a la altura de las circunstancias.
“Esta nueva oleada se va a ver obligada a asumir retos más audaces para remontar favorablemente los efectos de esta crisis económica y médica. Las circunstancias van a obligar gradualmente a los liderazgos a asumir una serie de transformaciones más radicales, porque el costo social de la crisis económica y la crisis médica es demasiado grande. Y ahí se van delineando ciertos ejes de trabajo sobre los cuales el progresismo podría trabajar para remontar esta crisis. Uno es un nuevo papel del Estado: más audaz en términos de redistribución de la riqueza y de las cargas, lo que lleva también a una reforma tributaria más audaz. Algunos países lo han hecho implementando los impuestos a la riqueza, a la gran riqueza, y ese es un buen camino que quizás habrá que profundizar un poco más. Con impuestos a la banca, llegado el momento, porque es un sector que ha ganado mucho en la crisis y que debe compartir la carga de las responsabilidades con el resto de la población”.
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